España deberá seguir esperando para celebrar la primera venta internacional de su submarino S-80. El Gobierno indio ha descartado dotar a su fuerza naval con el primer sumergible 100% español y ha escogido en su lugar la propuesta presentada por la industria alemana. De esta manera, Navantia se quedaría sin los 4.800 millones de euros que planea desembolsar Nueva Delhi para adquirir hasta seis de este tipo de buques, suma con la que el astillero nacional podría haber recuperado la totalidad del dinero invertido en el desarrollo de los submarinos españoles.
Según publica la prensa del país asiático, el Ministerio de Defensa indio ha rechazado al S-80 de Navantia por no cumplir con los requisitos técnicos exigidos en la licitación. En concreto, el problema radicaría en el sistema de propulsión independiente del aire (AIP), equipo que permite a los submarinos convencionales -es decir, no nucleares- permanecer bajo el agua durante más tiempo sin necesidad de emerger.
Si bien una comitiva india visitó, a mediados del año pasado, las instalaciones que Navantia posee en Cartagena (Murcia) para comprobar el funcionamiento del sistema AIP diseñado para los S-80 no pudo corroborar sus capacidades en el mar, dado que el S-81 Isaac Peral, el primer y único buque de la familia que navega en la actualidad, no está equipado con este mecanismo, como consecuencia de numerosos retrasos en su desarrollo.
En este sentido, la Armada no contará con un submarino con un sistema AIP desde su botadura hasta la tercera unidad de la clase S-80, el S-83 Cosme García, cuya entrega está prevista, tras una nueva reconfiguración del cronograma, para 2028. Navantia siempre ha defendido que el su AIP es el más avanzado del mercado, ya que a diferencia de otros no precisa portar a bordo hidrógeno, gas con el que funcionan estos sistemas, sino que puede autogenerarlo de acuerdo a las necesidades de la embarcación, capacidad que redunda en mayor seguridad y una ventaja táctica respecto a otros submarinos con tecnología AIP.
Tanto el astillero como el Gobierno español habían redoblado esfuerzos en los últimos meses para hacerse con este jugoso contrato, el mayor programa de adquisición en el ámbito de la defensa de la historia de India. Navantia se había aliado, en julio de 2023, con la empresa local Larsen & Toubro, compañía con fuertes vínculos con la Marina india. Por su parte, el propio Pedro Sánchez viajó hasta el país asiático, en octubre pasado, para reforzar las posibilidades españolas y estrechar los lazos industriales entre ambos estados. Incluso, el presidente recibió, días atrás, al ministro de Asuntos Exteriores de India en La Moncloa.
Con la vista puesta en Canadá
Ahora, tras el fracaso en India, el objetivo principal de Navantia es Canadá. Después de mucho meditarlo, el Gobierno canadiense ha descartado sumarse al acuerdo Aukus entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia para la adquisición de sumergibles nucleares y, en cambio, adquirirá 12 submarinos convencionales. Esta es una buena noticia para la empresa naval española, dado que entre las alternativas de compra que baraja Ottawa se encuentra el S-80.
Para el llamado Proyecto de Patrulla Submarina Canadiense, la administración de Justin Trudeau, a quien le queda poco tiempo al frente del país americano, planea destinar un presupuesto de entre 40.500 y 70.000 millones de euros. Entre los requisitos establecidos por la fuerza naval canadiense para su futura flota de submarinos, destacan el sigilo, la letalidad y una gran capacidad de despliegue en el Ártico, características que podrían ser fácilmente proporcionadas por el S-80.