CÓRDOBA.– ”Mi hija tiene autopsia. Intoxicación de potasio, exceso de potasio. Tenía casi 19 de potasio”, contó Brisa Molina, madre de Melody, una de las dos bebas nacidas en el Hospital Neonatal de esta ciudad el 6 de junio de 2022 y que murieron horas después. Y agregó: “Tenía un pinchazo en la espalda, donde le vi el punto rojo y no me di cuenta. No pensé que me la iban a matar. Era solo una beba”. Ese mismo día se descompensaron otras dos recién nacidas, pero sobrevivieron.

Molina declaró este lunes en el juicio que tiene como principal acusada a la enfermera Brenda Agüero, quien está imputada por cinco asesinatos más otros ocho en grado de tentativa. Además, hay diez exfuncionarios y profesionales que también enfrentan a un jurado popular. Para ella, si se comprueban los delitos, solo cabe la pena de prisión perpetua.

La madre que declaró este lunes insistió en que después del fallecimiento, le señalaron que “no tenían explicación, que nunca les había pasado algo así”. Como la médica de guardia no quiso firmar el acta de defunción, a Melody le realizaron una autopsia. “A mí me duele hablar de este tema; no me gusta recordar, me lo quiero guardar para mí sola –afirmó Molina–. Solo tomé tratamiento psicológico en el embarazo de Jordan[su hijo, que hoy tiene cinco meses]”. Detalló que en ese parto estuvo muy mal, que no quiso que nadie lo tocara, ni se le sacara.

Molina tuvo a Melody a los 17 años –es la más joven de todas las madres que ya declararon– y fue mamá nuevamente hace cinco meses. Su pareja y padre de las dos niños está detenido. Le costó mucho hablar, se quebraba cada pocos minutos. Relató que se realizó todos los controles durante su embarazo, al que calificó de “bueno” y que en la última ecografía antes de empezar a atenderse en el Neonatal (antes fue en un dispensario) le explicaron que su beba “estaba muy bien, columna y corazón normales”. Detalló que su madre, Romina Cejas, la acompañó en toda la previa al parto.

Brenda Agüero, la enfermera que es la principal acusada en el juicio que entró en su tercera semana

Sufrió “muchos dolores” en la sala de preparto. “No los soportaba; no me daban más bola. Pedí cesárea porque ya no soportaba, pero me dijeron que no me (la) podían hacer porque el bebé venía bien. No puedo recordar nada, no puedo recordar horarios, caras. Me dejaron que sufriera. Al final los llamé y les dije: ‘mi bebé está por nacer’. Vino una chica flaquita, de bordó, me hizo tacto, y me llevaron”, señaló Molina, que vestía una remera blanca con la leyenda “Justicia por Melody”.

Ya en la sala de parto, después de que nació su hija, se la pusieron en el pecho. Le indicaron que era “una nena y estaba sana. Ella me miraba y yo la miraba, ella lloraba y yo lloraba porque había nacido. Estaba feliz”. Indicó que después una enfermera se la sacó del pecho y la llevó para un costado de la sala, a donde ella no alcanzaba a ver. La terminaron de suturar, y fue en silla de rueda con su beba a la sala de posparto, donde había tres camillas y en una esquina un “cuartito chiquito, lleno de cosas”. Había otra madre y después llegó una más. La tercera en llegar fue Ludmila Torres, mamá de otra beba que se descompensó, pero sobrevivió.

Molina contó que Melody estaba “bien, tomaba la teta”. Estuvo en la sala de posparto como hasta las 7.30. “Cambió la guardia, y el gordito que me acompañaba se fue y llegó una enfermera que se quedó ahí parada. Nos miraba a las tres. En un momento tuvimos que dejar a las bebas en la camilla porque nos revisaron. Primero la bajaron a Ludmila, le cambiaron el camisón; después me tocó a mí, le di mi hija a la enfermera. No me acuerdo la cara de ella”, dijo. En varias oportunidades, enfatizó que no recordaba características físicas de esa mujer; sí que se dio vuelta para cambiarse y dio la espalda a la beba.

De Melody precisó que “lloraba todo el tiempo. Así que si le hicieron algo yo no me di cuenta”. Un enfermero la llevó a una sala común a donde volvió a encontrarse con Torres. Alrededor de las 8 llegó su madre a dejarle los bolsos y le puso el chupete a su nieta. “Antes le pusieron dos vacunas en la pierna. Era la enfermera. Mi mamá me dijo que tenía las manitas frías. A las 12, volvió mi mamá y fue la última vez que tomó la teta. A la tarde ya no quería más, tenía las manitas frías, le puse las manoplitas. Era raro porque hacía calor. Tenía los ojos para abajo”. Apuntó que le preguntaba a las enfermeras y le insistían en que era “normal”.

Recordó que a las 21 se durmió con Melody al lado porque estaba “muy cansada”. Se despertó, le habían dejado la cena, comió y subió fotos a las redes. “Noté que no se movía, no lloraba y era raro. Le empecé a hablar y no respondía. La compañera de sala llamó a las enfermeras y se la llevaron. Me fui atrás de ellas, me trajeron de nuevo. Tocó a la bebé de Ludmila y le dijeron: ‘mamá su bebé también está mal’ y se la llevaron también”.

Melody quedó ingresada en terapia intensiva . El 7 de junio a la madrugada murió. “Nadie me explicó nada. Ellos me hicieron creer que mi bebé tenía un problema tan interno al corazón que no podían detectar qué le había pasado. Y así me fui a mi casa”.

Molina describió que a su hija le puso un body blanco, una batita rosa, una ranita rosa, un gorro rosa y un enterito de plush verde agua. Esa tarde, al cambiarla, antes de la descompensación, vio una “manchita de sangre. Pero no le di bola, era chica, era mi primer hijo”, explicó. Después indicó que ese “punto” estaba en la espalda “más arriba de la mitad”. Planteó que se llevó esa ropa a la casa porque “tenía el olor de ella, nunca la lavé. Después me la pidieron en la Unidad Judicial y la entregué”

De las madres querellantes, ya declararon Damaris Bustamante, madre de Benjamín; Yoselín Rojas, de Angeline, y Julieta Guardia, de Ibrahim. Las tres ubicaron a la enfermera en los escenarios donde estaban sus bebés y, lo más importante para la causa, dijeron que tuvo contacto con ellos. Los jurados también escucharon a Vanessa Cáceres, cuyo hijo fue el primero en morir de la serie investigada. De los recién nacidos sobrevivientes pasaron Tamara Hermosilla y Brenda Leiva, quienes apuntaron a Agüero como la enfermera que estuvo en contacto con sus hijos.