En el contexto de la negociación que va a encarar la Mesa de Enlace con el Gobierno para lograr una baja de los Derechos de Exportación (DEX) que tributa el agro, una consultora privada elaboró un estudio con diferentes escenarios de reducción de retenciones de los principales granos embarcados desde la Argentina.
Según el trabajo de AZ Group, una eventual reducción parcial de los DEX a la soja y total al trigo y al maíz tendría una mejora en el precio percibido por el productor de acuerdo con el nivel de la posible baja.
En el modelo se establece una disminución eventual de cinco puntos porcentuales en las retenciones de soja (actualmente 33% en el poroto y 31% en la harina y el aceite; el 80% del total de recaudación por derechos de exportación) y la eliminación de los derechos que gravan al maíz y al trigo. Para el análisis de la soja, se separa en el mercado del poroto para exportación y de sus subproductos, el aceite y la harina, para uso industrial.
La consultora analizó que para el cálculo del FAS teórico de la industria se aplican los rendimientos, recuperos y costos de elaboración corrientes.
Con los datos del cuadro, preparado por Jeremías Battistoni, analista de AZ-Group, con cotizaciones al 17 de enero, se puede calcular cuánto de una posible reducción de retenciones se trasladaría a los precios que reciben los productores en la tranquera. Al efectuar las cuentas teóricas para los distintos productos, el autor llega a las siguientes conclusiones:
- Una reducción de cinco puntos en los derechos del poroto de soja no tendría efecto sobre el precio de disponible, porque los exportadores están trabajando a contramargen (260 versus 278US$/t).
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- Distinto sería el efecto sobre la industria aceitera, ya que la reducción permitiría llegar a una capacidad teórica de pago de 294US$/t versus los 278 que abonan actualmente.
- La eliminación de retenciones tendría un efecto moderado en maíz y trigo, en función de que tributan 12%. En maíz permitiría pasar de los 197U$S/t que se ofrecían el 17 de enero por mercadería disponible a 211U$S/t, y en trigo los valores equivalentes serían 194 y 214US$/t.
Diferencias de recaudación
En el cuadro, señalaron que se puede ver que la caída de recaudación fiscal por efecto de la instrumentación de las reducciones de impuestos planteadas en este escenario sería de 1926 millones de dólares, al pasar de 6655 millones de dólares (escenario actual) a 4728 millones de dólares (escenario con reducciones de derechos).
Según mencionó Battistoni, de los 1926 millones de dólares, 898 millones corresponderían a la soja, 719 millones al maíz y 309 millones al trigo.
Por otra parte, en el cuadro también se ve que la recaudación caería 29 millones de dólares por cada punto de disminución de retenciones al poroto de soja; 62 millones en el caso del aceite y 89 millones para la harina. En maíz y trigo, los valores respectivos serían 60 y 26.
Indicaron que si se plantea un escenario con mayores reducciones de los derechos de exportación, recortando 10 puntos en el complejo soja, para quedar en 23% para el poroto, 21% para subproductos y 0% para los cereales, la industria podría pagar 315US$/t por la oleaginosa, con una caída de recaudación de 2825 millones de dólares entre los tres cultivos.
Más allá de los efectos positivos sobre las cuentas de los productores, una reducción como la descripta en el primer escenario tendría un costo fiscal que, a priori, parece poco relevante para el Estado, según el trabajo. Una caída de la recaudación de 1926 millones de dólares equivale a 2.047.000 millones de pesos aproximadamente, que representa el 1,7% de la recaudación total de impuestos, que asciende a 115.924.195 millones de pesos según el proyecto de Presupuesto 2025.
De implementarse la rebaja tributaria, “se iniciaría así el camino hacia los modelos de producción agrícola de los países desarrollados, dejando de lado políticas extractivas abandonadas por aquellos a partir de los 30. Modelos como el Farm Bill en Estados Unidos, la PAC europea o incluso las políticas de seguridad chinas, son ejemplos de esta visión de largo plazo. Estos países cambiaron el enfoque hacia el agro al considerarlo la base de un desarrollo estratégico y no como una simple fuente de recursos”, concluyó Battistoni.