Un reciente experimento realizado por científicos de la Universidad Duke en Carolina del Norte, citado por New Scientist, ha puesto en tela de juicio principios fundamentales de la física al demostrar que ciertos átomos ultrafríos pueden resistir la entropía bajo condiciones específicas.
Este hallazgo no solo desafía las leyes tradicionales del desorden, sino que abre nuevas posibilidades en el control cuántico y sus aplicaciones prácticas.
En el universo físico, la entropía es una fuerza inevitable. Todo sistema organizado, con el tiempo, tiende a descomponerse en un estado más caótico. Este principio, conocido como termalización, ha sido una piedra angular de la física durante más de un siglo. Sin embargo, en la década de 1950 se postuló que los efectos cuánticos podían generar excepciones, aunque nunca se había logrado demostrar experimentalmente.
El experimento liderado por Luheng Zhao y su equipo desafió estas suposiciones al trabajar con átomos del elemento rubidio, enfriados a tan solo 19 millonésimas de grado Celsius por encima del cero absoluto.
En este estado, los átomos exhiben propiedades cuánticas únicas, lo que los convierte en un laboratorio ideal para investigar fenómenos inusuales.
Organización y control cuántico
Los investigadores utilizaron láseres y campos electromagnéticos para enfriar y organizar hasta 19 átomos de rubidio en una cadena.
A través de esta técnica, lograron agrandar el diámetro de los átomos, aumentando la distancia entre los electrones y el núcleo, lo que los hizo altamente sensibles a la luz. Esta propiedad fue clave para ajustar con precisión sus estados cuánticos.
El equipo manipuló las propiedades iniciales de los átomos, como las energías de los electrones, y permitió que el sistema evolucionara de manera natural.
Al medir los estados finales, descubrieron que ciertos átomos resistieron la termalización y conservaron características similares a las iniciales, desafiando el aumento de la entropía esperado.
Un fenómeno inédito
“Esto ha sido postulado y conjeturado en el pasado, pero nunca observado en un experimento”, afirmó Zhao. El comportamiento observado contradice el supuesto de que todos los sistemas alcanzan eventualmente un estado de alta entropía.
En cambio, estos átomos lograron evitar el caos térmico mediante una combinación precisa de propiedades iniciales e interacciones.
Thomas Iadecola, de la Universidad Estatal de Iowa, subrayó la rareza del fenómeno. “Típicamente, el estado inicial con el que comenzaste no debería importar. Es extraordinario que una parte del sistema no alcance el mismo nivel de entropía que el resto”, comenta.
Implicaciones y aplicaciones prácticas
El descubrimiento tiene implicaciones que van más allá de la física teórica. La capacidad de evitar selectivamente la termalización podría ser crucial en áreas como la simulación de materiales ultrafríos y el procesamiento de información cuántica.
En el caso de las computadoras cuánticas, por ejemplo, esta técnica podría usarse para diseñar sistemas más resistentes a errores, limitando los fallos a un número reducido de átomos y evitando su propagación por todo el sistema.
Zhao destacó la posibilidad de usar estos avances para que computadoras cuánticas detecten y corrijan sus propios errores.
“Garantizar que algunos átomos siempre se comporten de manera diferente a sus vecinos podría ser un método de control adicional”, afirmó.
Un futuro más allá del caos
El éxito de este experimento no solo valida décadas de teorías sobre excepciones cuánticas, sino que también marca un avance significativo en el control de sistemas a nivel atómico.
A medida que la investigación en este campo avanza, las aplicaciones prácticas prometen revolucionar sectores como la computación cuántica y el diseño de materiales, llevando la física cuántica del laboratorio a la vida cotidiana.
La resistencia de los átomos de rubidio a la entropía es un recordatorio de que incluso en un universo dominado por el caos, es posible encontrar oasis de orden.