Villa Gesell (Enviada especial).— El modesto hall se parece a una terminal de ómnibus de pueblo. No hay pasajeros en su interior, los bancos de metal están vacíos y en el mostrador de atención solo hay un empleado sin demasiado trabajo: en pleno cambio de quincena de enero no hay ningún servicio programado. Afuera, la situación es aún más desoladora. Pastos crecidos, alambrados rotos y un camino asfaltado y angosto que conecta la entrada con el chalet principal que funciona como terminal. Un cartel de hierro blanco percudido y oxidado con sencillas letras en verde nos anuncia que estamos en el aeropuerto de Villa Gesell.

Los pastizales son los protagonistas a ambos lados de la pista y no se ven aviones. El hangar, ubicado a un costado de la terminal, tiene amplias puertas corredizas. En su interior, se resguardan del sol avionetas del aeroclub local. Hay herramientas y repuestos organizados en estanterías y carteles que recuerdan que en algún momento esta fue la terminal aérea alternativa al aeropuerto de Mar del Plata.

En pocos minutos desde aquí se llega a Gesell, pero también a varios de los destinos más exclusivos de la Costa Atlántica: Pinamar, Cariló, Costa Esmeralda, Mar de las Pampas y Mar Azul.

La entrada del aeropuerto de Villa Gesell.

Inseguridad y fallas

Aerolíneas Argentinas voló aquí hasta el 2000, cuando decidió cancelar sus operaciones desde Aeroparque porque la empresa se había desprendido de sus aviones más pequeños y porque los técnicos de la línea de bandera consideraron que la terminal no reunía las condiciones de seguridad necesarias para operar con los Boeing 737 de mediano alcance.

En 1990, un Fokker F-28 se despistó y se incendió. Si bien no hubo víctimas, el incidente puso de manifiesto deficiencias en la infraestructura en caso de emergencias. De hecho, en ese momento los bomberos no pudieron acceder al avión rápidamente porque la autobomba se había quedado empantanada.

En el hangar principal del aeropuerto hay avionetas del aeroclub local

En 2017 una pequeña avioneta que pilotaba el entonces jefe del aeropuerto también se despistó. En junio del 2023 fue clausurado por la rotura del cerco y la presencia de vacas de los campos cercanos.

La pista quedó corta (1500 metros) para los aviones que utilizan las principales aerolíneas del país, la terminal es pequeña y no tiene un controlador aéreo, lo que somete a los pilotos a la aproximación visual para aterrizar. Hoy el aeropuerto no puede operar de noche por falta de iluminación.

Cuestionamientos y promesas

El último intento de realizar vuelos comerciales a Villa Gesell se realizó en el verano de 2023. Líneas Aéreas del Estado (LADE) -dependiente de las Fuerzas Armadas- apostó por dos vuelos semanales a bordo de un DHC-6 200 Twin Otter con capacidad para 10 pasajeros. Esa temporada fue la última vez en el que se pudo llegar a esa parte de la costa bonaerense en avión sin tener que recurrir a vuelos privados.

Uno de los aviones DHC-6 200 Twin Otter de la Fuerza Aérea Argentina.

Desde hace varios años, el bloque de concejales de Juntos de Villa Gesell expresó preocupación por las condiciones operativas del aeródromo, al señalar la falta de un controlador aéreo y al cuestionar la inversión de la infraestructura. Según pudo saber LA NACION, los legisladores indicaron que, a pesar de haberse destinado fondos al aeropuerto, los trabajos nunca se llevaron a cabo. Esto los llevó a solicitar informes al Ejecutivo municipal sobre la seguridad del predio, pero no obtuvieron respuesta.

“Es un aeropuerto único en la zona y no se hacen las reparaciones o acuerdos para funcionar de manera digna. Los vuelos de LADE fueron una pantalla”, indicó a LA NACION Adrián Green, concejal de Juntos. “La pista es corta y las señales de balizamiento no funcionan”, agregó.

Además, Green aseguró que “están todas las condiciones para que se amplíe” y que eso debería ser “una prioridad para la región” en materia turística. “Estamos desconectados del país sin este aeropuerto. Hoy el turista elige viajar con mayor comodidad. Caemos en ocupación cada año”, advirtió.

El secretario de Turismo nacional de la administración libertaria, Daniel Scioli, prometió en diciembre ampliar la terminal y la pista del aeropuerto para darle otra oportunidad. Durante una reunión en Pinamar con empresarios turísticos y el intendente de esa localidad, Juan Ibarguren, el exfuncionario kirchnerista destacó la importancia de mejorar la conectividad aérea en la región.

Sin embargo, pese a las consultas de este medio no especificó su plan ni plazos. Scioli en aquel encuentro mencionó que solicitará una reunión con el intendente de Gesell, Gustavo Barrera, y autoridades de Aeropuertos Argentina, para participar en la posible gestión y ampliación.

Pese al anuncio, desde la gestión gesellina de Barreda -aliado al gobernador Axel Kicillof– miran la iniciativa con escepticismo. “No hay absolutamente nada. Fue una declaración, un comentario. No hubo ningún pedido hacia el municipio”, dijeron.

Daniel Scioli y Juan Ibarguren.

Las disputas políticas volvieron a florecer. “Barrera no quiere que lleguen las lowcost, que es lo que va a pasar si se amplía el aeropuerto. Nunca quiso hacerlo, para él ir en avión es turismo de élite y busca un turismo más social, algo que ya no funciona”, considera el concejal opositor Green. “Cuando la idea no la tiene alguien de su espacio político, no se hace”, sentenció.

¿Una oportunidad?

Mientras el Gobierno nacional avanza con su política de cielos abiertos y la desregulación del servicio aeronáutico, puede abrirse una oportunidad para la operación de aerolíneas con aviones pequeños sin la necesidad de que se hagan cargo empresas que tienen jets más grandes.

Fuentes a cargo del aeródromo le dijeron a LA NACION que ninguna iniciativa de ampliarlo prosperó hasta el momento. Sin embargo, esperan que ocurra un “milagro” y que empresas privadas inviertan y tengan su propio hangar. “Son decisiones políticas, a la vista hace años no se invierte. Hay cinco empleados”, sostienen.

El Aeroclub de Villa Gesell.

El municipio de Pinamar, a cargo de Ibarguren, esperan que el aeropuerto pueda reactivarse y que eso sería un “gran hito” para el desarrollo local. “Hoy en día la única conexión que tenemos con el resto del país y del mundo es vehicular o el aeropuerto internacional de Mar del Plata que está más de 100 kilómetros de distancia. Este aeropuerto significaría más turistas, más inversiones y más desarrollo todos los meses del año”, aseguró el intendente a este diario.

Por su parte, el diputado de Pro y exministro de Turismo de la Alianza, Hernán Lombardi, es uno de los que apuesta por la reinvención del aeropuerto gesellino. “Sería un fomento tremendo al turismo recreacional y de eventos y negocios. El municipio tiene que ponerse las pilas de una vez por todas”, pidió el legislador en diálogo con LA NACION.

En tanto, insistió en que en el nuevo escenario de desregulación de los cielos, que impulsa el ministro Federico Sturzenegger, “las empresas se pueden acercar con otro tipo de aeronaves con más frecuencias”.

“Con una inversión razonable hay mucho que se puede hacer al aeropuerto para que funcione. Se puede poner en marcha y va a haber una dinamización impresionante. Hay una decisión que el municipio y la Provincia tienen que tomar. Es factible para todo el año”, cerró el legislador.