Para quienes trabajamos con flores enero es un mes tranquilo. Con el cierre del año, termina también la locura de reuniones, casamientos y eventos que nos marca el ritmo de esos últimos meses. La temporada de vacaciones y la ciudad vacía son también sinónimo de menos movimiento y vida social: un momento perfecto para relajarse y soñar.

Un trabajo de Benjamin Avery, @colourblind_studio en Instagram.

En ese espacio de lo imaginario es el único en que puedo dejar de lado los aspectos prácticos y realistas de la profesión y sus limitaciones para imaginar un mundo en el que todo es posible.

Lo que realmente me inspira no es lo realizable o práctico sino aquello que me sorprende, que me provoca una emoción y dispara ideas. Muchas veces esa inspiración no viene del mundo de las flores sino del arte, el diseño, la arquitectura o la gastronomía, por ejemplo. Pero también hay floristas que me resultan sumamente inspiradores: personas a las que no conozco personalmente, pero que sigo y admiro hace años.

Pensé que sería lindo aprovechar la calma de enero en la ciudad para compartirles algunos de ellos y que podamos soñar juntos. Propongo que quienes tengan otras fuentes de inspiración para recomendar, me las manden por Instagram así puedo compartirlas a otros amantes de la naturaleza. Empiezo con los míos.

Exploración: Wagner Kreusch

Descubrí el trabajo de Wagner Kreusch cuando él era profesor en la London Flower School, una escuela que fue tan revolucionaria y contemporánea dentro del mundo del diseño floral clásico. Me acuerdo de que lo primero que me llamó la atención fueron los talleres con instalaciones que nunca había visto, fue un tiempo después que supe que detrás de muchas de ellas estaba el talento único de Wagner.

En algún momento, Wagner dejó de trabajar en la escuela, que poco después cerró sus puertas. Sin embargo, yo seguí la trayectoria creativa de Wagner en la que las exploraciones de la naturaleza se volvieron cada vez más profundas, más conmovedoras y aún más impresionantes.

Hay una atemporalidad y profundidad en su trabajo que no permiten encasillarlo en ningún tiempo ni lugar. Al contemplarlo, se percibe un profundo respeto por la naturaleza y un enorme talento para crear algo nuevo con ella.

Sutileza: Frida Kim

Hace tiempo que vengo siguiendo el trabajo de Frida Kim a la distancia y no deja de maravillarme el nivel de sutileza que logra en sus obras.

Oriunda de Corea pero radicada en Londres hace años, esta artista de las flores tiene un lenguaje único y sutil.

Hay tanto aire y movimiento en su trabajo que sus flores parecen flotar. Sus instalaciones tienen una cualidad etérea, como estuvieran suspendidas en el aire, ligeras y libres.

El Gigante: Azuma Makoto

Azuma Makoto es el gigante japonés del arte floral. Su imaginación no tiene límites y siempre se anima a soñar en grande. ¿Quién más podría imaginar enviar flores al espacio, sumergirlas en el fondo del mar o crear instalaciones de flores congeladas?

Todas sus obras son extremadamente complejas y difíciles de ejecutar. Pero, más allá de su capacidad para llevarlas a cabo, admiro su trabajo porque él nunca se limita a la hora de soñar.

Perfeción: Mary Lennox

Creo que fueron las imágenes del trabajo de Mary Lennox las que me impulsaron a dedicarme a las flores.

Cartier, Simone Rocha y Chloe son algunas de las marcas que se acercan a Lennox en busca de sus creaciones.

Nunca había visto algo tan hermoso y moderno hecho con flores, pero años después sigue sorprendiéndome lo audaz e impresionante de sus composiciones.

Supongo que por eso las marcas que admiro por su compromiso con la excelencia y el diseño eligen trabajar con ella: una artista única en su estilo.

Irina columna enero

Volúmenes: Lilo Klinkenberg, Benjamin Avery, Carolin Ruggaber

El trabajo de Studio Lilo, Colourblind Studio y Carolin Ruggaber ha sido una especie de nuevo descubrimiento para mí. A diferencia de Azuma, Wagner o Mary Lennox, a quienes sigo hace muchísimos tiempo, llegué al trabajo de estos estudios en estos últimos tres años y di con un lenguaje distinto.

Benjamin Avery montando una de sus grandes instalaciones. La naturaleza potente e imponente.

Me gusta esa capacidad para trabajar con grandes volúmenes botánicos en esculturas que parecen salidas de otro mundo.

Me gusta que al crear con la naturaleza no siempre se busque lo sutil y frágil, sino también lo poderoso, audaz, fuerte e imponente.

una de las esculturas imponentes de Lilo Klinkenberg.

Diversión: Hattie Molloy y Sofia Parker

Compromisos, límites, presupuestos, requisitos y restricciones son parte de la vida que de por si está plagada de responsabilidades. Justamente por eso el trabajo de artistas como Hattie y Sofía se siente como aire fresco y nuevo.

Un arreglo de Hattie Molloy.

Es increíble encontrarse con artistas que no se toman a sí mismos tan en serio: gente cuyo trabajo es un juego, pero mientras juegan, crean magia.

Palmeras en la interpretación de Sofia Parker (@wifenyc)

El futuro: Hannes Caspar y Botanica Etcetera Gallery

Todavía soy bastante nueva en todo lo que es arte generado por IA, pero no se puede negar que cuando esta herramienta es utilizada por un artista talentoso y hábil su efecto es impresionante. Aquí les dejo algunos ejemplos de trabajos que me gustaron de Hannes Caspar y Botánica Etcétera Gallery.

Una obra del fotógrafo y artista Hannes Casper.

Para mí, lo importante no es evaluar cómo fue hecha una obra; no siento que el uso de la IA la haga menos valiosa.

Lo que yo valoro es aquello que me hace seguir preguntándome, maravillándome y soñando. Al mirar el trabajo de estos artistas, me siento inspirada por la calidad onírica y fuera de este mundo de sus obras.

Las imágenes oníricas de Botanica Etcetera Gallery