La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca llega acompañada de amenazas a Europa con invasiones y olas de aranceles. España, Alemania, Francia…nadie parece salvarse del “América First”, ni siquiera quienes dicen ser sus mejores aliados, como es el caso de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, el único puente entre ambas orillas del Atlántico. Por eso, lejos de la cordialidad protocolaria que muestran los mensajes de los líderes europeos, en Bruselas reina el nerviosismo y todos se hacen la misma pregunta: ¿A dónde se dirige Europa?
Este martes, un día después de la toma de posesión del líder republicano, todas las miradas estaban puestas en el Foro Económico Mundial, en Davos, donde ha tomado la palabra la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, la voz cantante del bloque comunitario.
En su discurso, tajante, la líder germana ha admitido que la realidad mundial no es la misma que la que vimos hace medio siglo. “El orden mundial cooperativo que imaginamos hace 25 años no se ha convertido en realidad. En cambio, hemos entrado en una nueva era de dura competencia geoestratégica […] Las reglas han cambiado. Nosotros debemos hacerlo también“, ha afirmado la dirigente germana.
Las palabras de Von der Leyen vienen a decir que el bloque comunitario ha ’pecado’ de excesiva ‘confianza’ en el mercado global, que ahora se ve amenazado por el proteccionismo y cuyas turbulencias sacuden a una UE con potencial, pero todavía en estado de parálisis. En este sentido, ha subrayado que Europa ha sido en estos años muy dependiente de otras potencias mundiales para impulsar su riqueza. “[La UE] Ha dependido de la energía barata procedente de Rusia. Y con demasiada frecuencia ha externalizado su propia seguridad. Pero esos días ya pasaron”, ha declarado.
“Europa debe cambiar de marcha”
El gran punto débil de la Unión Europea, que ya demostró el informe Draghi, está en la “carrera” por la hegemonía tecnológica, donde Europa parte con desventaja frente al gigante asiático y estadounidense. El quid de la cuestión está en la posición que tomará Europa en los próximos cinco años, si seguiría en la senda de las estrictas reglas medioambientales, la regulación y burocracia excesiva y la dependencia con los grandes, o por el contrario estaría dispuesta a flexibilizar las reglas de juego a fin de ser más competitivos.
Von der Leyen, ahora más que nunca, ha incidido en que la UE debe “cambiar de marcha” para “aumentar su productividad”: “No nos falta capital, nos falta un mercado capital eficiente”, ha esgrimido. Por una parte, esto se consigue movilizando “más inversión en innovación”, y por otra, simplificando las normas de financiación sostenible, para ayudar a crecer a las empresas.
“Hay que explorar otras oportunidades”
“La carrera comienza en casa”, ha señalado, pero admite que Europa seguirá “abierta a negocios” con aquellos socios que puedan beneficiarle. “No solo viejos amigos, sino con cualquier país con el que compartamos intereses“.
Sigue incluyendo entre sus planes a Estados Unidos, que representa el 30% del comercio global y continuará como un socio prioritario para Bruselas: “Hay mucho en juego para ambas partes”, ha admitido. Pero la líder del ejecutivo comunitario ha reivindicado nuevos acuerdos como los conseguidos recientemente con Suiza, Mercosur y México, e incluso se abre a profundizar sus relaciones con India e incluso China: “Creo que también debemos buscar beneficios mutuos en nuestra conversación con China”.
El Acuerdo de París es “la mayor esperanza”
Con todo esto, Von der Leyen ha lanzado un dardo contra Trump afirmando que “las prioridades no han cambiado” y ha hecho hincapié en la lucha contra la crisis climática, después de que el líder republicano ordenase de nuevo abandonar el Acuerdo de París. “El Acuerdo de París sigue siendo la mayor esperanza de toda la humanidad, por lo que Europa mantendrá el rumbo y seguirá trabajando con todas las naciones que quieran proteger la naturaleza y detener el calentamiento global”, ha subrayado.
“Las reglas de juego entre las potencias mundiales están cambiando. No debemos dar nada por sentado. Y aunque a algunos en Europa puede que no les guste esta nueva realidad, estamos dispuestos a afrontarla”, ha sentenciado.