Para que los vidrios estén relucientes y las ventanas se vean impecables es fundamental estarlas lavando constantemente, pero es importante hacerlo con productos que sean efectivos, como la sal.

¿Cuál es el beneficio de lavar con sal tus ventanas?

Aunque cuando se dice sal lo primero en lo que se piensa es en la cocina, este ingrediente también es una herramienta versátil y económica para la limpieza del hogar, especialmente para el mantenimiento de ventanas.

La sal desinfecta y elimina la suciedad de las ventanas

La sal cuenta con la capacidad para desinfectar, eliminar manchas y prevenir el empañamiento lo cual la convierte en un recurso imprescindible para limpiar las ventanas.

Limpiar las ventanas con sal es efectivo

Uno de los principales beneficios de usar sal en la limpieza del hogar es su capacidad para desinfectar y eliminar la suciedad. Al preparar una mezcla de agua y sal se pueden frotar las ventanas para eliminar manchas difíciles y obtener un brillo inigualable.

Además, este método es ideal para evitar las irritaciones que algunos productos químicos pueden causar, haciendo que la limpieza sea más segura para toda la familia.

Cuando se limpian las ventanas generalmente se suelen empañar, pero hacerlo con sal previene que esto suceda. Lo que se tiene que hacer es poner un poco de sal en los vidrios y frotar con un paño húmedo.

Limpiar los vidrios con sal protegerá las ventanas durante los días fríos, retrasando la formación de humedad o hielo. Este beneficio hace que la sal sea una aliada clave en la limpieza del hogar en cualquier época del año.

¿Qué materiales necesito para limpiar las ventanas con sal?

  • Sal (preferiblemente sal fina)
  • Agua tibia
  • Vinagre blanco (opcional, para mejores resultados)
  • Un recipiente
  • Esponja o paño de microfibra
  • Un paño seco o periódico para secar

¿Cómo preparar la solución de limpieza?

  • Mezclar 1 litro de agua tibia con 2 cucharadas de sal en un recipiente.
  • Si los vidrios están muy sucios o tienen grasa, añadir media taza de vinagre blanco para potenciar la mezcla.
  • Limpiar los vidrios: sumergir una esponja o un paño de microfibra en la solución.
  • Frotar los vidrios con movimientos circulares, prestando especial atención a las manchas difíciles.
  • Enjuagar: usar un paño limpio humedecido con agua para retirar cualquier residuo de sal.
  • Secar los vidrios: pasar un paño seco o un periódico arrugado para secar los vidrios y evitar marcas de agua.