El 2025 está cargado de expectativas en el ámbito salarial en Argentina. ¿Qué sectores lograrán mejorar los ingresos de sus trabajadores? ¿Qué obstáculos dificultarán el avance de otros? Para responder a esas preguntas, Infobae consultó a un grupo de especialistas en mercado laboral. Los economistas anticipan un escenario generalmente favorable, pero las dinámicas del mercado laboral, la inflación y la inversión plantean interrogantes clave sobre el verdadero alcance de la recuperación.
Jorge Colina, economista de Idesa, sostiene que la clave para la recuperación salarial está en mantener la inflación bajo control. “El salario en 2025 va a ser mejor que en 2023 y 2024, pero nos vamos a colocar en un nivel similar al de 2022″, explica.
Colina también resalta que la recuperación será desigual entre sectores. Según el economista, los servicios vinculados al agro, la energía y la minería se perfilan como los grandes ganadores, ya que son sectores con alta productividad y competitividad. Sin embargo, señala que “el problema es que estos sectores emplean a una porción muy pequeña de la población activa”.
La construcción, la industria y los servicios, mostrarán una recuperación más lenta que los ocupados en el agro, la energía y la minería (Colina)
En cambio, los sectores urbanos, como la construcción, la industria y los servicios, mostrarán una recuperación más lenta. Este panorama refleja las dificultades estructurales de estos rubros para adaptarse a un contexto económico que aún enfrenta limitaciones en términos de inversión y competitividad.
Otro aspecto crucial para 2025 será la dinámica de las negociaciones paritarias. Según Colina, estas serán “complicadas” debido al carácter centralizado del sistema actual, que limita la capacidad de las empresas para negociar acuerdos individualizados con sus trabajadores. “No se le da a las empresas la posibilidad de negociar acuerdos individuales con sus empleados, lo que genera tensiones y dificulta ajustes más eficientes”, observó.
Esta rigidez podría convertirse en un obstáculo adicional para aquellos sectores que enfrentan mayores dificultades económicas, especialmente las pyme, que suelen tener menos margen para negociar incrementos salariales significativos.
Diferencias sectoriales
Daniel Garro, economista y director de Value International Group, coincide en que la recuperación salarial estará marcada por fuertes diferencias entre sectores. En su opinión, los sectores vinculados al petróleo, la minería y las exportaciones serán los grandes beneficiados gracias a su capacidad para atraer inversiones y mejorar la productividad.
Todos los que sean eficientes y tengan un nivel de productividad alto, dada la inversión, van a andar bien en términos salariales (Garro)
“Todos los que sean eficientes y tengan un nivel de productividad alto, dada la inversión, van a andar bien en términos salariales”, asegura Garro. Sin embargo, advierte que otros sectores, como el comercio y una parte de la industria, enfrentarán mayores desafíos. Esto se debe, en parte, a la reestructuración de precios relativos, que sigue en curso, y a la competencia de productos importados.
Además, Garro destaca que muchas pymes están cerrando debido a que se montaron sobre “estructuras de costos ficticias” sostenidas por subsidios insostenibles. “Nunca hicieron las cuentas de qué pasaría sin subsidios, y ahora están enfrentando las consecuencias”, resalta.
Optimismo en el mercado laboral
Federico Barni, CEO de Jobint, muestra un optimismo moderado para el año. Según un relevamiento que hizo la consultora, 50% de los especialistas en recursos humanos en Argentina espera una mejora en el mercado laboral, lo que representa un aumento de 16 puntos porcentuales en comparación con el año anterior.
“Esto posiciona a Argentina como el segundo país más optimista de la región, solo detrás de Perú, que tiene un 56%”, explica Barni. Otros países, como Panamá (38%), Ecuador (23%) y Chile (12%), muestran niveles de optimismo más bajos, lo que destaca la relativa confianza de los empresarios argentinos en el futuro cercano.
Además, el 80% de los especialistas argentinos planea incrementar los salarios, mientras que el 79% contempla incorporar nuevos talentos en sus equipos. Según Barni, “esto consolida una perspectiva alentadora para 2025″, aunque el éxito de estas expectativas dependerá de factores macroeconómicos como la inflación y el acceso al financiamiento.
Recuperación real: ¿alcanzable?
Nuria Susmel, economista de FIEL, comparte la visión de que 2025 será un año de recuperación, aunque con limitaciones. “Casi todos los salarios formales vienen recuperando, y creo que va a seguir así”, asegura. Sin embargo, advierte que esta mejora no necesariamente implica una ganancia real, ya que el poder adquisitivo ha sufrido una pérdida significativa en los últimos años.
La recuperación del nivel de actividad es una señal positiva, ya que puede impulsar el empleo y los ingresos en el mediano plazo (Susmel)
Según Susmel, es probable que los salarios formales alcancen niveles similares a los de 2022, pero esto aún está lejos de compensar el deterioro de largo plazo. A pesar de ello, la economista considera que la recuperación del nivel de actividad es una señal positiva, ya que puede impulsar el empleo y los ingresos en el mediano plazo.
Informalidad y pobreza
Un aspecto clave del análisis es el impacto de los salarios informales. Según Jorge Colina, estos mostraron una fuerte recuperación en 2024, tras un desplome significativo en 2023. Sin embargo, en términos de largo plazo, el panorama es menos alentador: entre 2017 y 2024, los salarios en negro cayeron casi un 50 por ciento.
“Esta caída no solo afectó a los trabajadores informales, sino que también tuvo un impacto directo en el aumento de la pobreza. La precariedad laboral sigue siendo un desafío estructural para el país, y su resolución requiere políticas integrales que promuevan la formalización del empleo y el acceso a oportunidades de capacitación y desarrollo”, sostiene el experto.
El éxito de la recuperación dependerá de la capacidad del país para mantener la inflación bajo control, fomentar la inversión y abordar los problemas estructurales que afectan al mercado laboral. Aunque las expectativas para 2025 son alentadoras, el camino hacia una mejora salarial sostenida y equitativa sigue siendo un desafío a largo plazo.
Para tener una idea más clara de ese panorama, resulta interesante evaluar lo ocurrido a nivel sectorial en los últimos cinco años. Según los datos oficiales publicados por el Indec, en los últimos cinco años la inflación fue 2.707%. Hubo numerosas actividades que lograron mejoras salariales por encima de ese valor, pero muchas otras que quedaron por debajo.
Entre los grandes ganadores a nivel ingresos, aparecen por ejemplo las actividades informáticas (2.857% de aumento salarial en los últimos cinco años), la extracción de petróleo crudo y gas natural (2.870%), la intermediación financiera (3.093%) y la explotación de minas y canteras (3.175%), por citar algunos ejemplos. Se trata de sectores con alto nivel de productividad y que generalmente están en los puestos más altos del ranking de salarios.
En el otro extremo, aparecen varias actividades que en los últimos cinco años han perdido por mucho frente a la inflación. Es el caso de los trabajadores dedicados a la “captación, depuración y distribución de agua” (2.038% de ajuste salarial), los trabajadores de la pesca (2.081%), los servicios inmobiliarios (2.206%), la educación (2.396%) y la “cinematografía, radio y televisión” (2.427%), entre otras.
Salvo algunas excepciones, la mayoría de los sectores que perdieron contra la inflación en los últimos cinco años son actividades con bajo salario histórico. “Son rubros con bajo nivel de productividad, que no pueden pagar mayores salarios a sus trabajadores”, explicaron los especialistas.