Unos 11.550 kilómetros separan a Buenos Aires de Liubliana, capital de Eslovenia. Y ese es uno de los factores que, según Klemen Boštjančič, ministro de Finanzas de ese país, ha limitado las relaciones comerciales entre ambas. “Desde Europa en general, o desde mi país, vemos a la Argentina como una nación que está lejos. Lo cual por supuesto es algo que me apena, porque hoy con la globalización, la distancia no es realmente un problema”, dice en diálogo con LA NACION el funcionario, que se reconoce “enamorado” del país desde un viaje que hizo hace casi tres décadas, durante sus años de estudiante.
Formado como contador, viajó a Buenos Aires para mantener reuniones con funcionarios de gobierno (nacional, municipal y provincial) y una agenda enfocada en impulsar la relación bilateral en materia de impuestos e inversiones. Además de elogiar al Gobierno por su foco en bajar la inflación (“sin eso, será difícil hacer cualquier otra cosa”, dice), plantea que Europa debería enfocar su atención hacia América Latina y se muestra a favor de un acuerdo entre la UE y el Mercosur.
-¿Por qué vino a la Argentina?
-Hay dos razones concretas. Una es intentar impulsar un acuerdo para evitar la doble imposición, que aún no se ha firmado. La Argentina está absolutamente en la cima de la lista de países para nosotros, y nos gustaría hacerlo. Y la segunda razón es la cooperación, especialmente en el área de la digitalización, con un enfoque especial en la inteligencia artificial. Eslovenia es un país relativamente pequeño, pero nuestra IA está bastante bien desarrollada, con una comunidad de startups muy activa y muchas empresas trabajando. Veo que la Argentina también considera la IA como uno de los pilares fundamentales del desarrollo futuro. Así que tuvimos reuniones con gente del gobierno nacional, provincia de Buenos Aires y la ciudad, todo con este énfasis en IA.
-¿Por qué ubican a la Argentina en ese lugar?
-La Argentina ha estado al tope de nuestras prioridades durante algunos años, y la razón principal es que creemos que un acuerdo así ayudará mucho a impulsar el comercio entre los países, que creo que debería ser mucho mayor. La Argentina y Eslovenia comparten mucho de su herencia cultural. Y en el mundo global actual, Europa tiene que centrarse más en ciertos mercados. Y desde mi perspectiva, vemos absolutamente a América Latina como una de las áreas que tiene mucho potencial.
-¿Cuáles son las áreas de mayor interés?
-En Eslovenia, la digitalización, especialmente la IA, se definió como uno de los sectores centrales en los que invertiremos, como gobierno y, también, como mencioné, con una comunidad privada bastante grande. Además, otros sectores relevantes son los productos farmacéuticos y la biotecnología, y la industria automotriz. Son los pilares del desarrollo estratégico de Eslovenia. También estamos trabajando ahora en una gran inversión, junto con la Comisión Europea, en otra supercomputadora que tendrá un valor de aproximadamente 100 millones de euros. Y básicamente, nos gustaría convertir esta supercomputadora en una especie de fábrica de IA. En la ciudad de Buenos Aires, quedé absolutamente encantado con las ideas claras y la visión clara de lo que quieren lograr en ese tema. Está invirtiendo mucho en digitalización, y especialmente la IA es el área donde ven que tiene un enorme potencial también para cooperar entre nuestro país y la ciudad. Es similar con la provincia de Buenos Aires. También hay un enfoque especial en el sector de la salud. Espero que esto se materialice en una cooperación operativa.
-¿Tiene alguna opinión sobre el primer año de gestión de Javier Milei?
-En primer lugar, la economía de Argentina no estaba funcionando demasiado bien, y no solo el año pasado, sino en las últimas décadas. Y creo que para todos los problemas que tenés, desde la inflación más alta del mundo occidental, el déficit fiscal, el aumento de la pobreza y el desempleo, se requiere un ‘superman’. No estoy seguro de si Milei es un ‘superman’, pero puedo entender absolutamente la opinión de los argentinos de estar muy cansados de que los políticos hablaran amablemente, pero simplemente no resolvieran los problemas. Milei es extremadamente poco ortodoxo. En Europa, cuando llegó al poder, o antes de llegar a ser presidente, hubo muchos artículos sobre su estilo y su personalidad, básicamente cosas que no tienen mucho que ver con lo que haría o lo que está haciendo ahora como político. El problema de la inflación en Europa volvió hace algunos años, con un 10,6% en 2022, los picos en casi 40 o 50 años, y es incomparable con la situación en la Argentina. Recuerdo que tuvimos este debate, porque Eslovenia fue parte de Yugoslavia y experimentamos la llamada hiperinflación en la década de 1980. Y cuando tenés una inflación tan alta, es imposible hacer nada. Entonces, apoyo absolutamente la idea de, primero, reducir la inflación. Es el primer paso, y veo que hay señales de éxito. Cada gobierno tiene una vida útil limitada, Milei tiene enormes problemas, debido a decisiones incorrectas en el pasado, y un tiempo limitado para cambiarlas. Entiendo que el objetivo número uno es reducir la inflación, porque sin eso será difícil hacer cualquier otra cosa.
-¿Cómo ven a la Argentina desde Eslovenia?
-Diré algunas palabras sobre mi opinión personal sobre la Argentina, y después cómo creo que Argentina se ve generalmente desde Eslovenia o Europa. La primera vez que vine aquí fue hace 29 años, cuando era estudiante y viajé por Sudamérica. Fueron tres meses y medio, y buena parte de esto aquí. Y, honestamente, me enamoré del país. Es uno de los lugares donde podría imaginarme mudarme. Pude ver tantas similitudes entre la parte de Europa que me gusta y el estilo de vida aquí. Esa es mi visión personal. Y si me preguntas cómo se percibe o ve a la Argentina desde Europa en general, o desde nuestro país, creo que de alguna manera lo vemos como un país que está lejos. Lo cual por supuesto es algo que me apena, porque hoy en el mundo globalizado, la distancia no es realmente un problema. Creo que en ambos lados, en Europa y en Argentina, deberíamos hacer mucho más en comparación con lo que hicimos en los últimos, digamos, 20 años. Hay un enorme potencial. Compartimos los mismos valores, el mismo tipo de herencia cultural. Y Europa tiene sus propios problemas.
-¿En qué sentido? ¿Qué significa problemas?
-Me alegra que hayamos comenzado a hablar sobre la competitividad de Europa. Siempre nos comparamos con Estados Unidos y China, los grandes jugadores. Y una de las cosas que tenemos que hacer es centrarnos en los mercados que fueron olvidados. América Latina es absolutamente uno de esos mercados. Europa debería estar mucho más focalizada en esta región. Y viceversa. Es un poco triste que hoy se vean como países o áreas lejanas. Y también, desde mi perspectiva, es bastante triste que necesitemos décadas para firmar un acuerdo básico entre la UE y el Mercosur, que ayudaría al comercio. Es un buen ejemplo de cómo los políticos de ambos lados fueron muy miopes, básicamente debido a algunos problemas domésticos o razones políticas, y parte de la consecuencia es que este acuerdo comercial aún no se ha firmado.
-¿Qué impacto tendría ese acuerdo?
-En mi opinión, no hay absolutamente ninguna duda de que tendrá una serie de efectos positivos en la economía europea, argentina y de los países latinoamericanos. El problema es que ambas partes suelen centrarse demasiado en ciertas áreas, como la agricultura, que es importante. Pero al final del día, lamento que hay algunos temas donde es más difícil encontrar un consenso y son la razón que tiene a todo el acuerdo de rehén. Porque no hay duda de que este es un documento fundamental que debería haberse firmado hace años. Y es solo el primer paso, que ayudará a ambas partes. Deberíamos esforzarnos mucho más y tener un objetivo claro para finalizarlo… quisiera decir en un año, pero diré lo antes posible.
-¿Qué riesgos o problemas encuentra para el futuro de Europa hoy?
-Creo que Europa ha estado demasiado enfocada en Europa, en nosotros mismos. Durante los últimos 20 años, lo primordial de la UE fue la competitividad, muy enfocada en reducir subsidios o gasto estatal, y se organizó todo de tal manera buscando las mismas condiciones para todos. El problema fue que solo nos enfocamos en crear un mercado en estos 27 países. Y fue exitoso, pero olvidamos fue que hay un mundo fuera de Europa. Con China, Estados Unidos, que fueron tomando decisiones para los que Europa todavía no tiene respuesta. Al estar en la UE, es fácil presionar a diferentes países para que sigan las mismas reglas, pero eso no se aplica a nadie fuera de Europa. Y si China o Estados Unidos, porque la mayor parte del debate se da sobre estos dos grandes actores globales, hacen cosas impensables para un país europeo, como entregar enormes subsidios estatales para ciertas industrias, a veces la UE no tiene respuesta de qué hacer. Por supuesto, la respuesta potencial debería ser ‘Hagamos lo mismo o algo similar’ pero esto, de nuevo, es contrario a la idea europea. Y es algo que hoy es un problema. Hace un poco más de un año, la cuestión de la competitividad en el mundo se está convirtiendo en tema número uno, pero todavía no tenemos las respuestas. Y estoy contento de que estemos de acuerdo y que no haya diferencias entre Alemania, Francia o Eslovenia en que este tema es el más importante.
-Trump anuncia aranceles a las importaciones. ¿Le preocupa que crezca el proteccionismo?
-Sí, creo absolutamente que ese es el camino equivocado. Y es parte también del debate a nivel europeo hoy. Puedo entender que si otros países están haciendo cosas que son contrarias a las políticas o puntos de vista generales de la UE, se plantee que hay que darles una respuesta. No se puede jugar con esas reglas cuando parte del mundo está estableciendo reglas completamente diferentes. Ha pasado mucho tiempo desde que el resto del mundo se adaptaba a Europa; ahora Europa tiene que adaptarse a los grandes actores globales. Pero este proteccionismo es el camino equivocado y es el resultado del hecho de que los políticos de todo el mundo no pueden hablar y llegar a consensos. Pero no me ayuda a mí ni a nadie quejarnos. Deberíamos simplemente adaptarnos y la respuesta correcta para Europa, como reacción a lo que están haciendo China o Estados Unidos, es enfocarnos más en mercados donde no están estos problemas. Ahí es donde veo la oportunidad, y el Mercosur es una de esas áreas. Para mí es muy claro que para Europa es de interés estratégico tener buena cooperación con América Latina, también los países de Medio Oriente o África, que fue olvidada por Europa, y no por China.