Un nuevo estudio que realizaron investigadores de la University College London, de Reino Unido, y la University of Sidney, ubicada en Australia, reveló que incorporar breves ejercicios físicos por cinco minutos, como subir escaleras o andar en bicicleta, a la rutina diaria podrían ayudar a reducir la presión arterial. El trabajo, que fue publicado en Circulation, analizó los datos de la salud de 14.761 voluntarios, quienes utilizaron dispositivos que controlaron su actividad.

Según consignó el sitio Infosalus, los investigadores dividieron la actividad diaria en seis comportamientos: dormir; comportamiento sedentario (por ejemplo, estar sentado); caminata lenta (cadencia menor a 100 pasos por minuto); caminata rápida (cadencia superior a 100 pasos por minuto); estar parado; ejercicio vigoroso (por ejemplo, correr, andar en bicicleta o subir escaleras).

Luego, estudiaron estos datos para estimar el impacto de reemplazar un tipo de actividad por otro y descubrieron que reemplazar cualquier comportamiento menos activo por cinco minutos de ejercicio podría reducir la presión arterial sistólica (PAS) en 0,68 milímetros de mercurio (mmHg) y la presión arterial diastólica (PAD) en 0,54 mmHg 2. En tanto, una reducción de 2 mmHg en la PAS y de 1 mmHg en la PAD equivale a una reducción de aproximadamente el 10% en el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Andar en bicicleta es una buen ejercicio para la presión arterial

Además, el análisis estimó que las mejoras “clínicamente significativas” podrían lograrse con 20 minutos adicionales de ejercicio por día para la PAS y 10 minutos adicionales de ejercicio por día para la PAD 3. El hallazgo también destacó que las actividades cotidianas que aumentan la frecuencia cardíaca, como andar en bicicleta, subir escaleras o correr durante períodos cortos de tiempo, pueden tener beneficios para una presión arterial saludable.

“Nuestros hallazgos sugieren que, para la mayoría de las personas, el ejercicio es clave para reducir la presión arterial, en lugar de formas de movimiento menos extenuantes como caminar. La buena noticia es que, independientemente de su capacidad física, no se necesita mucho tiempo para que se produzca un efecto positivo en la presión arterial”, dijo la doctora Jo Blodgett, primera autora del estudio de UCL Surgery & Interventional Science.

Y añadió: “Lo que hace única a nuestra variable de ejercicio es que incluye todas las actividades similares, desde subir escaleras hasta un breve trayecto en bicicleta, muchas de las cuales se pueden integrar en las rutinas diarias. Para quienes no hacen mucho ejercicio, caminar también tiene algunos beneficios positivos para la presión arterial. Pero, si desea cambiar su presión arterial, exigir más al sistema cardiovascular a través del ejercicio tendrá el mayor efecto”.

Cómo fue el estudio que realizaron los investigadores

Los investigadores combinaron datos de seis estudios de ProPASS, que abarcaron a 14.761 personas de cinco países, para ver cómo el comportamiento del movimiento a lo largo del día se asocia con la presión arterial. Cada participante utilizó un dispositivo acelerómetro portátil en su muslo para medir su actividad durante las 24 horas del día y compararla con su presión arterial.

La jornada promedio de los participantes consistió en aproximadamente siete horas de sueño, 10 horas de comportamiento sedentario como estar sentado, tres horas parado, una hora de caminata lenta, una hora de caminata rápida y 16 minutos de actividades de ejercicio como correr o andar en bicicleta.

El equipo de investigadores sugirió realizar ejercicio, como correr, por cortos periodos de tiempo para mejorar la salud arterial

Con estos datos, el equipo estudió lo que sucedería si un individuo sustituyera distintas cantidades de un comportamiento por otro cada día, con el fin de estimar el efecto sobre la presión arterial de reemplazar un comportamiento por otro durante un cierto período de tiempo. El profesor Emmanuel Stamatakis, coautor principal del estudio del Centro Charles Perkins y la Facultad de Medicina y Salud de la Universidad de Sydney, señaló: “La presión arterial alta es uno de los mayores problemas de salud a nivel mundial, pero puede haber formas relativamente accesibles de abordar el problema además de la medicación”.

En ese sentido, concluyó: “El hallazgo de que hacer tan solo cinco minutos adicionales de ejercicio o actividades vigorosas incidentales por día podría estar asociado con lecturas de presión arterial significativamente más bajas enfatiza cuán poderosos podrían ser los períodos cortos de movimiento de mayor intensidad para el control de la presión arterial”.