Los incendios en California han destruido más de 12.300 estructuras y provocado al menos 16 víctimas mortales. (REUTERS/Ringo Chiu)

Más de 12.300 hogares y negocios han sido destruidos y al menos 24 personas han muerto debido a los devastadores incendios que azotan el estado de California, según cifras oficiales de las autoridades. Aunque los esfuerzos de los bomberos locales, estatales y federales han logrado contener parcialmente algunos de los incendios más grandes, las llamas continúan representando un peligro significativo no solo para las comunidades afectadas, sino también para la infraestructura energética de la región.

De acuerdo con FOX Business, los incendios, que desde el pasado martes 7 de enero permanecen fuera de control, podrían interrumpir el flujo de energía en California y en otros estados del oeste de Estados Unidos. Las refinerías de petróleo ubicadas en las áreas de Los Ángeles y Long Beach, aunque no están directamente amenazadas por las llamas, enfrentan riesgos indirectos debido a la proximidad de varios oleoductos clave que han sido cerrados por precaución.

El presidente de Lipow Oil Associates, Andy Lipow, advirtió que los suministros de crudo, gasolina, diésel y gas natural podrían verse afectados si los incendios continúan avanzando. Según Lipow, las cinco refinerías situadas en el área de Los Ángeles manejan el 60% de la capacidad de refinación de California y el 40% de la capacidad de refinación de la costa oeste, que incluye a Alaska y Hawái.

El incendio de Pacific Palisades ha quemado más de 9.600 hectáreas y amenaza áreas residenciales en Brentwood y el cañón de Mandeville. (AP/John Locher)

El cierre de oleoductos en las zonas afectadas podría no solo interrumpir el suministro de productos refinados hacia otros estados, sino también provocar un exceso de inventario en las refinerías, lo que obligaría a reducir las tasas de operación. Lipow señaló que el oleoducto Kinder Morgan West Line, que ya fue cerrado, es responsable de suministrar aproximadamente el 60% de los productos refinados consumidos en Nevada y dos tercios de los productos refinados utilizados en Arizona.

Balance de los incendios

La crisis en el estado de California continúa agravándose, con más de 12.300 estructuras destruidas o dañadas y un saldo de al menos 24 muertos. Las condiciones climáticas, marcadas por fuertes ráfagas de viento y una humedad extremadamente baja, han intensificado la propagación de las llamas, afectando a más de 8 millones de personas que se encuentran en zonas de riesgo crítico. Las autoridades advierten que la situación podría empeorar en los próximos días, con pronósticos que indican la persistencia de los vientos de Santa Ana y la falta de alivio en el clima seco.

De acuerdo con ABC News, los incendios, que comenzaron el martes pasado, han sido alimentados por ráfagas de viento que alcanzaron velocidades de entre 56 y 88 kilómetros por hora, con picos de hasta 113 kilómetros por hora en las montañas cercanas a Los Ángeles. Estas condiciones llevaron al Servicio Meteorológico Nacional a emitir una advertencia de bandera roja, que permanecerá vigente al menos hasta el miércoles. Además, la humedad en la región ha descendido a niveles tan bajos como el 10%, creando un entorno ideal para la rápida propagación del fuego.

Las cinco refinerías en Los Ángeles concentran el 60% de la capacidad de refinación de California, con vulnerabilidades por los incendios. (AP/Ethan Swope)

El incendio más devastador hasta ahora ha sido el de Pacific Palisades, que ha consumido más de 9.600 hectáreas y amenaza viviendas en áreas como Brentwood y el cañón de Mandeville. Según The Wall Street Journal, este incendio, que solo estaba contenido en un 11% hasta el domingo por la mañana, ha obligado a los residentes a evacuar y ha dejado a muchas familias enfrentando la pérdida de sus hogares.

Durante el fin de semana, los bomberos lograron avances significativos en otros incendios de la región. El fuego en Altadena y Pasadena, conocido como el incendio de Eaton, había sido contenido en un 27% tras consumir más de 5.600 hectáreas. Por su parte, el incendio de Lidia, ubicado en el Bosque Nacional de los Ángeles, fue completamente contenido, mientras que el incendio de Hurst, en el Valle de San Fernando, alcanzó un 76% de contención. Sin embargo, las autoridades advirtieron que los vientos podrían reavivar las llamas en áreas que aún no han sido afectadas.