Las vacaciones se convirtieron en un sinónimo de desconexión. Los viajes, a distintos puntos geográficos del mundo, están asociados al placer, a la comodidad, a escapar de la rutina. Pero, ¿cuántos días son los necesarios para descansar? A raíz de este interrogante, distintos científicos, de diversas universidades del mundo, pusieron el ojo en esta circunstancia.
Un estudio de la Universidad de Tampere, ubicada en Finlandia, estudió el caso en profundidad y estableció un parámetro: ocho días son los necesarios para disfrutar de las vacaciones y desconectar, completamente, de la rutina.
Según esta prestigiosa universidad, la persona, desde el día uno, invierte todas sus energías en el descanso y le manda una señal al cerebro para que pueda relajarse, sin pensar en qué hacer durante el día. Lejos de cualquier planificación y librando al azar todo lo que pueda ocurrir, las vacaciones son un periodo de tiempo ideado para dejarse estar y concurrir a lugares que nunca habían sido visitados.
“Las vacaciones cortas son una ‘cura’ eficaz, aunque no muy duradera, para mejorar la salud y el bienestar de los empleados”, explicó el estudio, quien profundizó en este aspecto e indicó que si el ambiente de trabajo no es el ideal, no habrá tiempo de descanso que valga para encontrar una satisfacción duradera.
A su vez, dentro del plan de vacaciones escogido, se recomienda que sean dinámicas, con paseos, caminatas, y otras actividades que estimulen al cerebro. Caso contrario, de quedarse sentado en una playa, no harán más que relajar el cuerpo y, al retornar a sus obligaciones, el efecto será sumamente contraproducente.
Gastar energías durante el día no hará más que darnos un plácido descanso al final del día. Justamente, esas horas de descanso, son fundamentales para estar activos y plenos durante las vacaciones, como así también un bálsamo para el organismo, que recupera las horas perdidas durante el año, a raíz de la ajetreada rutina laboral.
A dónde ir es otro de los puntos fundamentales para las vacaciones. Hay quienes prefieren el turismo interno de su país, como así también, otros que buscan enriquecer su sapiencia al visitar ciudades que están ubicadas en países extranjeros.
“Las experiencias en el extranjero aumentan tanto la flexibilidad cognitiva como la profundidad y la integración del pensamiento”, explicó Adam Galinsky, profesor de la Columbia Business School.
Dependiendo el país, las horas de viaje, logística y, sobre todo, los costos de viajar a otra nación, las personas evalúan todas las alternativas posibles a la hora de planificar las vacaciones.
De acuerdo al convenio laboral que tenga una persona en el trabajo o al tiempo disponible, la cantidad de días en unas vacaciones son importantes en la planificación. Aunque las respuestas son variadas y ninguna tiene una evidencia científica comprobable, ocho días de vacaciones parecerían ser la solución a los trastornos de la rutina y al cansancio acumulado que empieza a erosionar el ánimo.
La meditación, el contacto con la naturaleza, conocer nuevos lugares, entre otras actividades, además de ser placenteras, contienen un beneficio cognitivo que nos hará olvidarnos, aunque sea por un rato, del cumplimiento de nuestras tareas.