Un padre con su hijo (Pxhere)

La patria potestad y la custodia son dos términos legales que se refieren a conjuntos distintos de deberes y derechos relacionados con el cuidado de los hijos. Aunque ambos tienen que ver con las labores de los progenitores y la toma de decisiones, la patria potestad engloba todos los derechos y deberes de los padres sobre sus hijos, mientras que la custodia se refiere al cuidado diario de los menores.

La diferenciación de ambos conceptos es importante, en especial en caso de divorcio o separación, ya que indican cuáles son los deberes que conlleva la adjudicación de cada derecho y quién deberá tomar las decisiones relativas a los hijos. Hay casos en los que ambos progenitores tendrán el derecho de implicarse a la hora de decidir y otros en los que solo podrá hacerlo aquel progenitor que conviva con el menor.

Lo que implica tener la custodia de los hijos

Tener la custodia de un niño implica ser el progenitor que resida habitualmente con él. La guardia y custodia es el derecho-deber de los progenitores de tener a los hijos en su compañía y prestarles la atención inmediata para resolver las necesidades de su vida diaria, como puede ser la alimentación, las actividades diarias, o la organización del tiempo de estudio y el tiempo libre.

Dependiendo de las circunstancias familiares, la custodia se puede categorizar en varios tipos: la custodia monoparental o individual (que se atribuye a uno de los progenitores); la custodia compartida (que implica que ambos progenitores mantengan la custodia del niño de manera alterna); y la custodia mixta, distributiva o partida, que se da en caso de haber varios hijos, los cuales que se “repartirán” entre ambos progenitores, conviviendo algunos de ellos con cada progenitor. En general, el criterio seguido por la jurisprudencia española es el de no separar a los hermanos, aunque depende de los casos particulares.

La custodia de los hijos en un divorcio se decide atendiendo principalmente al interés superior de los menores.

Si un juez decide retirar la custodia a uno de los progenitores, este conservará la patria potestad sobre los menores (salvo que sea retirada también, aunque solo sucede en casos de gravedad), lo que implica conservar el derecho a ser consultado y a participar en las decisiones significativas que afecten a los mismos, incluyendo decisiones sobre educación, salud, religión, y cualquier otro aspecto de importancia para su desarrollo y bienestar.

Lo que implica tener la patria potestad

La patria potestad, por su parte, implica una serie de derechos y obligaciones mantenidos por los progenitores sobre los hijos, y basta con el hecho de serlo para ser recipiente, sin importar si el hijo es fruto de un matrimonio, de una relación no matrimonial, o de una adopción. El fin de la patria potestad es asegurar la protección, educación, y formación integral de los niños.

En términos generales, y según recoge el artículo 154 del Código Civil, las obligaciones que implica son: velar por los hijos y las hijas (garantizar su seguridad, integridad y estabilidad, tanto material como afectiva); la alimentación, educación, y procuración de su formación integral; tenerles en su compañía, es decir, estar presente en sus vidas, que en caso de que uno de los progenitores no mantenga la custodia del menor se asegurará a través del régimen de visitas; representarles y administrar los bienes del menor; y decidir el lugar de residencia habitual del menor (en caso de que ambos progenitores mantengan la custodia).