A poco más de 10 kilómetros de Zaragoza, el pueblo de Cadrete se alza como un testigo de la historia de la región. Esta localidad cuenta con un rico conjunto monumental que tiene su máximo exponente en la impresionante fortaleza que corona la villa. Así, el castillo de Cadrete es uno de los más impresionantes de la región y no es para menos, pues está considerado el mejor conservado de la ribera del Bajo Huerva.

Por no hablar de su ubicación, pues domina toda la comarca gracias a que se incrusta entre acantilados y paredes rocosas a unos 70 metros de altura. Esta posición privilegiada le ha convertido históricamente en un emplazamiento estratégico durante la Edad Media, ya que servía como defensa natural. Es por ello que cuenta con una dilatada historia que se remonta a la época califal y que ha sabido perdurar hasta nuestros días.

Un castillo milenario

El origen del castillo de Cadrete se remonta al siglo X, cuando el califa de Córdoba, Abderramán III, lo manda construir, durante el asedio de Saraqusta. La fortificación tenía el propósito de consolidar el dominio musulmán en la región después de que el gobernador local se declarara en rebeldía. Asimismo, tras la conquista de Zaragoza por los reyes cristianos, el castillo pasó a manos de la monarquía aragonesa y a lo largo de los siglos, la propiedad fue cedida y arrendada a diversos nobles y figuras de la época.

Castillo de Cadrete, en Zaragoza (Adobe Stock).

A finales del siglo XIV, la fortificación quedó bajo la administración del cercano Monasterio de Santa Fe. Sin embargo, con la expulsión de los moriscos de Aragón a principios del siglo XVII, el castillo fue abandonado y quedó en estado de ruina. La fortaleza tuvo que esperar cuatro siglos para que volviera a brillar con todo su esplendor, pues gracias a la iniciativa de los vecinos y el Ayuntamiento de Cadrete resurgió, siendo declarada Bien de Interés Cultural en 2006. En 2010, las obras de restauración comenzaron con el respaldo financiero del programa 1,5% Cultural del Ministerio de Fomento, permitiendo la recuperación parcial de esta emblemática construcción y su integración en el patrimonio histórico aragonés.

Una arquitectura típica árabe

El castillo de Cadrete sigue el modelo de las fortalezas musulmanas, situándose en un cerro con defensas naturales a ambos lados y rodeado de montañas más altas que lo ocultan y dificultan su localización en caso de ataque. Formaba parte del sistema defensivo de Saraqusta junto a otras fortificaciones como las de María de Huerva, Cuarte de Huerva, Juslibol y Alfocea.

Construido con tapial de yeso, el castillo presenta tres recintos diferenciados, reformados a lo largo de 700 años. El recinto superior, organizado en torno a un patio abierto, albergaba las dependencias más importantes, incluyendo un vestíbulo, un aljibe con capacidad para 5.000 cántaros, un soportal, una capilla dedicada a San Miguel y otras construcciones de función incierta. Destaca su torre de cuatro pisos, que combina una estructura original califal con una segunda capa añadida para reforzar su estabilidad. En su interior aún se conservan bóvedas originales y restos de decoración en su tercera planta, lo que sugiere un posible uso residencial.

Castillo de Cadrete, en Zaragoza (Adobe Stock).

El recinto intermedio, conectado por una escalera de caracol de la que quedan pocos restos, está pendiente de excavación, aunque los estudios sugieren un uso doméstico y la posible presencia de cuadras y un pequeño patio de armas. El recinto inferior, también sin excavar, está dividido en dos plataformas y contaba con dos baluartes defensivos y una estructura circular de yeso con un pilar central, cuya función aún es incierta y será objeto de futuras investigaciones arqueológicas.

Cómo visitarlo: horario y precio

La visita al exterior del castillo se puede hacer libremente, pero si se desea acceder a su interior, el viajero debe hacer una visita guiada por todo su recinto. Estas se realizan los viernes, sábados y domingos a las 10:00 h y tienen una ocupación máxima de 15 personas, por lo que es imprescindible reservar con antelación. En cuanto a los precios, la tarifa general es de 2 euros, mientras que la reducida es de un euro y los desempleados entrar gratis.

Cómo llegar

Desde Zaragoza el viaje es de alrededor de 20 minutos por la Ronda Externa Anillar y la A-23. Por su parte, desde Teruel el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 30 minutos por la carretera A-23.