En el sudeste de la provincia de Buenos Aires nos encontramos en plena cosecha de cebada, cultivos que se entregaron para fin de noviembre, pero las condiciones climáticas vienen retrasando la cosecha. Esta situación viene generando pérdidas pre cosecha de la cebada y durante la cosecha, por estar los cultivos quebrados y con espigas por debajo de la altura de corte, pero también están dejando el suelo con alta humedad y excelentes condiciones para la siembra de cultivos de segunda.

Los últimos años venimos con rotaciones con alta participación de gramíneas, teniendo el sesenta y cinco por ciento entre los cultivos de cebada, trigo y maíz (29%, 12% y 24% respectivamente la campaña 2024 en campos de la zona de Necochea), siendo los otros cultivos girasol (30%) y soja (5%). A pesar de verse diferencias en lotes profundos de alto potencial, donde juega un rol importante el cultivo de girasol, y los ambientes someros de menor potencial donde los cultivos suelen ser principalmente cebada, maíz tardío y soja.

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Las proporciones de cultivos se deben a la adaptación de los diferentes cultivos a los ambientes y a los precios coyunturales de los granos, observando cada vez más lotes de maíz sobre maíz o de fina sobre fina o sobre maíz, lo cual lleva a tener más problemas de acumulación excesiva de rastrojos y de malezas, plagas y enfermedades.

Pensando en aumentar la superficie de maíz de segunda, se puede afirmar que las últimas campañas los rendimientos de maíz fueron en promedio 2,6 veces los de soja de segunda

Contemplando que de los cultivos de segunda (sembrados a la cosecha de cebada y trigo) la soja es un 76%, el maíz un 8% y otros cultivos el 16% entre girasol, verdeos y cultivos de cobertura, tenemos una importante oportunidad de aumentar la presencia de maíz en la rotación sembrando más maíz de segunda (en lugar de maíz e primera) sin afectar o hasta potenciando la rotación de cultivos de primera.

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Pensando en aumentar la superficie de maíz de segunda, podemos afirmar que las últimas campañas los rendimientos de maíz fueron en promedio 2,6 veces los de soja de segunda. En la campaña actual observamos un costo de realizar maíz de segunda entre 1,5 y 1,8 veces el costo de la soja y con márgenes de maíz de entre 1,5 y 2,2 veces los márgenes de la soja, lo cual apoya la idea de destinar una proporción de los primeros lotes cosechados al cultivo de maíz de segunda.

Ya que definimos realizar algunos lotes de maíz de segunda, tenemos que definir el manejo de los mismos, pudiendo sembrarse con híbridos templados durante la primera quincena de diciembre o híbridos precoces durante la segunda quincena de diciembre, y una densidad a ajustar en función del híbrido y del ambiente de entre 45.000 y 60.000 plantas sembradas.

Sobre chicharrita es importante destacar que el año pasado se llegó a observar presencia aislada de síntomas del complejo de enfermedades transmitidas por este vector en los maíces de segunda de la zona. Solamente en el 5% de los lotes se observó un síntoma más importante

El modelo de nitrógeno a utilizar va a depender del potencial de rendimiento al que apuntamos, y lo afectará la fecha de siembra, el ambiente, las condiciones climáticas (cantidad y distribución de precipitaciones, temperaturas y fecha de primera helada), pero podemos pensar en modelos de 80 N – X hasta 140 N – X, para ir desde 4000 kg/ha hasta unos 7000 kg/ha de rinde objetivo, respectivamente.

Otro capítulo es el manejo de plagas, malezas y enfermedades, siendo la principal adversidad biótica las malezas, para lo cual es fundamental apoyarse en el uso de herbicidas residuales para el control de las malezas difíciles como nabolza y yuyo colorado, y elegir genética que nos permita el uso de glifosato, 2,4d, glufosinato y otros herbicidas necesarios para un manejo racional de las malezas.

En este aspecto también es importante el manejo de malezas durante el otoño para no llegar a la cosecha del maíz de segunda con una situación de malezas tan complejo. En relación a las enfermedades es importante prestar atención a la roya del maíz y al tizón, aunque en esta zona no son muy problemáticas, y con plagas tampoco se suele observar tanto problema, aunque actualmente debemos monitorear principalmente la presencia del gusano cogollero y de la chicharrita para poder seguir aprendiendo.

Sobre chicharrita es importante destacar que el año pasado se llegó a observar presencia aislada de síntomas del complejo de enfermedades transmitidas por este vector en los maíces de segunda de la zona. Solamente en el 5% de los lotes se observó un síntoma más importante, con un 50% de incidencia en planta, en general grado 1 (amarillamiento foliar) y 2 (bordes de hojas enrojecido), poco grado 3 (veteado foliar rojo, amarillo y verde) con alguna afectación en rinde y algo de multiespiga y poco granadas, pero no siendo importante a nivel zonal. Actualmente se dispone de algunas trampas amarillas en la zona en el contexto del monitoreo nacional de chicharrita y hasta diciembre no se observaron capturas de individuos de Dalbulus.

Como la producción de cualquier cultivo, debemos decidir año a año qué producir, cómo realizar el seguimiento y ajuste del manejo durante el ciclo del mismo; pensarlo dentro de un sistema complejo para la campaña actual y en rotaciones sustentables en una escala de tiempo más larga. Teniendo en cuenta que las decisiones que tomamos hoy, están definiendo nuestro futuro.

El autor es ingeniero agrónomo, socio de Agroestudio Viento Sur SRL y de la Regional Necochea de Aapresid