Ángel Di María ya había ganado dos Copa de la Liga en su primera etapa en Benfica, a poco de haber llegado, en 2009 y 2010, cuando empezaba su larga aventura en el fútbol europeo. Una década y media después, de regreso en un equipo en el que ya es un referente, Fideo añade un nuevo título a su notable trayectoria. Desde ya que no es de los más importantes -la competencia es la tercera en valor en Portugal, detrás de la Liga y la Taça de Portugal-, pero simboliza la vigencia de un futbolista que el 14 de febrero cumplirá 37 años y hace unos meses se retiró del seleccionado con todos los honores, como bicampeón de la Copa América y del mundo en Qatar.

Con un muy buen rendimiento en los 90 minutos, y un penal ejecutado con mucha jerarquía en la definición, Di María contribuyó a la obtención de la Copa de la Liga, tras el 1-1 frente a Sporting Lisboa en los 90 minutos y el triunfo 7-6 en los penales. El reconocimiento también alcanza al capitán Nicolás Otamendi, de sólido desempeño y también muy certero en la ejecución del tercer penal, en una serie que había comenzado con el primer remate de Di María. Otamendi traía un buen antecedente de la Copa América: convirtió en la definición contra Ecuador por los cuartos de final.

Con una gorra con la visera hacia atrás, Otamendi recibió la copa de manos de un dirigente y con el paso acompasado que Lionel Messi instaló en el podio de Qatar, la llevó hacia el resto del plantel, con Di María a su lado para ser el primer receptor del trofeo. Ambos con las bufandas del club anudadas en la cintura. Fideo venía de marcar el último miércoles un doblete en el 3-0 a Sporting Braga por las semifinales.

Di María abraza al arquero Trublin, que atajó el penal que le dio el título a Benfica

El título de Benfica se valoriza por el vencido. Sporting Lisboa es el último campeón de la Liga y puntero de la actual, con tres puntos de ventaja sobre Benfica. Di María agranda un palmarés individual que ya le asegura un lugar entre los grandes futbolistas de la historia del fútbol argentino: fue su 36° título -sexto en Benfica- (solo lo supera Messi). Y Otamendi también deja una huella profunda: es el defensor argentino con más títulos (26). De los festejos participaron Benjamín Rollheiser y Gianluca Prestianni, quienes no formaron parte de la convocatoria.

El primer tiempo tuvo un ritmo alto, con ambos equipos procurando acortar los caminos para llegar al área rival. Intentaron ser profundos a partir de la veloz circulación de la pelota. Un contexto que favorece el estilo y las características de Di María, cómodo en el ida y vuelta, en forzar situaciones cerca del área. El rosarino estuvo muy activo en los primeros 45 minutos. Sobre la banda derecha se ofreció de manera constante como receptor para recibir pases con ventaja y poder encarar.

Fideo tuvo un duelo individual contra el uruguayo Maximiliano Araújo, que ocupó el puesto de lateral izquierdo, si bien Marcelo Bielsa lo utiliza como extremo en el seleccionado charrúa. Di María buscó con insistencia quedar en posición de remate; iban 32 minutos y ya contabilizaba cinco disparos al arco.

Varios avances de Benfica pasaron por los pies del rosarino, que a los 28 minutos profundizó por el eje central, concentró la atención de tres rivales y soltó la asistencia hacia la izquierda para el noruego Andreas Schjelderup, que resolvió en gran forma: enganchó y cruzó un remate combado al segundo palo.

En defensa, Otamendi había conseguido un desvío vital a un tiro de Quenda con dirección al arco. En un desarrollo sin mayores brusquedades, Araújo y Otamendi protagonizaron un cruce en el que el uruguayo golpeó con su antebrazo el rostro del argentino; fue foul y amonestación.

Con la situación medianamente controlada, salvo en una clara ocasión de Quaresma, Benfica no pasaba sobresaltos. Pero se complicó al cometer un penal de Florentino Luis a Araújo a cinco minutos final de la primera etapa. Lo convirtió Gyökeres, con una ejecución al medio que alcanzó a tocar con una pierna el arquero Trubin. El centro-delantero sueco fue una de las sensaciones del fútbol europeo en 2024, con un registro de 85 entre goles y asistencias en 63 partidos; producción en un año calendario solo superara por Messi en 2011 ((96) y 2012 (113).

De arranque en el segundo tiempo, con el reemplazo de Schjelderup, Di María pasó a la izquierda, pero más tarde, con otros cambios introducidos por el técnico Bruno Laje, regresó a la derecha, desde donde exigió al arquero Franco Israel con un remate combado desde fuera del área. Además, Angelito es el dueño de los córners, los ejecuta desde ambos perfiles.

La segunda etapa fue más trabada, con imprecisiones. A los dos les costó conseguir fluidez en el juego. El cansancio también tuvo influencia; Di María, en una diagonal hacia dentro del área, simuló un penal al ser encimado por Ousmane Diomande; el árbitro acertó al no dejarse engañar por la caída de Fideo.

No se quebró la paridad y fueron necesarios los penales. En la tanda de cinco hubo plenitud de aciertos. El desnivel se produjo con el desvío de Trublin al remate del ex-Barcelona Trincao. Momento de máxima tensión que Di María y Otamendi resolvieron con el aplomo de los consagrados.

El resumen de Benfica 1 (7) – Sporting Lisboa 1 (6)