A Martín Del Rio, Paola Coquiara lo conoció en la inmobiliaria en la que trabajaba. Con el paso del tiempo comenzaron a tener una relación sentimental. Para ella, eran pareja. Él le había dicho que se estaba por separar de su esposa, Cecilia Sánchez. Ella le creyó. Solo entendió que era una “relación clandestina” cuando él fue detenido como autor de los homicidios de José Enrique Del Rio y María Mercedes Alonso, sus padres, asesinados a balazos en su casona de Vicente López el 24 de agosto de 2022.

Ella nunca creyó en la hipótesis de que los padres de Del Rio habían sido asesinados durante un robo. Nunca sospechó que detrás del doble crimen estaba Ninfa Aquino Chamorro, la empleada doméstica de las víctimas, la primera imputada y detenida que tuvo la causa. Los pensamientos de Coquiara se dirigían hacia un “ajuste de cuentas”.

“Estaba muy asustada. Mira si se quedó [por Martín Del Rio] con dinero de alguien y esto es otra cosa”, sostuvo la examante del sospechoso al declarar como testigo en el juicio por jurados donde el hijo menor de las víctimas es juzgado por el doble homicidio.

Coquiara brindó su testimonio hoy, durante la tercera audiencia del debate, en la misma jornada donde declaró la exesposa de Del Rio. “Es un monstruo que vivía dentro de casa. Me humilló como mujer, como madre. Nos traicionó. Es irreparable el daño que nos hizo. Nos mintió todo el tiempo. Es una situación tan humillante. Te sentís tan vulnerada”, había sostenido Sánchez en horas de la mañana. Su testimonio hizo jurar a la mayoría de los jurados que deben definir si el acusado es culpable o no.

Coquiara dijo que, antes del doble crimen, sentía admiración “comercial” por Del Rio. “Lo creía inteligente. Ya no. Ahora pienso que es hábil para mentir. Nunca vi un nivel de mentiras así”, sostuvo. Lloró. Una y otra vez.

La última vez que la agente inmobiliaria vio a Del Rio fue el 18 de septiembre de 2022, seis días antes del doble crimen. Esa tarde, ambos caminaron desde Núñez hasta Vicente López. Un trayecto casi idéntico que, según la acusación, el sospechoso iba a repetir la tarde de los homicidios. Para los investigadores fue una preparación para conocer “la ruta” y las cámaras de seguridad instaladas en el trayecto.

Diego Del Rio, el hermano del acusado

“Fue el mismo camino”, dijo la testigo ante una pregunta del fiscal Alejandro Musso, quien, junto con sus colegas Marcela Semeria y Gastón Larramendi, está a cargo de la acusación por parte del Ministerio Público.

Coquiara afirmó que el trayecto fue elegido por Del Rio. Que durante el camino, él recibió dos llamadas de su madre, María Mercedes, quien le preguntó por qué no había llegado a la casona familiar de Melo 1101, la propiedad que seis días después sería la escena del doble crimen. “Estoy yendo caminando”, respondió él.

En un momento del camino, la pareja se separó. Coquiara siguió hasta su casa, en Florida. Del Rio se fue a la casa de sus padres.

Como se dijo, seis días después, según la acusación del Ministerio Público Fiscal, Del Rio iba a repetir el camino para asesinar a sus padres. Su camioneta Mercedes Benz la dejó estacionada en Campos Salles, a pocos metros de la avenida del Libertador.

Coquiara no solo reconoció ser la persona que acompañó a Del Rio en la caminata la tarde del 18 de agosto de 2022, también no dudó en señalar al hijo menor de las víctimas como el “caminante”, como se conoció durante la investigación al autor del doble crimen.

“El caminante” quedó filmado por cámaras de seguridad instaladas en las cercanías de la casona de las víctimas la tarde del doble crimen. Los fiscales sostienen que entró en la propiedad a las 17.33 del 24 de agosto y se retiró a las 18.36.

La jueza María Coelho, a cargo del debate

“No tengo dudas de que es él. Es su forma de caminar, su forma de mover los brazos. No tengo dudas”, afirmó Coquiara cuando le exhibieron la filmación del “caminante”.

La testigo recordó que después de los homicidios, intentó que Del Rio le devolviera un dinero que le debía. Eran 18.000 dólares, pero ella pretendía, aunque sea, 15.000. Se quería irse a México, contó.

“Imaginaba que se había metido en un lío. Pensé que el móvil [del doble crimen] había sido un ajuste de cuentas. Quería irme a México, hasta que se esclarezca porque me daba miedo quedarme acá, pensé que la próxima podía ser yo”, afirmó Coquiara en la parte final de su declaración testimonial.