La ciudad de Puerto Príncipe parece haber quedado abandonada tras la expansión de las bandas criminales.
El 87% de los habitantes de la capital de Haití fueron forzados a abandonar sus hogares debido a la violencia, según las cifras que dio a conocer este martes la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de Naciones Unidas.
De acuerdo al organismo, más de 261.000 personas del área metropolitana de Puerto Príncipe, controlada en un 85% por bandas criminales, han sufrido el desplazamiento interno.
A nivel nacional, el número de desplazados internos en Haití se ha triplicado. Ahora son más de un millón las personas obligadas a huir de sus hogares por el conflicto, frente a las 315.000 registradas en diciembre de 2023, lo que representa el 9% de la población. La mitad de ellos son niños.
“Los datos más concretos que tenemos son que alrededor de 1.041.000 personas viven actualmente desplazadas en Haití. En su mayoría, han sido desplazadas varias veces”, dijo el vocero de la OIM, Kennedy Okoth.
Mientras las bandas controlan casi toda la ciudad, lo que lleva al colapso de los servicios de salud y desencadena la inseguridad alimentaria, la mayoría de los desplazados se fueron a las zonas rurales, donde los recursos son limitados.
No solo las viviendas sino que las comisarías lucen abandonadas, después de que las bandas se apoderaran de la mayor parte del centro de la ciudad.
Lo mismo ocurre en colegios como la Escuela Comunitaria del barrio de Bel Air, que cerró sus puertas al no poder garantizar la seguridad a sus docentes y estudiantes.
Los enfrentamientos entre bandas rivales en Cité Soleil, el barrio pobre más grande del país, en Puerto Príncipe, obligaron a las autoridades a cerrar el Hospital Fontaine, según informó Médicos Sin Fronteras.
El aumento de la violencia en la capital, entre marzo y abril de 2024, provocó el cierre del aeropuerto de Puerto Príncipe desde marzo durante casi tres meses.
El organismo aseguró que las familias están “luchando por sobrevivir en refugios improvisados mientras enfrentan crecientes riesgos para la salud y la protección”.
La violencia de las bandas dejó más de 5.600 personas muertas el año pasado, de acuerdo a la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.
También este organismo registró 315 linchamientos de miembros de bandas y de personas presuntamente asociadas a ellas.
Si bien una fuerza de seguridad multinacional, respaldada por la ONU, llegó a Haití en junio pasado para tratar de restablecer el control, hasta ahora no ha podido desarticular el control en la zona de las bandas.
La fuerza policial internacional que está destinada a reforzar la fuerza policial nacional de Haití está poco financiada y carece del equipo necesario para hacer frente a las bandas fuertemente armadas.
Mientras tanto, el Consejo Presidencial de Transición, el organismo creado para organizar elecciones y restablecer el orden democrático en Haití que reemplazó al primer ministro interino en noviembre, parece estar en crisis e incapaz de definir la fecha de las elecciones.