Tener dos hijas de 12 y 15 años puede explicar por qué uno decide convertir el fervor adolescente en una asignatura universitaria. Con Taylor Swift, sin embargo, hace falta algo más que la paternidad para llegar a entender el fenómeno que ésta genera. La cantante estadounidense ha convertido su diario personal en una industria multimillonaria, llevando sus experiencias personales a las letras de sus canciones. Resumir su carrera no es tan sencillo, pero nos lanzamos con un dato de (casi) última hora: The Eras Tour, la gira con la que visitó Madrid en mayo de 2024, se ha convertido en la más exitosa de la historia, recaudando más de 2.000 millones de dólares.
Por su forma de encapsular su mundo interior, Swift ha congregado a una masa de feligreses que vibran con cada mensaje que ha dedicado a sus exparejas, examigos o monstruos de la industria musical que han puesto piedras en su camino. Generando una comunidad muy fiel (que no escatima a la hora de dar rienda suelta a sus friendship bracelets, la tradición de intercambiar pulseras antes de cada concierto), Swift se ha erigido como una de las grandes figuras del siglo XXI.
No es de extrañar, pues, que el profesor Pascual Berrone, de la IESE Business School, haya visto en ella un más que interesante caso de estudio. El año pasado, el docente estuvo viviendo en Londres, pero no consiguió entradas para ver The Eras Tour en el estadio de Wembley. Sus hijas, seguidoras de la cantante, pidieron ir a los aledaños del recinto para escucharla. Lo que vio le empujó a querer saber y ha acabado impartiendo una clase enfocada en el modelo de éxito de la artista. “Me impactó muchísimo. Todo lo que pasaba fuera del concierto era un fenómeno social del cual había leído, pero hasta que no lo viví no me di cuenta”, dice en una entrevista con Infobae España.
“Todo lo que pasaba fuera del concierto era un fenómeno social del cual había leído, pero hasta que no lo viví no me di cuenta” | Pascual Berrone, profesor de la IESE Business School
No. En su lección no se habla de su capacidad lírica o sonora, tampoco de los looks que lleva y mucho menos de su currículo amoroso. La clase pone el foco en el negocio que ella misma ha creado con su música, y en cómo su caso puede aplicarse a la vida real. “Es un ejemplo muy rico porque te permite valorar 30 años de trabajo con subidas y bajadas, con éxitos y fracasos”, relata Berrone. La cantante adopta la primera plana en una de las asignaturas que el profesor imparte en la universidad, ‘Estrategia Competitiva’. “¿Cómo haces para diferenciarte? ¿Cómo haces para posicionarte? ¿Cómo haces para crear valor?“, estas son las preguntas que plantea a sus alumnos a partir de la carrera de la estadounidense.
‘Estrategia Competitiva’ es una de las materias que el IESE incluye en sus programas de posgrado, y ésta puede llegar a tener de 14 a 20 clases. Además, la institución educativa llevará a cabo una jornada de puertas abiertas el próximo 23 de enero en la que empleará el caso de la cantante (titulado El camino de Taylor Swift al estrellato) que muchos alumnos ya han diseccionado en clave business. “Tendrán la misma sensación que en una de nuestras clases en la escuela de negocios”, explica Berrone. En Harvard, en Berkeley, en la Universidad de Florida o en la de Miami, entre otras. Estados Unidos ya había convertido a Swift en una asignatura académica. Ahora, su figura también se estudia en nuestro país.
El abecé de la ‘swiftmanía’
De la “resiliencia” que muestra en Reputation a la capacidad para reinventarse con cada nuevo álbum. Aunque pueda no parecerlo, Taylor Swift se aplica de forma casi orgánica a las métricas empleadas en el mundo de los negocios. Entre una plantilla de Excel y un análisis de sus letras más profundas apenas hay un grado de separación. “Nos ayuda a entender cómo es un proceso estratégico”, cuenta Pascual Berrone. Éste consta de tres aristas: la primera fase es pensar, en el largo plazo, qué es lo que se quiere; la segunda etapa está relacionada con el análisis de la competencia y de las palancas del entorno, así como de las debilidades y fortalezas; el último paso es la implementación de la estrategia. “Taylor ha sido muy consistente a la hora de llevar a cabo sus ideas”, dice el docente. “Su caso se puede aplicar a nuestras organizaciones y empresas”, apostilla.
Más allá de los tecnicismos que encuentran un paralelismo en su carrera y de su profundo entendimiento de la industria musical, el misterio sigue siendo uno de los elementos clave del estudio del docente. “No es ni la mejor cantante del mundo ni la mejor coreógrafa o bailarina, entonces la pregunta es: ¿Cómo es posible que sea la artista femenina que ha vendido más discos y que siga rompiendo todos los récords habidos y por haber? Eso la convierte en un excelente caso de estudio», apunta. Tiene swifties por doquier y una horda de haters que no entienden por qué es tan famosa, una dicotomía que convierte su vida en un “atractivo” examen “pedagógico”.
Otra de las particularidades que Berrone quiere plasmar en su clase es la capacidad que tiene la cantante de tomar riesgos. “Una de las cosas que más discutimos en la lección es si ha sido o no una buena decisión cambiar sus orígenes”, es decir, pasar de la música country al género pop e incluso indie. “Le ha salido bien, sobre todo teniendo en cuenta el éxito económico que ha tenido en los últimos años”, explica. Tanto si sus alumnos son más de la ‘era’ de Lover, bañada en atardeceres, o de Red, sostenida por la rabia del primer desamor, la estadounidense permite a la institución “hacer el análisis longitudinal de como su estrellato se ha ido construyendo con los años”.
“La notoriedad de las regrabaciones de sus discos se debe a la gran base de seguidores que tiene” | Pascual Berrone, profesor de la IESE Business School
A Berrone le fascina, en particular, el furor que han generado las regrabaciones de sus discos, marcados con el sello Taylor’s Version. “Esto nunca se había hecho, pero su notoriedad se ha debido, en buena parte, a la gran base de seguidores que tiene, que son muy fieles”, explica el profesor. Así, aunque las canciones sean idénticas al álbum original -sin tener en cuenta aquellas que va sacando del baúl de los recuerdos-, las nuevas versiones son casi más populares que sus primigenias (y algunas incluso las superan en ventas). “Taylor Swift ha sabido construir una comunidad, algo que me sorprendió cuando estuvimos en Wembley”, relata. “En el estadio había la sensación de que todos formaban parte de la misma familia”, añade. “Mis hijas iban todas llenas de pulseras que intercambiaron con personas totalmente desconocidas”, un ejercicio de pertenencia que explica por qué todo lo que hace se acaba convirtiendo en oro.