Román Burruchaga fue uno de los principales actores de una semana tenísticamente extenuante, con incertidumbre constante y desafiante en el aspecto logístico. El hijo de Jorge Burruchaga conquistó su primer título en el Challenger Tour, la segunda división del tenis profesional. Lo hizo en el Brasil Tennis Challenger, en un contexto de intensas lluvias e inundaciones. El torneo de Piracicaba, un municipio del estado de San Pablo, comenzó al aire libre; pero, afectado por las tormentas, finalizó en otro sitio, a casi 200 kilómetros de distancia, bajo techo y con tenistas jugando más de un match por día.
“Estábamos en Piracicaba, bajo un clima que estaba muy mal, hasta que llegó un punto en el que la única manera de que se terminara el torneo era pasarnos a unas canchas bajo techo y las más cercanas eran en San Pablo”, introdujo Burruchaga, de 23 años, a LA NACION. Ante tanta lluvia y cancelaciones de partidos, los organizadores del torneo (de categoría 100, con US$ 160.000 en premios), rápidos de reflejos, decidieron mudar el evento, aunque ello significara un trauma logístico. El viernes por la tarde todos los jugadores e integrantes de sus equipos dejaron Piracicaba (y el Clube Cristóvão Colombo, sitio original del torneo) y viajaron, en ómnibus, 150 kilómetros a San Pablo. El torneo siguió en el Arena Ace, un complejo con cuatro courts indoor en Vila Leopoldina, en el oeste de San Pablo.
“A las seis de la tarde salimos todos en un micro; llegamos y ya estaba el hotel preparado y todo el resto. Empezaron los partidos al otro día; incluso todavía había algunos pendientes de la segunda ronda; yo ya estaba en cuartos de final. En dos días terminaron el torneo, jugando dos partidos por día, como mi caso de este domingo”, señaló Román. El hijo del campeón del mundo en México 1986 disputó las semifinales a las 11, frente al brasileño Gustavo Heide: se impuso por 7-5, 3-6 y 7-6 (7-0), en tres horas y 2 minutos. “Me dieron dos horas y media para descansar y… a la cancha”, sonrió Román. En la definición, una verdadera batalla física y mental, superó a Facundo Mena (32 años; oriundo de Temperley, en el conurbano bonaerense) por 7-6 (10-8), 6-7 (6-8) y 7-6 (7-4), en tres horas y 45 minutos. Es decir que entre ambos partidos, Burruchaga sumó… 6h47m. Una barbaridad.
“Estuve casi siete horas en la cancha y aguanté. Fue terrible. Estoy muy contento”, apuntó Burruchaga, que en San Pablo estuvo acompañado por su entrenador, el correntino Leonardo Mayer. Vaya curiosidad: el Yacaré, uno de los campeones de la Copa Davis 2016, también tuvo un recordado episodio de casi siete horas en el mismo día. Fue en marzo de 2015, en Tecnópolis, por la primera ronda del Grupo Mundial del emblemático torneo. Leo venció al brasileño Joao Souza en el quinto set del single más largo (6h43m) en la historia de la competencia. El partido le dejó secuelas físicas a Mayer (también distintos padecimientos a Souza) y cambió las reglas: a partir de ese encuentro se dispuso que, desde 2016, el último set no fuera “largo” y se resolviera con el tie-break.
El match point y la emoción
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“El inusual cambio de sede resultó más que correcto. Logramos terminar los partidos atrasados. Fue un esfuerzo enorme traer a todos a San Pablo, organizar el hotel y la logística, pero valió la pena. Sabemos que estos son puntos valiosos para los jugadores, además del premio económico, por supuesto. Tenemos una historia de 30 años de asociación con la ATP y nunca hemos fallado en terminar un torneo”, celebró Danilo Marcelino, director del torneo. No bien terminó el partido con Mena, con los oídos endulzados por los aplausos que retumbaban todavía más en el estadio cerrado, Burruchaga se desplomó sobre su banco, con la mirada perdida, tras un desgaste casi sobrenatural.
“Estoy muy feliz, aunque fue un día muy largo, je. Jugar dos partidos en el mismo día, todos a tres sets, no es común, pero estoy muy satisfecho por ganar el título. La idea es seguir mejorando y ahora que tenemos una gran gira sudamericana quiero aprovechar para jugar lo máximo”, añadió Burru. También Mena valoró su tarea en Brasil: al igual que Román, hizo un fuerte esfuerzo físico, jugando antes las semifinales (en 1h52m, batió al boliviano Hugo Dellien por 3-6, 6-3 y 6-0). Subió al 186° (+38).
“Con empezamos a trabajar desde que tenía 14 años. Es un gran laburador. Esta semana fue todo un desafío y lo sacó adelante, pudiendo consagrar la gran pretemporada que hizo”, dijo Mario Duré, el preparador físico de Burruchaga. El título le permite dar un salto en el ranking ATP a Román, de 21 posiciones, hasta el 131°, cerca del mejor lugar que ocupó (124°, en agosto del año pasado). Diestro, de revés de dos manos y 1.83 metro, Burruchaga tenía tres títulos individuales de nivel ITF, la tercera división del profesionalismo. Finalmente llegó el trofeo Challenger que se le negaba. Y fue en condiciones extremas que pudo superar; difícilmente se olvide de esta primera vez.