Durante años, unos misteriosos anillos que se encuentran en la tierra, en las afueras de Melbourne, Australia, fueron un misterio para la humanidad. Visibles desde el espacio, despertaron miles de hipótesis y nulas respuestas. Lógicamente, cuando los expertos no pudieron determinar el origen de los mismos con exactitud, surgió una oleada de conspiraciones sobre el tema, siendo la más popular la que aseguraba que son un signo de actividad extraterrestre. Sin embargo, esta semana, un grupo de arqueólogos finalmente descubrió la explicación lógica detrás de este fenómeno.

De acuerdo con el informe que publicaron los científicos a cargo de esta exhaustiva investigación en el sitio Taylor and Francis, los anillos no tienen nada que ver con criaturas de otro planeta. Según detallaron, los responsables de su aparición fueron los Urundjeri Oyu-Urrong, un pueblo originario que data del periodo micénico. Estos relieves aborígenes no solo fueron encontrados en Australia, sino que también hay rastros de ellos en algunos lugares del Reino Unido y Camboya.

Según los arqueólogos, las comunidades originarias tenían la costumbre de excavar la tierra para formar estos círculos de cientos de metros de diámetro. Hasta el día de hoy, estos espacios tienen una gran importancia cultural e histórica, por lo que este hallazgo apoya su conservación. Se cree que, antes de la colonización de Europa, existían muchos de estos anillos, pero, sin embargo, fueron destruidos por los colonos con el paso del tiempo.

Los anillos investigados en Australia

En este mismo sentido, los investigadores estiman que alguna vez hubo más de 400 de estas estructuras en Nueva Gales del Sur y Queensland, en el este de Australia, pero hoy en día solo quedan alrededor de 100. Los depósitos con pieles y otros elementos que encontraron en aquellos que todavía existen refuerzan la teoría de que se trataba de lugares sagrados utilizados en la antigüedad para hacer rituales. “Los anillos de Sunbury pueden tener un propósito ceremonial, basándose en sus similitudes físicas con los anillos de Nueva Gales del Sur y Queensland y en una revisión de registros escritos”, detallaron los expertos.

En cuanto al verdadero nombre de estos anillos, de acuerdo con el artículo, dependía de cada uno de los pueblos. “Cada grupo lingüístico aborigen tiene su propio nombre para los anillos, como burbung para el pueblo Wiradjuri del centro-norte de Nueva Gales del Sur, kuringal para el pueblo Yuin de la costa sur de Nueva Gales del Sur y turr / dhur para el pueblo Turrbal de la región de Brisbane”, escribieron.

Pieles encontradas en el lugar por los arqueólogos

Para los miembros de las comunidades originarias australianas, que hasta el día de hoy habitan sus tierras, estos anillos son parte fundamental de su historia. “Son un importante marcador paisajístico que representa nuestros linajes familiares, una fuente de vida, un cuenco de comida y una carretera para nuestro pueblo”, explicó uno de ellos a los arqueólogos que realizó el estudio. Además, según cuentan, también se trata de “un lugar de adaptación colonial, resistencia y esfuerzos de autodeterminación” para los pueblos.

Así que, aunque haya sido una decepción para varios vecinos de Sunbury quedó completamente descartado que estos anillos de un extraño aspecto tengan alguna conexión con actividad extraterrestre. A partir de ahora, continuarán los estudios en el lugar para intentar obtener más datos históricos sobre los usos que les daban.