El pasado 7 de enero, Rédoine Faïd, conocido como “el rey de la fuga”, fue puesto nuevamente bajo custodia policial ante sospechas de planear otro intento de escape, esta vez desde la prisión de Fleury-Mérogis, donde se encuentra detenido desde 2023. Según lo reportado por el medio francés Le Parisien, los investigadores encontraron un cuaderno con dibujos y diagramas que presuntamente detallaban un elaborado plan de fuga. Faïd ya es reconocido por sus audaces escapatorias previas en 2013 y 2018, que incluyen huidas espectaculares dignas de una película de acción.
Los preparativos de este último intento habrían comenzado en 2021, según indicaron los registros. Este hecho refuerza la preocupación de las autoridades francesas por la capacidad de Faïd para planear fugas altamente organizadas y con la participación de cómplices externos, lo que ha llevado a incrementar las medidas de seguridad a su alrededor.
En el marco de estos planes, Faïd había intentado colaborar con Kevin D., un notorio narcotraficante apodado “el Pablo Escobar francés” por su poder e influencia en el submundo criminal. Los dos habrían diseñado un escape conjunto desde la prisión de Réau, utilizando explosivos y la corrupción de funcionarios para facilitar el operativo.
Sin embargo, Kevin D. declaró, en 2023, que nunca había tenido la intención de ejecutar el plan, afirmando haber sido “probado por Faïd” para llevarlo a cabo. En su defensa, Faïd negó las acusaciones, alegando que Kevin D. realizó estas afirmaciones para ser trasladado a otro centro penitenciario.
El cuaderno de Rédoine Faïd
Entre las pruebas halladas por los investigadores se encuentra un cuaderno de 40 páginas atribuido a Rédoine Faïd. Este documento contenía minuciosos detalles sobre un plan de fuga que, de haberse ejecutado, habría sido espectacular por su complejidad. El cuaderno fue supuestamente entregado por Faïd a otro recluso de la prisión de Fleury-Mérogis, identificado como Christophe, quien cuenta con antecedentes por delitos como extorsión, violencia deliberada y amenazas.
Según los esquemas descritos en el cuaderno, la operación requería de cuatro cómplices externos que debían robar un helicóptero y estacionarlo sobre la prisión. Desde la aeronave, dos comandos armados debían descender en rápel al techo, mientras un tercer cómplice disparaba al aire para crear una distracción.
En paralelo, Christophe tenía la tarea de volar la ventana de la sala de búsqueda y luego la puerta de la celda de Faïd, quien habría colocado un periódico como señal de identificación. El plan preveía la huida de ambos hombres por vía aérea tras la explosión. Christophe, sin embargo, aseguró que nunca tuvo intención de participar en el plan y que solo fingió receptividad ante Faïd.
Ante la gravedad de las acusaciones, Faïd se defendió argumentando que deslizó deliberadamente el cuaderno a Christophe con el objetivo de ser denunciado. Según su declaración, su verdadera intención era acelerar su traslado a un centro penitenciario más seguro o centralizado.
Por su parte, tanto Christophe como Kevin D., el presunto colaborador de un plan anterior, han negado cualquier intención de involucrarse en los planes de Faïd, lo que ha generado múltiples interrogantes sobre la credibilidad de los involucrados.