A lo largo de su carrera, Bill Gates construyó un imperio tecnológico, impulsó la revolución informática y se convirtió en uno de los hombres más influyentes del mundo. Su visión lo llevó a transformar la manera en que las personas trabajan, se comunican y acceden a la información. Sin embargo, detrás del éxito y la fortuna, el empresario confesó que hay un episodio en su vida que aún pesa sobre su conciencia.
Lejos de señalar errores empresariales o malas decisiones en el ámbito tecnológico, Gates aseguró que su mayor arrepentimiento no está relacionado con su legado profesional, sino con un aspecto personal: el fin de su matrimonio con Melinda French, su primera esposa, madre de tres hijos y socia más antigua en el mundo de la tecnología.
Bill y Melinda se conocieron en la década del 80, cuando ella comenzó a trabajar en Microsoft. La relación avanzó con el tiempo y en 1994 contrajeron matrimonio. Durante 27 años, formaron una familia con tres hijos y compartieron el liderazgo de una de las fundaciones filantrópicas más importantes del mundo, que justamente lleva sus iniciales.
En 2021, anunciaron su divorcio en términos amistosos, aunque sin revelar las razones de la separación. Sin embargo, en una reciente entrevista con el Sunday Times, el empresario confesó que considera este episodio como el mayor error de su vida. “Existen otras cosas, pero ninguna que importe tanto”, agregó. “Experimentar toda tu vida adulta junto a una persona tiene un valor incalculable, por los recuerdos y la profundidad de las vivencias que compartes, así como por haber tenido hijos juntos”, continuó.
Además, se mostró agradecido con todo el apoyo que le brindó Melinda en los años más importantes de su carrera empresarial: “Cuando Melinda y yo nos conocimos, yo ya era bastante exitoso, pero no de manera desmedida; eso llegó durante el tiempo que estuvimos juntos. Ella me apoyó en muchas cosas”.
Por su parte, Melinda explicó que la decisión de separarse no respondió a un único motivo, sino a un cúmulo de situaciones que la llevaron a dar el paso definitivo. “En un momento entendí que la relación no era saludable y que no podía confiar en lo que teníamos”, afirmó en una entrevista con CBS Mornings, donde remarcó que fue ella quien decidió terminar la historia con su exmarido.
El divorcio habría afectado directamente a Gate en el plano emocional y más aún por los rumores de una relación extramatrimonial que circularon en aquel entonces. Aunque el magnate logró recomponer su vida sentimental y actualmente mantiene una relación con Paula Hurd, considera su matrimonio con Melinda como un capítulo fundamental en su historia.
A pesar de la separación, la relación entre ambos se mantiene cordial por el bien de sus negocios de sus hijos. “Nos seguimos viendo en reuniones familiares. Nuestros hijos tienen buenos valores y eso es lo más importante”, expresó el empresario. Por último, contó que lo más doloroso de esa ruptura fue no haber podido evitar la exposición mundial que supuso. ”Divorciarse es algo horrible. Es simplemente doloroso. Es terrible cuando te das cuenta de que es lo que necesitas”, cerró.