Colombianos, guatemaltecos, ecuatorianos, hondureños, mexicanos y ciudadanos de otras nacionalidades han sido deportados de Estados Unidos en los últimos días. La llegada de Donald Trump a la presidencia ha traído operaciones especiales de las agencias como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), que lleva cabo los procesos de expulsión de extranjeros.

Las historias de lo que vivieron las personas removidas de EE.UU. son diversas, pero los testimonios coinciden en algo, fueron esposados para trasladarlos a sus naciones de origen, acción que ha resultado polémica entre las organizaciones de Derechos Humanos y de apoyo a los migrantes.

Migrantes con cubrebocas y esposados de manos y pies a bordo de una aeronave militar en Fort Bliss, el jueves 30 de enero de 2025, en El Paso, Texas, mientras esperan a ser deportados a Guatemala

Los deportados a Guatemala

Lesly Ramírez, de 35 años, contó a Los Angeles Times que la esposas que le pusieron estaban muy apretadas y le habían lastimado y dejado marcas en las manos. Además, aunque dentro del avión les dieron de comer, no les quitaron las ataduras.

Ella y sus compañeros de vuelo, que se trasladó de EE.UU. a Guatemala, estaban encadenados en la cintura y los pies, hasta poco antes de que el avión aterrizara en su país, dijo.

Ramírez, que saltó el muro en la frontera entre México y Estados Unidos para entrar al país y fue detenida al poco tiempo, recordó que los agentes de migración la subieron a una patrulla y la llevaron a un centro de detención donde estuvo tres días hasta que fue devuelta a su nación de origen.

Con respecto a como vivió la deportación, señaló: “No está bien el trato. Todos somos seres humanos e íbamos a trabajar, no somos delincuentes”.

Migrantes guatemaltecos esperan para cambiar dinero tras ser deportados desde Estados Unidos, en el aeropuerto de La Aurora en Ciudad de Guatemala, el lunes 27 de enero de 2025

Jorge Santos, de la Convergencia de Derechos Humanos que une a otras organizaciones guatemaltecas, precisó al medio citado: “El tema de los grilletes no debiese ser una condición en esta situación, ni encadenarlos de pies y manos y mucho menos que una autoridad militar asuma competencias en el marco de una acción que debería ser enteramente civil”.

La historia de los colombianos deportados

Uno de los testimonios que más ha llamado la atención es de Daniel Oquendo, colombiano que cruzó la frontera entre Tijuana y San Diego, California, y se entregó inmediatamente a la Patrulla Fronteriza de EE.UU. con la intención de pedir asilo.

Oquendo, de 33 años, habló con BBC desde Bogotá, pocas horas después de haber aterrizado en CATAM, la base militar dentro del aeropuerto El Dorado. Esto tuvo lugar días después de haber vivido la experiencia del primer de vuelo con deportados a Colombia, cuando los sacaron de las celdas, los esposaron de pies y manos y les ataron las manos a la cintura con una cadena.

“Como si fuéramos los peores narcotraficantes, equiparables a El Chapo Guzmán”, dijo. Una frase que ha hecho resonar en diversos medios latinos que han retomado su historia para mostrar cómo es el proceso de deportación que han seguido los inmigrantes.

Así anunció el gobierno de Colombia la llegada de un vuelo con 91 deportados

El hombre señaló que permanecieron esposados todo el trayecto y los acompañaban al baño. El vuelo en el que se dirigía a su país debió regresar a El Paso, Texas, donde otra vez lo llevaron a un centro de detención y lo pusieron en una celda.

Finalmente, el lunes en la noche, a Oquendo y a los demás deportados colombianos, los sacaron de las celdas, esta vez sin esposas. Los llevaron a un aeropuerto y ahí vieron aterrizar un avión de la Fuerza Aeroespacial Colombiana que los llevó hasta su país.

Los testimonios de ecuatorianos deportados

El medio local de Ecuador Teleamazonas dio a conocer la historia de un grupo de 80 migrantes deportados desde Texas, en un segundo vuelo militar. Ellos llegaron a Guayaquil, “cansados, afligidos, sin equipaje y solo con una pequeña funda transparente donde guardaban parte de sus pertenencias”, señalan.

La Embajada de Estados Unidos en Quito, Ecuador, mostró imágenes de los deportados

Felipe Orozco comentó que se entregó voluntariamente antes de la toma de posesión de Trump, el pasado 20 de enero de 2025. Al llegar a Ecuador, el joven de 23 años tenía marcas en los brazos y tobillos por el tiempo que pasó esposado en el avión.

“A mí me pegaron y luego me pusieron esposas en las manos y en los tobillos cuando me subieron al avión”, señaló.

Por su parte, Byron Naranjo, de 18 años, pasó cinco días en un campamento migratorio antes de su deportación. “Cruzamos la frontera y nos capturó Migración y permanecimos en los albergues de Texas. A las 7 horas nos esposaron pies y manos y nos pusieron una cadena en la cintura antes de subirnos al avión para regresar a Ecuador. Unos minutos antes de llegar nos quitaron las esposas de los pies”, relató el migrante.

Los países latinos con más deportados

Aunque todavía no existen cifras oficiales reportadas por el gobierno de Estados Unidos, se ha hecho pública la salida de varios vuelos comerciales y militares con inmigrantes indocumentados deportados.

Los vuelos con inmigrantes llegaron a países como:

  • Colombia
  • México
  • Guatemala
  • Ecuador
  • Honduras
  • Brasil
  • El Salvador