El testamento suele ser un documento muy útil a la hora de repartir una herencia, dado que al contener en su interior la última voluntad de la persona fallecida, suele ahorrar conflictos y malentendidos en el reparto de sus bienes y su patrimonio. Sin embargo, esto no siempre se cumple: existen también casos en los que, pese a que la ley prohíbe que los familiares más próximos se queden sin recibir nada, el contenido de algunos testamentos puede ser incluso más polémico que el reparto que hubieran acordado sus herederos.
Esto es lo que le ha ocurrido a un hombre de 28 años que, sin querer dar su nombre real, ha querido pedir consejo a través de la red social Reddit, lugar en el que abundan los dilemas morales y los relatos familiares sobre los que sus usuarios dan su opinión. En este caso, este hombre planteaba la siguiente cuestión: “¿Soy mala persona por no querer compartir mi herencia con mi hermana?”.
Un reparto desigual
Tras la muerte del padre, se procedió a leer el testamento. “Dejó claro que yo heredaría la mayor parte de su patrimonio, incluida su casa y una cantidad significativa de dinero. Mi hermana recibiría una cantidad menor, principalmente objetos sentimentales y un poco de dinero en efectivo”.
Según este usuario, la principal razón de este desigual reparto fue la mala (o inexistente) relación entre el padre y la hija. “Mi padre intentó volver a ponerse en contacto con ella varias veces, pero ella siempre le negaba el gesto. Yo, en cambio, lo cuidé en su enfermedad, lo visité casi todos los días y me ocupé de todas sus citas médicas”.
A pesar de esto, la hermana considera que “la familia es la familia” y considera que la herencia se debería dividir por la mitad. “Me llama egoísta y dice que es injusto que ella haya recibido tan poco”. Y es que su hermano considera que debe respetar los derechos de su padre: “No creo que sea mi responsabilidad cambiar lo que él quería, especialmente dadas las circunstancias”.
La relación fue cada vez peor
Su madre, que se separó de su padre cuando eran pequeños, está de parte de su madre y le ha pedido a su hijo que “haga lo correcto” para “mantener la paz”. El divorcio fue también algo que condicionó la relación entre el padre y la hija, ya que ella se quedó a vivir con su madre y culpó a su padre de la separación, puesto que opinaba que “se preocupaba más por su negocio que por sus hijos”.
El hijo, en cambio, se quedó a vivir con el padre y vio como este trataba de seguir involucrado en la vida de su hermana. “Pero la distancia, tanto física como emocional, hizo que las cosas fueran más difíciles. Con el tiempo, mi hermana comenzó a evitarlo”. No le cogía sus llamadas, ni respondía a sus regalos ni a sus cartas.
El hermano trató de mediar entre ambos, pero su hermana aseguró que “no estaba lista para verlo”. “Papá estaba dolido, pero nunca enojado, solo dijo: ‘Ella tiene que venir en sus propios términos’”, algo que nunca ocurrió, y que finalmente ha desembocado en este reparto desigual de la herencia.
No se siente el favorito
“Sé que algunos de ustedes podrían pensar que papá tenía favoritismos”, escribe en su publicación. “Pero yo no lo veo así. Creo que dividía las cosas en función de quienes estaban a su lado en sus últimos años. No se trataba de un castigo, sino de un reconocimiento”.
En su entorno, al igual que entre el resto de usuarios que han leído la historia, hay división de opiniones sobre lo que debería hacer, mientras él piensa que su padre “solo quería reconocer la realidad de nuestra dinámica familiar”, por lo que sigue pensando que debería quedarse con lo que su padre le dejó como herencia.