MENDOZA.- Tienen colores similares y convergen en los aromas y sabores en una copa de vino tinto. Pero, no es la uva lo que empieza a llamar la atención con fuerza en la tierra “del sol y del buen vino”. Se trata de la cereza, que viene dando saltos importantes en su producción “temprana”, además de reconocimiento internacional. En este escenario, en 2024, Mendoza pasó a tener un rol preponderante en la industria nacional, siendo la principal productora del país.
“Lo que fue muy interesante a nivel estratégico para Mendoza es lo que pasó con la cereza, en donde nosotros apoyamos desde el Ministerio de la Producción, en un fortalecimiento institucional en el sector específico y nos estamos posicionando como exportadores de cereza temprana. Para eso hemos traído distintos asesores de Chile que vienen y que plantean un modelo productivo muy interesante, que creemos que es muy viable para Mendoza y que nos está posicionando internacionalmente”, contaron a LA NACION desde el Ejecutivo mendocino, que ve con buenos ojos el futuro de la rica súperfruta, considerada una “reina invencible”, por sus innumerables propiedades.
Selección genética: la herramienta clave para un buen manejo reproductivo del rodeo de cría
De acuerdo con datos aportados por el sector, los principales destinos de exportación incluyen Europa, Estados Unidos, Hong Kong, Singapur y China, con un creciente interés en este último debido a su demanda durante el Año Nuevo chino. Hasta finales de noviembre de 2024, se han exportado aproximadamente 2340 toneladas, lo que refleja un buen inicio para la temporada, destacaron las fuentes consultadas.
La producción de cerezas en la Argentina está liderada por Mendoza, seguida por Río Negro, Neuquén, Chubut y Santa Cruz. Cada región tiene su propio período de cosecha y contribuye a una oferta nacional que ha ido aumentando significativamente en los últimos años, gracias a mejoras tecnológicas y condiciones climáticas favorables.
Vale mencionar que el crecimiento de la Argentina está estancado en superficie desde hace más de 10 años. De todas maneras, la tendencia del desarrollo en el país está en torno al crecimiento del 12% interanual y es básicamente por mayor eficiencia en la productividad.
Una feroz tormenta arrasó con miles de hectáreas de viñedos, durazneros y otros frutales a punto de ser cosechados
“Es muy poco lo que se va plantando anualmente a nivel nacional, en torno a 100/200 hectáreas, que básicamente es renovación de fincas o ampliación de empresas que ya están en el negocio. Pero hay un crecimiento modesto pero constante en el volumen exportable”, señalaron en el sector.
En 2024, el precio promedio de las cerezas argentinas en el mercado internacional se ubicó por encima de los US$4 por kilogramo. Este precio ha sido respaldado por la alta calidad del producto y una demanda firme en mercados como Europa y Asia.
“En datos, por ejemplo, por un kilo de cereza temprana, se paga en ciertos mercados hasta 30 o 40 dólares el kilo y estamos posicionados justamente en esos mercados, compitiendo solo con algunas regiones de Chile como Ovalle y algunas otras regiones de Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia”, explicó a LA NACION Alfredo Draque, director de Agricultura de Mendoza, dependiente del Ministerio de la Producción.
La cosecha ha sido favorecida por un clima óptimo durante la primavera, lo que ha permitido una floración adecuada y un desarrollo saludable de las frutas. “La calidad premium de las cerezas argentinas ha sido un factor clave para mantener altos precios en el mercado global. El 90% de la producción se destina a la exportación, lo que subraya la importancia del mercado internacional para los productores locales. Estamos con muchas expectativas y tratando de incorporar la mejor genética que podamos para tener plantas más tempranas, con poco requerimiento de horas de frío”, ponderaron los especialistas del sector.
La cereza está catalogada como la “reina imbatible” por su frescura, calidad, dulzura y capacidad de adaptación a las diferentes estaciones del año. En tanto, para la cultura china, representan buena suerte y prosperidad. Mendoza es zona de cerezos y el final de la primavera es la temporada ideal para consumirlas frescas. También se pueden conservar y usar para deliciosas recetas. Tienen innumerables beneficios para la salud.
Entre las regiones más destacadas del país está Mendoza que es la principal productora de cerezas del país, concentrando aproximadamente el 60% de la producción nacional. Tiene una superficie cultivada de alrededor de 766 hectáreas y las zonas más productivas incluyen el Valle de Uco, que representa el 84% de la producción provincial, y la zona norte. Sus cosechas comienzan en octubre y pueden extenderse hasta enero.
Por su parte, Río Negro cuenta con unas 264 hectáreas dedicadas al cultivo de cerezas. Produce cerca de 3000 toneladas anuales, lo que representa alrededor del 10-11% de la oferta nacional. Su recolección inicia en noviembre y se extiende hasta enero.
En tanto que Neuquén, con aproximadamente 220 hectáreas, también juega un papel importante en la producción, contribuyendo con un volumen similar al de Río Negro. Sus cosechas comienzan en noviembre. Chubut tiene unas 338 hectáreas y produce alrededor de 1800 toneladas anuales y la cosecha se realiza principalmente en diciembre. Santa Cruz, con aproximadamente 209 hectáreas, produce cerca de 1100 toneladas anuales y la recolección se lleva a cabo en enero, y su participación en la oferta nacional es del 9%.
En particular, Mendoza tiene cerezas en el oasis Norte, en los departamentos de Luján y Maipú Este, y en el oasis del Valle de Uco. De hecho, con los primeros calores se las observa en las verdulerías y, en muchas casas con jardín, el árbol crece con facilidad, dando abundantes y sabrosos frutos. Los cerezos en flor anuncian el equinoccio de primavera y su maravilloso resultado es uno de los más populares y con más propiedades nutritivas del mundo.
Se cree que la cereza es originaria de Asia Menor y que su cultivo proviene de la antigua colonia griega Kerasos, la actual Giresun, en la costa del mar Negro. “Las aves y las migraciones humanas contribuyeron a su difusión y hoy el cerezo se cultiva en muchas zonas del mundo con clima templado, y en Mendoza este árbol encontró un sitio ideal”, destacaron en el Ministerio de Producción local.
Los cerezos pertenecen a la familia de las rosáceas, del género prunus, como el damasco, la ciruela o el durazno. Descienden de dos especies silvestres: la Prunus avium, de frutas dulces y color oscuro, y la Prunus cerasus, de frutas más ácidas y color rojo brillante.
En cuanto a las innumerables propiedades, además de tener muy pocas calorías, la cereza es rica en potasio, en fibras, en vitaminas C, A, B1 y B6, betacaroteno y antioxidantes. Por caso, para tener en cuenta, su consumo habitual ayuda a combatir enfermedades como reumatismo y artritis, debido a sus componentes depurativos y antioxidantes, así como a la presencia de ácido salicílico, las cerezas tienen propiedades antiinflamatorias. También diabetes, donde reducen el riesgo de aparición de esta enfermedad y sus complicaciones: son bien toleradas por los diabéticos por su contenido en fructosa y levulosa, de bajo índice glucémico.
Además, ayudan a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre y su posible acumulación en el hígado y evitan igualmente la formación de cálculos biliares. Por otra parte, varios componentes fenólicos que abundan en la cereza protegen el sistema cardiovascular y previenen la angina de pecho y el infarto de miocardio. En relación con la obesidad, son recomendables en dietas para reducir peso por su efecto saciante, laxante y diurético: esto se debe a su contenido en fibra, agua y potasio, así como al bajo aporte de lípidos y sodio. Asimismo, su acción reguladora mejora el estreñimiento y el meteorismo (excesiva formación de gases) y; para rebajar los niveles de ácido úrico, nada mejor que una cura de cerezas, algunos gotosos aseguran que cuando notan los primeros síntomas de un ataque, 30 cerezas bastan para calmarlo.
Por último, su riqueza en bioflavonoides, especialmente antocianinas, pigmentos a los que deben su color rojizo azulado y que tienen propiedades antioxidantes, capaces de evitar la degeneración celular, comer cerezas ayuda a reducir el riesgo de cáncer, en particular el de colon. Su contenido en ácido elágico refuerza sus propiedades protectoras.
La ciruela
Vale mencionar que dentro de esta familia de frutas, la ciruela no se quedó atrás. Así, esta drupa también tuvo una buena producción el año pasado. Por caso, la ciruela seca experimentó buenos niveles de exportación por las condiciones del dólar.
“Como mejoró esa situación a nivel macroeconómico hizo que el negocio fuera súper interesante también y sobre todo acompañado por la gran cosecha del 2024, que fue en cantidad y en calidad bastante buena, por encima de la media general del promedio de los últimos 20 años”, destacaron las fuentes consultadas. De esta manera, las prunus llegaron para quedarse en la tierra cuyana y dar una batalla en el mercado internacional, más allá de la performance que desarrolla la industria de la uva en todas sus facetas.