Luego de varios días de calor sofocante, una lluvia que el jueves apenas insinuó ser más intensa y el cielo nublado del viernes alteraron los planes de los turistas en Pinamar. Las playas registraron menos concurrencia de lo habitual, mientras que muchos visitantes optaron por pasear y disfrutar de la gastronomía local.
Según el Servicio Meteorológico, se esperan condiciones similares para el fin de semana, con un domingo algo más fresco. A partir del lunes, el clima comenzará a mejorar. Reconocida por su variada oferta de actividades al aire libre, la ciudad también cuenta con numerosas alternativas para disfrutar en jornadas grises.
Entre las propuestas, las ferias de artesanías y productos locales se destacan como una opción popular. En la Avenida Bunge al 700, “Hecho en Pinamar” reúne a pequeños y medianos emprendedores con una oferta diversa de artículos regionales. En Valeria del Mar, en la intersección de Av. Espora y Azopardo, otra feria similar funciona desde las 19 hasta la medianoche, mientras que en Cariló, la Plaza Manuel Héctor Guerrero alberga la feria Sabe la Tierra, enfocada en productos orgánicos y diseño, incluyendo cerámica, velas y ropa de algodón. En este espacio también se realizan espectáculos musicales.
Durante la temporada, el Paseo del Norte Grande, con lugar en un escenario en Av. Bunge y Marco Polo, muestra la riqueza cultural, gastronómica y artística de diez provincias del norte argentino. En sus primeras jornadas participaron Formosa y Catamarca, mientras que Salta es la protagonista hasta este sábado. Santiago del Estero será la siguiente en sumarse.
Los comercios de las avenidas principales y las galerías comerciales ven un incremento significativo de visitantes en días de clima adverso. Este viernes, los locales tuvieron una importante concurrencia, a diferencia de los días de sol, cuando suelen permanecer más vacíos durante la tarde.
Por otro lado, el Teatro Municipal de la Torre (Av. Constitución 687) ofrece una amplia cartelera de espectáculos para todas las edades, con shows infantiles, obras de teatro, comedia y música. Entre las presentaciones destacan “Sean de Termos y Mabeles” de Ariel Tarico y David Rotemberg, una composición de Ángela Leiva y Javier Calamaro, y shows de comedia como el de Darío Orsi, entre otras. Los horarios de las funciones y los detalles de todas las actividades fuera del teatro están disponibles en agenda.pinamar.gob.ar.
Otro punto clave para la agenda cultural es el Viejo Hotel Ostende, que esta temporada presenta la muestra fotográfica “San Perrito” de PH15, un homenaje a los perros capturados en imágenes por jóvenes en situación de vulnerabilidad. El 24 de enero, además, se realizará allí una charla con la escritora Inés Garland, quien presentará su libro Diario de una mudanza.
En Cariló, el Hotel Ville Saint Germain exhibe las obras del artista Andrés Lemos, creadas con caños de escape incautados y destinadas a una subasta solidaria. Asimismo, el Parque Escultórico Pinamar cuenta con más de 70 piezas de artistas contemporáneos distribuidas en lugares icónicos como la parroquia Nuestra Señora de la Paz y la Isla del Golf. Este verano, la obra “Nómades”, de Ximena Ibáñez, se sumó al espacio, explorando la relación entre la humanidad, la naturaleza y el concepto de hogar.
En el ámbito del entretenimiento, el Escape Room en Av. Bunge y Marco Polo desafía a los visitantes con siete salas temáticas en las que deben superar diferentes acertijos en un lapso de 60 minutos. Mientras que Virtual Paradise, en el mismo sitio, ofrece experiencias de realidad virtual. Además, Pinamar cuenta con tres salas de videojuegos (el precio de los fichines cuesta $500) y el Tren de la Costa, que inicia sus recorridos a las 17 horas.
Para los más aventureros, el kilómetro 398.5 de la Ruta 11 alberga Sector 400, donde se puede disfrutar de paintball, tirolesa y karting. En el Eco-Parque de Cariló hay actividades como escalada, puentes colgantes y arquería. Este verano regresa también Super Jump, un parque inflable de gran tamaño con más de 300 metros de obstáculos.
Espacios como el casino, el bowling, el bingo y el cine en el centro son opciones tradicionales que ganan concurrencia en días lluviosos. Por otro lado, en los bosques de Pinamar Norte, un café rodeado de naturaleza emerge como un refugio para quienes buscan un momento de tranquilidad, mientras que en Cariló una vermutería al aire libre se posiciona como una opción para el horario de after beach. También en esta localidad, el Jardín de Colibríes, con 600 plantas polinizadoras, permite una experiencia única para los amantes de la flora y fauna.
Para quienes disfrutan del deporte, hay senderos -como el Camino de los Pioneros- y circuitos de ciclismo con recorridos de diferente dificultad. Además, este viernes se vio a muchos jugando al pádel, una actividad en auge en los últimos años y que cuenta con tres complejos de canchas: se localizan en Jasón 1044, Av. Martín pescador y Eneas, y De las Artes y Los Aromos. Las cabalgatas es otro plan que toma fuerza los días sin playa.
El frente costero de Pinamar sumó este verano un atractivo renovado: una nueva pasarela peatonal que, junto con las otras diez existentes, recorre 22 kilómetros de playa, combinando vistas panorámicas con acceso cómodo sobre los médanos.
En cuanto al turismo histórico, la zona fundacional, cercana al Playas Hotel, invita a explorar miradores, bosques antiguos y viviendas históricas. En Ostende, el circuito por la Rambla -antiguo paseo construido por los europeos que fundaron el balneario en 1913-, la casilla de Arturo Frondizi y el Viejo Hotel Ostende ofrece un viaje al pasado, complementando la oferta cultural de la región.
Fotos: Pablo Kauffer