¿Dormir con o sin calcetines? Ya se prefiera de una u otra forma, este hábito de sueño suscita una divertida polémica en la que cada cual elige uno u otro “bando”. Mientras que uno prefieren dormir con los pies calientes, otros optan por descansar con ellos al descubierto al tacto de las sábanas. Ahora, la ciencia ha querido sumarse a la banalidad de este asunto y responder a la eterna pregunta: ¿es mejor dormir con o sin calcetines?
Las investigadoras Yelin Ko y Joo-Young Lee de la Facultad de Ecología Humana de la Universidad Nacional de Seúl (Corea del Sur) decidieron indagar en este asunto siguiendo el método científico. El estudio se centraría en investigar los efectos del calentamiento de los pies durante el sueño en la calidad del mismo y cómo este método podría manipular la temperatura corporal para mejorar el descanso.
Para ello, seleccionaron a seis hombres jóvenes para que participaran de forma aleatoria en dos condiciones experimentales: dormir con y sin calcetines. Como recogen en el estudio, “la frecuencia cardíaca y las temperaturas rectal y cutánea se controlaron durante el sueño de 7 horas. El cuestionario sobre la calidad del sueño se obtuvo después de despertarse por la mañana”.
Los resultados, que ya han sido publicados en la revista científica Journal of Physiological Anthropology, fueron claros: dormir con calcetines mejora la calidad del sueño significativamente. Así, la investigación demostró que cuando los participantes durmieron con ellos puestos descansaron hasta 32 minutos más. Además, dormir con calcetines también supuso que se despertaran menos veces durante la noche e incluso que conciliaran el sueño 7 minutos antes.
No obstante, no se observan cambios significativos en la temperatura central del cuerpo, lo que sugiere que los mecanismos de mejoría podrían estar centrados en el microclima creado por los calcetines y la influencia en el flujo sanguíneo distal. Estas conclusiones presentan el calentamiento de pies como un método potencialmente beneficioso y energético para mejorar el sueño en climas fríos sin modificaciones considerables a la temperatura ambiente del dormitorio o el cuerpo central.
Las investigadores surcoreanas apuntan a que, más allá de lo anecdótico, futuros estudios científicos podrían interesarse por indagar más sobre cómo el aumento de temperatura en los pies podría facilitar el sueño al activar neuronas relacionadas con el sueño. Esto abriría un debate sobre el papel de la temperatura corporal central y las regulaciones térmicas durante el sueño.
Una buena higiene de sueño
Dormir bien es esencial para la salud física y mental, ya que permite al cuerpo repararse y al cerebro consolidar información aprendida durante el día. Para lograr un sueño reparador, es fundamental mantener una rutina constante: acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto regula el reloj interno del cuerpo y facilita la conciliación del sueño. Crear un ambiente propicio también es clave; como asegurarnos de que nuestro dormitorio sea tranquilo, oscuro, fresco y cómodo. Además, limitar el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de dormir ayuda a reducir la exposición a la luz azul, que puede interferir con la producción de melatonina, la hormona del sueño.
Establecer hábitos saludables durante el día también contribuye a un buen descanso. De esta manera, realizar actividad física regularmente mejora la calidad del sueño, pero evita hacer ejercicio intenso cerca de la hora de acostarte, ya que puede activar el sistema nervioso. Del mismo modo, la alimentación también juega un papel importante; cenar ligero y evitar bebidas con cafeína o alcohol en las horas previas al sueño puede prevenir interrupciones nocturnas.