Los ronquidos son una molestia nocturna que afecta tanto a quienes los padecen como a sus compañeros de cama. A menudo asociados con problemas de salud como las apneas del sueño, estos sonidos no solo interrumpen el dormir, sino que también pueden influir negativamente en la calidad de vida. Sin embargo, investigaciones recientes revelaron un dato sorprendente: un alimento muy común podría ser un aliado inesperado para alcanzar un descanso verdaderamente reparador.
Para comprender cómo un alimento puede influir en este problema, es importante conocer cómo se provocan los ronquidos. Estos sonidos vibratorios ocurren cuando hay una obstrucción parcial del flujo de aire en las vías respiratorias durante el sueño. Esto sucede, generalmente, por la relajación de los tejidos blandos de la garganta, la lengua y el paladar, que vibran al paso del aire. Aunque en algunos casos los ronquidos son un fenómeno transitorio, también pueden ser una señal de alerta ante problemas de salud más serios.
En este sentido, uno de los trastornos más relevantes asociados con los ronquidos es la apnea del sueño. Este problema respiratorio se caracteriza por pausas en la respiración que pueden durar varios segundos y repetirse múltiples veces durante la noche. De hecho, los ronquidos fuertes suelen ser uno de los principales indicios de esta afección, ya que la obstrucción parcial del flujo de aire puede llegar a convertirse en una obstrucción total, lo que interrumpe el suministro de oxígeno y altera profundamente el sueño.
Y el impacto de los ronquidos y la apnea del sueño no se limita al descanso nocturno. Estas afecciones tienen consecuencias más amplias, como fatiga diurna, dificultad para concentrarse, irritabilidad y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Además, quienes comparten habitación con alguien que ronca también ven comprometida su calidad de sueño, lo que puede generar tensiones en las relaciones interpersonales.
Aunque hay diversos factores que aumentan el riesgo de roncar o desarrollar apnea del sueño, como el sobrepeso, el consumo de alcohol antes de dormir, fumar o ser hombre, es importante reconocer las señales de advertencia. Ronquidos fuertes y persistentes, pausas en la respiración observadas por otra persona, despertares frecuentes con sensación de asfixia, somnolencia excesiva durante el día y dolores de cabeza matutinos son indicios que no deben pasarse por alto.
Frente a este panorama, los hallazgos del Hospital de Qiandongnan ofrecen un enfoque novedoso. Según el estudio, el consumo regular de queso puede reducir hasta en un 28% la incidencia de ronquidos y apneas del sueño. Este sorprendente efecto se debe, aseguran los científicos, a los compuestos presentes en el queso, que favorecen la salud de las vías respiratorias y la relajación muscular durante el sueño.
Este alimento es una fuente rica en nutrientes que benefician al organismo de diversas maneras. Las proteínas contribuyen a la regeneración de tejidos y al mantenimiento de la función muscular, mientras que el calcio es esencial para la contracción y relajación muscular. Los ácidos grasos ayudan a regular los niveles de inflamación, y los péptidos bioactivos y aminoácidos promueven una mejor función cardiovascular y neuromuscular. Además, vitaminas clave como la B12 desempeñan un papel crucial en la salud del sistema nervioso, lo que refuerza aún más los beneficios de incluir queso en la dieta diaria.
Otras medidas para tratar la apnea del sueño
Además de incorporar queso en la dieta, existen otras estrategias que pueden ayudar a reducir los ronquidos y tratar la apnea del sueño, según el medio especializado en bienestar Healthline:
- Mantener un peso saludable es clave, ya que reducir el exceso de grasa en la zona del cuello puede disminuir la obstrucción de las vías respiratorias.
- Dormir de lado evita que la lengua y los tejidos blandos bloqueen las vías respiratorias.
- También es importante evitar el consumo de alcohol y sedantes antes de dormir, ya que estos relajantes pueden empeorar los ronquidos.
- Usar dispositivos para las vías respiratorias, como los dilatadores nasales o los aparatos bucales, puede marcar una gran diferencia.
- Por último, consultar a un médico es esencial, quien podrá recomendar terapias adecuadas para el paciente.