Durante años, una mujer luchó contra una enfermedad crónica que la debilitaba progresivamente, sin saber realmente qué la aquejaba. Al principio, pensó que solo era un resfrío común que no pasaba, pero la realidad era mucho más compleja. Resulta que, después de pasar por varios diagnósticos erróneos y un largo período de incertidumbre, finalmente recibió una respuesta: su cabeza no estaba correctamente unida a su columna vertebral, lo que provocaba una serie de síntomas. Sin lugar a dudas, su historia recorrió el mundo y recientemente dio más detalles de lo ocurrido.
Amy Ironside Wood, una mujer de 38 años, comenzó a enfermarse en 2017 tras un episodio aparentemente inofensivo: su hija Willow, que entonces asistía a la guardería, regresó a casa con fiebre glandular. Aunque la pequeña mejoró en cuestión de días, los síntomas de Amy nunca desaparecieron. Debido a eso, lo que en un principio parecía un “pequeño resfriado”, rápidamente evolucionó hacia algo mucho más serio.
Según relató en diálogo con The Mirror, comenzó a sentirse débil, mareada y al borde del desmayo constante. Asimismo, las tareas cotidianas se volvieron un desafío para ella, ya que ir hasta el dormitorio de su hija durante la noche se convirtió en un esfuerzo extremo, ya que perdía la conciencia una y otra vez.
“Sentí un nivel de fatiga que nunca podría haber imaginado como persona sana; mi corazón se aceleraba cuando me daba vuelta en la cama, como si acabara de subir corriendo un tramo de escaleras”, reveló, sobre esos síntomas que le resultaron tan impactantes, además de que aseguró: “Mis piernas estaban tan débiles que sentía que mis rodillas se doblarían después de estar de pie solo unos minutos”.
El diagnóstico que le cambió la vida
Después de seis meses de síntomas persistentes y una serie de análisis de sangre, Amy finalmente recibió un diagnóstico: encefalomielitis miálgica (EM), también conocida como síndrome de fatiga crónica. “Pasé cada minuto que estaba despierta investigando mi condición: si podía descubrir qué estaba sucediendo realmente en mi cuerpo, tal vez podría encontrar una forma de tratarla”, dijo Amy, quien en su búsqueda, probó “todas las dietas, suplementos y medicamentos” que pudo encontrar para aliviar la EM.
Su esperanza renació al ver una charla de la cineasta estadounidense Jennifer Brea, quien afirmó que su EM había entrado en remisión después de una neurocirugía. “No puedo explicar la emoción que sentí cuando pensé que había una cura; incluso si eso significaba pasar por una cirugía mayor, habría hecho cualquier cosa en ese momento para recuperar mi vida”.
En 2022, tras años de búsqueda de respuestas, Amy encontró ayuda en un especialista de Barcelona que le diagnosticó inestabilidad craneocervical (ICC), una rara condición en la que el cráneo no está firmemente unido a la columna vertebral. De todas formas, los tratamientos para esta enfermedad, que van desde inyecciones de células madre hasta cirugías invasivas, son extremadamente costosos, pero ella sigue en la lucha para reunir el dinero necesario. Al hablar sobre el tema, la mujer alegó que su vida está “en suspenso” desde hace casi una década, mientras busca recuperar algo de normalidad.
Para recaudar fondos, Amy lanzó en 2023 una marca de ropa llamada Not Dead Apparel, cuyos diseños incluyen lemas como “Tired Girl’s Club” y “Live. Laugh. Lie Down”, y donde todas las ganancias se destinan a sus tratamientos médicos. Aunque otra persona se encarga del bordado, ya que su cuerpo no soporta el esfuerzo físico, las ventas crecieron desde que una persona influyente promovió uno de sus sombreros. Además, en octubre de 2024, Amy recibió un nuevo diagnóstico: médula espinal anclada, una condición que requiere una cirugía cuyo costo es más de 17 mil dólares, y que espera poder realizar este año.
A pesar de los desafíos, la mujer sigue enfrentándose a su situación con determinación. “La gente apenas recuerda mi verdadero yo”, lamentó y confesó que llora por la vida que solía tener. Según contó, sus días están marcados por limitaciones: apenas puede levantarse de la cama y no disfruta de actividades simples con su hija debido al ruido y al agotamiento. Además de las ganancias de Not Dead Apparel, Amy cuenta con un GoFundMe para cubrir los tratamientos que le permitirían recuperar su salud y calidad de vida.