SAN PABLO.- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recibió el alta médica tras la cirugía de emergencia a la que fue sometido el pasado martes por una hemorragia intracraneal. Según indicaron los médicos, el mandatario de 79 años podrá retomar sus actividades a partir del comienzo de las semana, pero deberá tener un mayor cuidado los próximos 15 días y permanecer en San Pablo hasta el jueves, cuando se realizará exámenes médicos preventivos.
“La única restricción es el ejercicio físico”, dijo en rueda de prensa el cardiólogo Roberto Kalil, uno de los profesionales de la salud que lo atiende en el Hospital Sirio-Libanés, y añadió: “Luego podrá volver a Brasilia y continuar su agenda de compromisos”.
Tras la cirugía realizada por una hemorragia cerca del cerebro derivada de un golpe en la cabeza que sufrió hace casi dos meses, Lula tuvo una recuperación “que superó extremadamente lo esperado”, según indicaron los médicos. El mismo presidente irrumpió en la conferencia de prensa que realizaban en el hospital y aseguró: “Estoy aquí, entero… Volviendo a casa”, dijo, vestido con una campera y un sombrero.
Más tarde, Lula publicó parte de la conferencia en su cuenta de la red social X y lo acompañó con un mensaje: “Muchas gracias por las oraciones. Y, los que sólo tienen odio, quedan perdonados. Estoy aquí, vivo, entero y con más ganas de trabajar”.
Muito obrigado pelas orações. E quem só tem ódio, tá perdoado. Eu estou aqui, vivo, inteiro e com mais vontade de trabalhar. pic.twitter.com/uWCztOo3jl
— Lula (@LulaOficial) December 15, 2024
La hemorragia que obligó a su hospitalización fue producto de un accidente que ocurrió el pasado 19 de octubre, cuando el presidente se cayó en el baño de la residencia oficial en Brasilia y se golpeó la parte trasera de la cabeza. Por la caída recibió puntos de sutura y se sometió a evaluaciones periódicas durante varias semanas.
Tras los procedimientos, que fueron realizados de urgencia, buscaron drenar una hemorragia intracraneal y prevenir futuros episodios similares.
La primera intervención quirúrgica, realizada el martes, tuvo como objetivo drenar la hemorragia acumulada entre el cerebro y la membrana meníngea. Dos días después, el jueves por la mañana, el mandatario fue sometido a una embolización de la arteria meníngea media para reducir el riesgo de nuevas hemorragias.
Finalmente, Lula fue trasladado a cuidados semiintensivos este viernes. Esto implicó que su monitoreo ya no era constante, sino que se realizaba por intervalos. “El paciente se encuentra en condiciones estables y su evolución general es satisfactoria”, destacó el hospital en su momento.
La salud de Lula -quien asumió su tercer mandato presidencial en enero de este año- generó preocupación en el escenario político brasileño. El líder del Partido de los Trabajadores (PT) enfrenta desafíos políticos y económicos cruciales, por lo que su recuperación es seguida de cerca tanto por sus aliados como por sus opositores.
“Lula está tranquilo. Por ahora, la prioridad es garantizar su plena recuperación para que pueda volver a sus funciones sin riesgos”, comentó una fuente cercana al Palacio de Planalto. Las noticias de su mejoría llevaron alivio a su entorno político, que considera fundamental la estabilidad del mandatario para afrontar los retos de su administración.
Tras superar este delicado episodio, Lula deberá ajustarse a las limitaciones físicas que el equipo médico le impuso temporalmente. Sin embargo, el presidente parece estar determinado a regresar con fuerza a sus funciones, según indicaron sus allegados.
Con información de AFP