La nueva etapa del equipo argentino de Copa Davis tuvo la pizca de efervescencia, fortuna y frescura que muchas veces acompaña el cambio de rumbo. Noruega, de visitante y bajo techo, con el top ten Casper Ruud y el osado exnúmero 1 junior Nicolai Budkov Kjaer (18 años) como mejores rivales, terminó siendo un desafío sumamente espinoso que el equipo nacional, con los debuts de Javier Frana como capitán de tono componedor (después de tres temporadas con Guillermo Coria al mando) y Mariano Navone (siendo el single 2), logró resolver en el último suspiro, sudando la gota gorda.
En el Fjellhamar Arena, sobre superficie dura de pique bajo, tras el 1-1 del primer día, el triunfo albiceleste en dobles (de Andrés Molteni y Horacio Zeballos, que volvió al equipo tras dos temporadas) y la victoria de Ruud ante Tomás Martín Etcheverry en el cuarto punto, Navone se encumbró como el protagonista de una película con guion dramático que terminó con final feliz y el jugador de Nueve de Julio (en la provincia de Buenos Aires) derrumbado sobre el piso nórdico, emocionado, con los ojos humedecidos, sin poder creerlo. El triunfo ante Budkov Kjaer por 4-6, 6-3 y 6-4 desanudó una serie compleja, cambiante y un match, por distintos momentos, que se presentó barranca abajo. De hecho, en el último set, el jugador local (campeón de Wimbledon junior 2024, de impactos planos y poderosos, que había jugado casi cuatro horas el jueves cuando lo tuvo contra las cuerdas a Etcheverry) se adelantó 3-0 y tuvo una chance de quiebre para colocarse 4-1, pero le tembló el pulso, la desaprovechó y Navone, con mayor rodaje en el circuito, tuvo la paciencia y la lucidez necesarias para darlo vuelta.
“Es el día más feliz de mi vida. Cebolla (Zeballos) me dijo que si lo ganaba iba a ser uno de los recuerdos más lindos que me iban a quedar de la carrera y puede ser que tenga razón, je. Estoy muy, muy feliz. Fue un partido ante una probable joven estrella que realmente me lo puso muy difícil todo el tiempo”, se desahogó Navone, entrenado por Andrés Dellatorre. Y siguió, con la mirada vidriosa y la voz exaltada: “Por momentos logré sacar mi mejor tenis, por momentos no, costó, hubo que sufrir… Pero en el último set saqué tiros muy difíciles. Me conecté con el público, con el apoyo de mis compañeros y de Javi (Frana), que me dio la confianza, incluso, habiendo perdido el primer día (por un contundente doble 6-3 ante Ruud). La sensación es increíble. Soy pasional y soñaba con esto”.
Antes de que Navone firmara el quinto punto, Molteni y Zeballos (el éxnumero 1 derramó toda su jerarquía e hizo todavía más inexplicable su ausencia en el grupo y la decisión de Coria y de la Asociación Argentina de Tenis de no llevarlo a París 2024) batieron 6-2 y 7-5 a Ruud/Viktor Durasevic, mientras que Ruud registró el 2-2 momentáneo al derrotar por 6-3 y 6-3 al platense Etcheverry, que ante la ausencia de Sebastián Báez y Francisco Cerúndolo, con dificultades físicas, fue el single 1. La Argentina logró su primera victoria en una serie de Copa Davis al mejor de cinco partidos de visitante desde 2016, cuando ganó las cuatro eliminatorias (y la Ensaladera); desde entonces había perdido con Kazajistán en 2017 en Astana, ante Colombia en 2020 en Bogotá y contra Finlandia en 2023 en Espoo. Pero los registros están para romperlos y el equipo, con una mixtura de experiencia y juventud, pudo cruzar la barrera.
“Apuesto a un proceso y no puede estar atado a un resultado. Tiene que estar atado a lo que generemos, a lo que se transmita, al compromiso que ellos tomen”, había advertido Frana antes de viajar a Noruega. El rafaelino, acompañado con Eduardo Schwank como subcapitán, intentó quitarle presión a los jugadores sabiendo que la serie se podía perder y que no iba a representar una tragedia deportiva si ocurría; estaba dentro de las posibilidades. Por ello su emoción del final, por ello los abrazos con Navone y el resto de los jugadores, por ello el jolgorio y las fotos con el puñado de hinchas que se hicieron sentir en la pequeña caja de resonancia de Fjellhamar, a pocos minutos de Oslo.
El match point
ELATION FOR ARGENTINA 🇦🇷
Mariano Navone secures a 3-2 victory over Norway with his first ever Davis Cup win, defeating Nicolai Budkov Kjaer 4-6, 6-3, 6-4 🤯#DavisCup pic.twitter.com/pPqWKQQuEu
— Davis Cup (@DavisCup) January 31, 2025
“Realmente esperaba un debut así. Tal vez, siendo objetivo, era el posible escenario. Sabíamos que la situación podía darse de esa manera y definir en un quinto casi nunca es liviano. Tuvo todos los dramas habidos y por haber. Estoy feliz por los chicos, porque fueron ejemplares: no hubo un gesto, ni una tirada de la toalla, ni un comentario negativo en toda la semana. Pudimos construir esto de no dramatizar la situación, aceptando que tal vez perder era una opción y que íbamos a aprender llegado el caso. Costó, no es fácil, pero es lo que pude transmitir”, dijo Frana, fortalecido. “Fue hermoso jugar la Copa Davis de vuelta, compartir la semana con un equipo lindo, sano, alegre, es algo único. Haber podido hacer lo que habíamos planeado antes y darle ese punto a la Argentina fue importantísimo”, añadió Zeballos, que formó pareja con Molteni en la Copa Davis por primera vez, aunque es alguien que no le resulta ajeno. Tienen vínculo desde chicos (Molto hacía pretemporadas en los veranos en el Edison de Mar del Plata, club fundado por Horacio Zeballos padre), fueron compañeros de interclubes en el Buenos Aires Lawn Tennis Club y, a nivel ATP, ganaron títulos juntos: Atlanta 2016 y Buenos Aires 2018.
En septiembre, de visitante, frente a Países Bajos, el subcampeón de la Copa Davis, será el próximo obstáculo de la Argentina, por la segunda ronda de los Qualifiers, la etapa clasificatoria para el “Final 8″ de noviembre en Bolonia. Los neerlandeses, que cayeron el año pasado con la Italia de Jannik Sinner, cuentan con Tallon Griekspoor (46°), Botic van de Zandschulp (84°) y Jesper De Jong (131°); probablemente utilizarán una superficie dura y bajo techo. Pero aquella es una historia para la que todavía falta mucho. El circuito es muy dinámico y hay nuevos desafíos a la vuelta de la esquina, pero el equipo nacional de la Davis todavía tiene mucho por celebrar.