La futura administración de Donald Trump dejó en claro que las prometidas deportaciones masivas comenzarán a implementarse desde este lunes 20 de enero, tras la asunción del republicano. El nuevo “zar de la frontera” designado, Tom Homan, declaró que “el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU. (ICE, por sus siglas en inglés) comenzará a detener a las personas que representen una amenaza para la seguridad pública y la seguridad nacional desde el primer día”.
Estas operaciones fueron descritas como “bien planificadas” y con objetivos claros. “Cuando ICE salga, sabrán exactamente a quién están buscando y prácticamente dónde los encontrarán”, afirmó el futuro funcionario federal.
El presidente electo también reafirmó su compromiso durante un mitin en octubre pasado, antes de las elecciones, donde declaró: “El primer día lanzaremos el mayor programa de deportación de la historia de Estados Unidos para expulsar a los criminales».
Además, según NBC News, uno de sus asesores indicó recientemente que la aplicación de esta medida comenzará “en el momento en que el presidente Trump ponga su mano sobre esa Biblia y preste juramento al cargo”.
De acuerdo a la prensa local, se espera que las operaciones se concentren inicialmente en las llamadas ciudades santuario, que limitan la cooperación con las autoridades federales de inmigración. Estas metrópolis, como Chicago, Nueva York y Los Ángeles, podrían convertirse en los primeros escenarios donde se implementen acciones migratorias.
De hecho, informes previos citados por The Wall Street Journal indicaron que Chicago sería la “zona cero” de estas acciones, aunque Homan luego aclaró que el enfoque será nacional y no limitado a una sola ciudad.
Quiénes son los inmigrantes apuntados por la futura administración de Trump
Trump y su equipo revelaron durante la campaña y las últimas semanas que inicialmente se centrarán en inmigrantes con antecedentes penales, pandilleros y aquellos considerados una amenaza para la seguridad nacional.
Sin embargo, las declaraciones de futuros funcionarios dejaron entrever que todos los inmigrantes indocumentados podrían estar en riesgo, independientemente de su historial, incluidos aquellos que han vivido y trabajado en Estados Unidos durante muchos años y no tienen antecedentes penales.
Durante una entrevista, Trump también indicó su intención de eliminar la garantía de ciudadanía por nacimiento y restablecer políticas migratorias de su primera administración, como el programa Permanecer en México y el Título 42, medidas que buscan acelerar la expulsión de migrantes en situación irregular.
Qué son las “operaciones de cumplimiento selectivo”
Tom Homan insistió en que estas deportaciones no serán “redadas” indiscriminadas, sino “operaciones de cumplimiento selectivo”, tal como informó la BBC. Esto significa que las autoridades ya tienen identificados a los objetivos y conocen sus ubicaciones.
La administración también espera enfrentar demandas por parte de organizaciones defensoras de los derechos civiles, pero los futuros funcionarios dejaron en claro que esto no detendrá sus planes. “Estoy seguro de que nos demandarán, pero adelante”, comentó Homan.
Los obstáculos para las deportaciones masivas de Trump
A pesar del respaldo de una parte considerable del público estadounidense —con un 55% que apoya en alguna medida estas acciones, según una encuesta del New York Times e Ipsos—, el plan de deportación masiva enfrentará varios desafíos.
Entre ellos, el déficit presupuestario del ICE de 230 millones de dólares y la resistencia de ciudades y estados que ya comenzaron a adoptar políticas de protección para inmigrantes indocumentados, lo que podría dificultar la ampliación de las operaciones.
Además, los defensores de los derechos de los inmigrantes anticiparon que tomarán acción inmediata contra las medidas de Trump. En ese sentido, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles expresó que está “lista para tomar medidas en el momento en que Trump preste juramento al cargo”, según NBC News.