Un estudio de la revista Nature determinó que los gatos captan nuestras órdenes y las incorporan más rápido que los bebés humanos, quienes necesitan unos segundos más de comprensión para incorporarlo a su cerebro.
Para llegar a esta conclusión, diferentes científicos experimentaron con 31 gatos, a quienes los posicionaron frente a una computadora. Enfrente suyo, se veían las imágenes de un sol y de un unicornio. Acto seguido, las fotos cambiaban de tamaño y los gatos podían escuchar a sus dueños decir algunas palabras inventadas como “keraru” para referirse al unicornio y “paramu”, en referencia al sol.
Tras un breve lapso de tiempo, los gatos se cansaron y dejaron de mirar; unos segundos más tarde, se repitió el ejercicio, pero, esta vez, se invirtieron el orden de las palabras. Desconcertados, los animales se quedaron unos segundos más y se fueron.
Las conclusiones del caso no tardaron en llegar y apuntaron, en primer lugar, a la obediencia de los gatos y también se destacó cómo podían formar asociaciones entre palabras e imágenes. “Los gatos prestan atención a lo que decimos en la vida cotidiana y tratan de entendernos más de lo que nos damos cuenta”, sintetizó Shao Tagaki, científica cognitiva de la Universidad de Azabu, en un testimonio publicado en el sitio web de La Vanguardia.
Además de ponderar a los gatos, el estudio determinó que la relación palabra-objeto solamente les costó nueve segundos a los animales; por el contrario, los bebes, quienes también pasaron por este filtro, tardaron 14 segundos. “Los gatos perdieron rápidamente el interés en los estímulos, lo que hizo que pareciera que estaban aprendiendo más rápido que los humanos, pero no es una diferencia real en la velocidad de aprendizaje”, explicó.
Para sumar una voz más especializada al caso, Eleonora Torisi, veterinaria del Hospital Gattos, también dejó su consideración en el artículo de La Vanguardia y explicó que los gatos siempre tienen en cuenta a sus dueños, aunque su fama de ariscos los aleje de esa realidad. “Es cierto que los gatos nos prestan atención, e intentan comprendernos, más de lo que pensamos. Existe la falsa creencia de que son independientes, de que no les importa, pero los gatos siempre han tenido esta conducta curiosa hacia los humanos, solo que ahora somos nosotros los que les prestamos más atención a ellos”, aclaró la experta.
Por último, otro catedrático como Ignacio Morgado, quien trabaja en la Universidad Autónoma de Barcelona, siguió por la misma línea de los otros científicos y también realzó la conducta de los gatos, quienes son muy perceptivos y así lo demostraron en un estudio calificado: “Los gatos pudieron discriminar las palabras y las animaciones, no por su significado, porque obviamente no tienen facultades lingüísticas, sino por su capacidad de identificar imágenes y sonidos, y asociarlos”.
De esta forma, se probó que los gatos, quienes son domesticados junto a los perros, tienen una inteligencia similar a la de un bebé humano, quienes tienen un pequeño delay –según el estudio- para asociar las palabras y compenetrarse con sus padres.