El cuidado de la memoria es una prioridad para muchas personas, especialmente con el paso de los años. Un estudio reciente de la Universidad de Tulane destaca el impacto de la dieta mediterránea en la mejora de la memoria y el rendimiento cognitivo, gracias a su influencia directa en las bacterias intestinales.

La investigación, publicada en Gut Microbes Reports, evidencia como este patrón alimenticio beneficia al cerebro. Rebecca Solch-Ottaiano, PhD, autora principal del estudio, señaló: “Lo que comemos afecta la función cerebral. Nuestros hallazgos muestran cómo las elecciones dietéticas remodelan el microbioma intestinal y potencian el rendimiento cognitivo”.

El estudio utilizó ratas jóvenes, equivalentes a humanos de 18 años, para analizar los efectos de dos dietas. Un grupo recibió una dieta mediterránea rica en aceite de oliva, pescado y fibra, mientras que el otro siguió una dieta occidental con alto contenido de grasas saturadas.

La dieta mediterránea fue declarada patrimonio de la humanidad en 2010 por sus beneficios para el cuerpo humano (imagen ilustrativa)

Los resultados mostraron un aumento en bacterias intestinales beneficiosas en el grupo de la dieta mediterránea, acompañado de un mejor desempeño en pruebas de memoria y aprendizaje. Demetrius M. Maraganore, coautor del estudio y presidente de Neurociencias Herbert J. Harvey, Jr., afirmó: “La dieta mediterránea puede aprovecharse para mejorar el rendimiento escolar en adolescentes y laboral en adultos jóvenes. Los hallazgos respaldan estudios humanos que asocian esta dieta con una mejor memoria y menor riesgo de demencia”.

Algunos de los alimentos que permiten adoptar este patrón alimenticio y aprovechar sus beneficios son:

  • Aceite de oliva: principal fuente de grasa saludable.
  • Verduras y frutas: consumidas en abundancia y variedad.
  • Cereales integrales: fuente de energía de alta calidad.
  • Proteínas magras: pescado, aves y legumbres.
  • Fibra: proveniente de vegetales, frutos secos y semillas.
La dieta que fortalece la memoria y que todos deberían considerar

La dieta mediterránea contribuye a mejorar la memoria y el rendimiento cognitivo a través de varios mecanismos respaldados por investigaciones científicas, que fueron compartidos por la Organización Mundial de la Salud. Entre ellos se destacan:

  1. Modificación del microbioma intestinal. Los alimentos de la dieta mediterránea fomentan el crecimiento de bacterias intestinales beneficiosas, que producen metabolitos asociados con la salud cerebral.
  2. Reducción del estrés oxidativo. Alimentos como frutas, verduras y aceite de oliva están repletos de antioxidantes, como los polifenoles, que protegen las células cerebrales del daño causado por los radicales libres. Este efecto antioxidante promueve una mayor resistencia del cerebro al envejecimiento.
  3. Mejora del flujo sanguíneo cerebral. El consumo regular de grasas saludables, especialmente ácidos grasos omega-3 presentes en pescados como el salmón o la sardina, favorece una mejor circulación sanguínea, esencial para la memoria y el aprendizaje. Estos ácidos grasos también ayudan a fortalecer las conexiones neuronales.
  4. Regulación de la inflamación. Los alimentos ricos en fibra, como los cereales integrales y las legumbres, contribuyen a regular la inflamación crónica que puede afectar negativamente la función cerebral. Una menor inflamación se asocia con una memoria más estable y menos riesgo de deterioro cognitivo.
  5. Suministro de nutrientes esenciales. La dieta mediterránea incluye vitaminas como la B6, B12 y el ácido fólico, que son fundamentales para la producción de neurotransmisores relacionados con la memoria. También aporta minerales como el magnesio y el zinc, necesarios para la comunicación eficiente entre las neuronas.