La decisión de Carolina Brom llegó en plena pandemia, durante su licencia de embarazo. Al igual que su marido, durante años había invertido su tiempo y energía en empresas multinacionales, que si bien le habían obsequiado grandes enseñanzas, le dejaban una sensación de vacío. Los días de confinamiento, la soledad, el pulso de una vida nueva a través de su bebé que se lanzaba a la aventura de existir en un planeta paralizado, provocaron en ella (y también en su marido) un sinfín de interrogantes que la llevaron a replantearse su camino. Es tiempo de dejar de dar mis horas a los demás para emprender una propia empresa, se dijo. Y, tras ese pensamiento, arribó un desafío más extremo: Si vamos a emprender, ¿por qué no hacerlo también en un nuevo lugar?
Para Carolina, era tiempo de dejar Argentina atrás y dar vuelta la página en otro destino del mundo: “Así que decidimos dar el salto y empezar una nueva etapa, apostando por el cambio tanto personal como profesional”, cuenta Carolina. “La noticia fue un gran impacto para nuestra familia y amigos, ¡los sorprendimos a todos! Sin embargo, a pesar de la sorpresa, su apoyo incondicional fue fundamental desde el primer momento. El respaldo de nuestras familias y amigos nos dio la fortaleza y confianza para dar este paso tan importante en nuestras vidas. Hoy, mirando hacia atrás, puedo decir que sin ese apoyo, no estaríamos donde estamos. Ellos han sido un pilar clave en nuestra decisión y en todo este proceso de adaptación y crecimiento”.
Florida y un comienzo difícil: ¿Dónde está la comunidad prometida?
Llegaron a Florida a finales del 2021 y creyeron que muy pronto encontrarían un grupo de pertenencia, al fin y al cabo, aquella zona estadounidense tenía una gran comunidad latina: “La realidad fue muy diferente”.
Se instalaron en un departamento que habían alquilado de manera temporal desde Buenos Aires, cerca de St. Petersburg, y en un comienzo se sintieron muy solos. Tal vez por efecto de la pandemia y porque no estaban en Miami, el aislamiento se sintió con fuerza. Extrañaban profundamente a su familia y amigos, a todo lo relacionado con su vida en Argentina.
A la par, invertían todo su tiempo en darle vida a su empresa, sin contar con un mínimo de tiempo para socializar: “Por otro lado, no conseguíamos vacantes en las guarderías para mis hijos, y no contábamos con una red de apoyo”, explica Carolina.
“Al principio, también nos sorprendió que la mayoría de los vecinos del edificio eran personas mayores, y no había muchos niños con quienes nuestros hijos pudieran jugar en los espacios comunes. Todo esto hizo que la adaptación fuera más difícil de lo que habíamos imaginado”, continúa.
Un nuevo cambio y la llegada de la familia anhelada: “La adaptación fue más gradual de lo que pensábamos”
¿Acaso no habían tomado la decisión correcta? La falta de contención y el trabajo duro empañaron el horizonte de su volver a empezar, pero entonces, al cabo de unos meses, Carolina conoció a un grupo de argentinos que vivían a treinta minutos de St. Petersburg, en Lakewood Ranch, cerca de Sarasota.
Aquello significó un nuevo volver a empezar acompañado por un sabor dulce. Junto a su familia, Carolina decidió mudarse a esa región y fue así que, finalmente, encontraron a lo que hoy llaman “Nuestra familia sarasotense”.
“Esas amigas son un pilar muy importante en nuestra vida aquí”, asegura. “La adaptación fue más gradual de lo que pensábamos, y sigo extrañando a mi familia y amigos en Argentina. Tratamos de viajar al menos una vez al año para visitarlos y mantener esos lazos fuertes”.
El desafío laboral y la curva de aprendizaje: “Descubrí mi verdadera pasión”
Con 20 años de experiencia en marketing y planificación estratégica para grandes multinacionales en Argentina, Carolina había forjado una exitosa carrera en el mundo corporativo. El primer paso en este nuevo capítulo como emprendedora, fue adquirir un negocio y los primeros meses en el nuevo mercado fueron un desafío.
La adaptación al nuevo entorno empresarial requirió de Carolina y su esposo, quien se convirtió en su socio, una rápida curva de aprendizaje. Sin los recursos amplios a los que estaban acostumbrados en el ámbito corporativo—como un equipo de expertos, un presupuesto elevado y una infraestructura robusta—, se vieron obligados a encontrar soluciones innovadoras y eficientes para revertir la situación.
Fue en este contexto de limitaciones que Carolina recurrió a su fortaleza principal: la planificación estratégica y el marketing. Así, nació la idea de desarrollar una metodología simplificada que pudiera ser implementada de manera efectiva con los recursos disponibles.
“Cuando adquirimos una empresa junto a mi marido, me encontré con la necesidad de desarrollar un plan estratégico claro y sencillo para encaminarla hacia el éxito y alcanzar una mejor calidad de vida… que era el principal motivo por el que habíamos decidido emigrar”, explica. “Fue así como creé una metodología propia, basada en cinco pasos fundamentales, que desarrollé con el objetivo de simplificar el proceso estratégico para empresas, especialmente para aquellas pequeñas y medianas empresas (PyMEs) que suelen carecer de una planificación estructurada”.
”Durante este proceso descubrí mi verdadera pasión: ayudar a otros emprendedores a planificar su crecimiento”, continúa Carolina, cuya metodología la llevó a fundar una consultora que ofrece servicios tanto a PYMEs en América Latina como en Estados Unidos.
“Considero que con una planificación clara, determinación, y un enfoque adaptativo, es posible transformar desafíos en oportunidades y alcanzar el éxito. Creo que el planeamiento estratégico no es solo una herramienta para mejorar la rentabilidad, sino además una manera de construir empresas más humanas, responsables y resilientes”.
De regresos y aprendizajes: “Tuve que aprender a recuperarme rápido”
Hace casi tres años, Carolina Brom tomó una de las decisiones más valientes y transformadoras de su vida: emigrar a Estados Unidos junto a su familia y adquirir un negocio en un mercado completamente nuevo. La transición, sin embargo, fue mucho más dura de lo que había imaginado y hoy, a pesar de estar viviendo su sueño de un volver a empezar personal y profesional, comprende que hay aromas, voces, sentimientos y paisajes que son imposibles de dejar en el pasado.
Y así, a pesar de hallar su círculo de confianza y amor en Estados Unidos, para Carolina, Argentina sigue ocupando un lugar importante en su corazón. Aunque la distancia física la separe de su país, la conexión emocional permanece intacta.
“En mi día a día, participo activamente en los grupos de WhatsApp con mi familia y amigas, donde compartimos fotos, momentos y experiencias; y hacemos videollamadas regularmente. Estas interacciones virtuales nos permiten mantener ese vínculo cercano, acortando la distancia”.
“Cada vez que regreso a Argentina, siento una mezcla de emociones. Disfruto un montón los días maratónicos de: mates, asados y nuevamente mates con mi familia, profundas charlas con mis hermanas y amigas. Las despedidas en Ezeiza siempre son difíciles y es inevitable que se me caigan algunas lágrimas”, dice emocionada.
“Mientras tanto, la experiencia de interactuar con personas de diversas culturas y contextos me ha enseñado a ponerme continuamente en el lugar del otro, a cultivar empatía, a escuchar activamente y a comprender las realidades diferentes a la mía”.
“Mi presente es de aprendizaje constante, donde aprendo de adaptación y flexibilidad: aprendí a estar abierta a nuevas formas de pensar y a adaptarme a entornos cambiantes, a flexibilizar mis expectativas y a encontrar soluciones creativas frente a los desafíos”, comparte Carolina. “También aprendí de resiliencia: siempre surgen obstáculos y momentos difíciles, y lejos de nuestra familia y amigos de toda la vida esos momentos se vuelven mucho más pesados …. Tuve que aprender a recuperarme rápido y seguir adelante capitalizando los aprendizajes”, concluye.
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Destinos Inesperados es una sección que invita a explorar diversos rincones del planeta para ampliar nuestra mirada sobre las culturas en el mundo. Propone ahondar en los motivos, sentimientos y las emociones de aquellos que deciden elegir un nuevo camino. Si querés compartir tu experiencia viviendo en tierras lejanas podés escribir a destinos.inesperados2019@gmail.com . Este correo NO brinda información turística, laboral, ni consular; lo recibe la autora de la nota, no los protagonistas. Los testimonios narrados para esta sección son crónicas de vida que reflejan percepciones personales.