En las últimas horas, se dio a conocer el informe preliminar sobre el accidente del avión que se despistó en el aeropuerto de San Fernando el pasado 18 de diciembre y se estrelló contra una casa, causando las muertes del piloto y el copiloto de la aeronave.

El texto, primer avance en la minuciosa investigación llevada adelante por la Junta de Seguridad en el Transporte, revela, entre otras cosas, que la trayectoria de aproximación del Bombardier Challenger 300 al aeropuerto “mostró diferencias significativas en comparación con las aproximaciones previas” de la aeronave a ese mismo aeropuerto en sus nueve vuelos anteriores.

Por otro lado, se marcaron algunas irregularidades que dificultaron la llegada más temprana al lugar del siniestro de los bomberos. Esa tardanza es motivo de investigación desde un primer momento, a raíz de los testimonios de los vecinos de la zona.

En unas figuras que representan las trayectorias de aproximación de los últimos 10 vuelos registrados con aterrizaje en la pista 05 del Aeropuerto Internacional de San Fernando antes del accidente, se observa cómo “la trayectoria del vuelo accidentado (en color amarillo) mostró diferencias significativas en comparación con las aproximaciones previas”.

De todos modos, se aclaró en este informe preliminar que hay diversos aspectos clave cuya investigación está aún en pleno desarrollo, como “el análisis de los datos de vuelo” y “las grabaciones de cámaras de seguridad de un hangar privado en el aeropuerto”, que fueron resguardadas. En esos videos, “se observó la aproximación y el aterrizaje de la aeronave LV-GOK”.

Más allá de esta irregularidad, en esta primera fase no se hallaron resultados concluyentes respecto de las causas del accidente que les costó la vida a Martín Fernández Loza y Agustín Orforte, piloto y copiloto de la aeronave.

“Este informe presenta los hallazgos preliminares y provisionales de la JST, sujetos a modificaciones conforme avance la investigación. El análisis, conclusiones, acciones o recomendaciones de seguridad operacional solo serán publicados en el Informe de Seguridad Operacional”, indicaron desde la Junta de Seguridad en el Transporte.

El texto, además, detalla: “La pista 05 del Aeropuerto Internacional de San Fernando tiene una longitud de 1.690 metros de largo por 30 metros de ancho. No cuenta con Zona Libre de Obstáculos ni con Zona de Parada declaradas. Dispone de un Área de Seguridad de Extremo de Pista con 90 metros de longitud y 60 metros de ancho. Asimismo, no está equipada con un sistema de parada de extremo de pista”.

Los ojos puestos en el accionar de los bomberos

El informe marca varias irregularidades en el aeródromo que podrían haber demorado la llegada de los bomberos al lugar del choque

El detalle respecto de los recursos con los que se contaba en el lugar indica que “al momento del suceso, el aeropuerto tenía la categoría 520 para la extinción de incendios, con una autobomba de 6.000 litros de agua, 725 litros de espuma y 180 kg de polvo químico seco. Según lo relevado, en ese momento estaban operativos y con carga completa dos camiones autobomba. Uno de ellos, un vehículo Kronenburg K-35 específico para el Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios en Aeronaves (ARFF21), y otro de uso general”.

Luego, se marcan serias irregularidades que podrían haber demorado el accionar de los bomberos: “En el área destinada al Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios (SSEI) se observó la presencia de aeronaves en desuso que obstaculizaban el tránsito rápido de los camiones de bomberos. Estas aeronaves no se encontraban ancladas al suelo y varias no contaban con cuñas de estacionamiento. Al respecto, se constató que el 28 de octubre de 2024, la Policía Federal Argentina (PFA) notificó mediante comunicación oficial a la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) sobre la presencia de estas aeronaves que dificultaban el rápido accionar de la dotación de bomberos. El perímetro de la plataforma en dirección a la pista estaba delimitado por una zanja de desagüe abierta. Según lo manifestado por el personal de bomberos, ninguno de los vehículos operativos tenía capacidad de vadeo suficiente como para superar esta zanja en caso de emergencia”.

“Con motivo de la investigación se relevaron las instalaciones de recarga de agua y de carga rápida de espuma extintora en el SSEI. Según las entrevistas realizadas con el personal de bomberos, la conexión de repostaje de agua no contaba con la presión suficiente para realizar una carga rápida de los tanques, situación que se encuentra en proceso de investigación. Además, la tolva de carga rápida de espuma requería que el personal accediera al techo del vehículo, el cual no contaba con barandas de protección, y no disponía de una escalera que facilitara un acceso rápido”, se agrega en el informe.