La Niña generaría lluvias abundantes en la sierra y un preocupante déficit hídrico en la costa.. (servindi)

El verano 2025 trae consigo un panorama climático complejo para el norte del Perú. Según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), el fenómeno La Niña será el protagonista de la temporada, generando lluvias abundantes en la sierra y un preocupante déficit hídrico en la costa.

Jorge Carranza, jefe del Senamhi en Piura, informó que las precipitaciones ya han superado los valores normales en varias zonas de la sierra norte, donde el impacto de La Niña se hace evidente. Localidades como Huancabamba y Ayabaca han registrado lluvias diarias de hasta 62 mm, duplicando los promedios históricos.

Esta situación beneficia la acumulación en reservorios estratégicos como Poechos y San Lorenzo, que alcanzaron el 52 % y 34 % de su capacidad, respectivamente. Carranza destacó que estos niveles son cruciales para garantizar el suministro hídrico en la campaña agrícola grande, especialmente para cultivos como el arroz, que dependen intensivamente del riego.

Sin embargo, el exceso de lluvias también representa riesgos significativos. La saturación del suelo podría desencadenar deslizamientos y activar quebradas, amenazando comunidades vulnerables en las zonas altoandinas. Las autoridades han sido instadas a implementar medidas de prevención y mitigación para proteger a las poblaciones en riesgo.

En contraste, la costa norte experimenta un déficit pronunciado de precipitaciones, limitadas a ligeras garúas. Este desequilibrio podría afectar la disponibilidad de agua para uso urbano y agrícola a largo plazo, especialmente en un contexto donde las sequías se han vuelto más recurrentes.

Carranza explicó que la influencia de La Niña genera un enfriamiento en las aguas del océano Pacífico ecuatorial, lo que altera los patrones normales de lluvia en el país. Este fenómeno, monitoreado desde finales de 2024, continuará impactando la región durante enero, con pocas perspectivas de mejora para la costa.

Diversos fenómenos climatológicos provoca La Niña en el terrotorio peruano. (Foto: Andina)

El papel de los reservorios

A pesar de los desafíos, el manejo eficiente de los embalses ha permitido mitigar en parte los efectos del fenómeno. “Gracias a la información batimétrica actualizada, hemos autorizado un uso racional del agua en los reservorios, priorizando la sostenibilidad de los recursos hídricos para la agricultura”, indicó Carranza.

El arroz, cultivo clave en la economía de la región, se perfila como el principal beneficiado de esta gestión, pero el equilibrio entre las necesidades de los agricultores y las reservas urbanas sigue siendo una tarea delicada.

La Niña es un fenómeno atmosférico oceánico natural que presenta temperaturas de la superficie del mar más frías que el promedio en el Océano Pacífico. Foto: Reuters

Recomendaciones y perspectivas

El Senamhi reiteró la importancia de mantenerse informado a través de sus canales oficiales y seguir las indicaciones de las autoridades. La temporada de lluvias, que concentra el 77 % de las precipitaciones anuales en el norte, requiere una vigilancia constante para mitigar los efectos de eventos extremos.

De cara a los próximos meses, la entidad continuará monitoreando el comportamiento de La Niña para anticipar posibles escenarios adversos. Aunque la abundancia hídrica en la sierra trae alivio para ciertas actividades, la falta de agua en la costa podría generar tensiones a medida que avanza el verano.

La Niña, con su dualidad de abundancia y carencia, desafía una vez más la capacidad de adaptación del Perú ante un clima impredecible. Mientras las lluvias se desbordan en las montañas, las sequías amenazan la costa, dejando a las autoridades y comunidades en alerta máxima.