Diputados de la UCR, el PRO y otros bloques intentarán este martes que en la sesión de la Cámara Baja avance el proyecto de Democracia Sindical: buscan que se vote a favor de una interpretación del reglamento, según la cual no hace falta la firma de la mayoría de los integrantes de una comisión para llevar al recinto un dictamen.
La duda es qué harán los 29 miembros de la bancada de La Libertad Avanza: su voto podría ser determinante para que tenga luz verde una iniciativa que rechaza el gremialismo y que, si el oficialismo la aprueba, pondrá en crisis la relación del Gobierno y la CGT ya que la iniciativa elimina la reelección indefinida de los gremialistas, prohíbe la cuota solidaria que sostiene “la caja sindical”, garantiza la representación de las minorías en los cuerpos deliberativos y directivos de los sindicatos, obliga a presentar declaraciones juradas y fija medidas para “democratizar las obras sociales”.
De todas formas, en el bloque oficialista dieron a entender que no avalan la posición de la UCR y el PRO para aprobar una interpretación distinta del reglamento de Diputados: “Vamos a dar quórum, pero creemos que esa postura no es jurídicamente válida. Si fuera así, terminaríamos tratando en el recinto cualquier proyecto que no tenga la mayoría de firmas que se requieren”, hicieron saber.
En la CGT, mientras, no hay preocupación a pesar del riesgo de que prospere al proyecto: “Estamos tranquilos. Ya está conversado y la sesión se va a caer”, vaticinó a Infobae un jefe de la CGT.
La semana pasada, en la Comisión de Legislación del Trabajo de Diputados, el PRO y la UCR quedaron a un solo voto de conseguir la aprobación del dictamen del proyecto de Democracia Sindical: los impulsores de la iniciativa reunieron 15 firmas, pero se necesitaban 16 (la mitad más uno del total de miembros de la comisión) para que el proyecto pudiera llegar al recinto.
En este caso, pese al traspié, lo novedoso es que los 5 diputados libertarios que integran la Comisión de Legislación del Trabajo votaron en favor del dictamen de mayoría, pese a que a mediados de octubre le habían retirado su apoyo por un pedido del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, como un gesto para favorecer las negociaciones del Gobierno con el sector dialoguista de la CGT.
Aunque no logró las firmas necesarias para aprobar el proyecto, el radical Martín Tetaz, titular de la Comisión de Legislación del Trabajo, pidió el miércoles pasado al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, sobre la base de antecedentes sobre el tema, que se incluya el dictamen que tuvo 15 firmas “dentro del orden del día de la próxima sesión, sea ordinaria o especial, para que en los términos del artículo 228 del reglamento, sea este cuerpo el que decida sobre su validez”.
La sesión especial de este martes de la Cámara de Diputados, en la última semana de sesiones ordinarias del Congreso, tendrá un alto voltaje político porque, como anticipó Infobae, también se tratarán el rechazo a un decreto de canje de deuda, la regulación de juegos de azar y apuestas online, y la sanción de leyes relacionadas con la transparencia política y el voto en el exterior.
En el caso del proyecto de Democracia Sindical, Tetaz y el titular del bloque de diputados del PRO, Cristian Ritondo, quieren que se vote al comienzo de la sesión si es válida la interpretación que permite aprobar un dictamen en comisión sin tener la mayoría de las firmas, considerando, como sucedió la semana pasada, que no hubo un dictamen de rechazo. Si logran los apoyos necesarios, para aprobar el dictamen sólo se requerirán los votos de una mayoría simple, que equivale a la mitad más uno de los presentes, o agravada, que son los dos tercios de la Cámara de Diputados.
En la última reunión de la Comisión de Legislación del Trabajo, cuando reunió 15 de las 16 firmas necesarias, Tetaz admitió la derrota de su posición y elogió “la viveza” de Sergio Palazzo, de Unión por la Patria y vicepresidente de ese grupo legislativo, que retiró el dictamen de rechazo al proyecto y así los impulsores de la iniciativa se vieron obligados a conseguir los apoyos necesarios.
De esta forma, la iniciativa que tanto preocupa a la CGT quedó bloqueada y el fracaso de sus impulsores se convirtió en un duro golpe político: la importancia que le dieron los bloques de la oposición dialoguista al tema fue tanta que en la reunión de la comisión habló el titular del bloque de diputados de la UCR, Rodrigo de Loredo, quien defendió los cambios que proponía el texto al poder sindical y admitió: “Es una de las reformas por la que más bregamos durante todo este año”.
De la misma forma, hubo un detalle que resultó muy sugestivo: de los 2 diputados de Hacemos Federal que integran la comisión, Alejandra Torres fue reemplazada por el presidente de la bancada, Miguel Ángel Pichetto, en una jugada que en el PRO atribuyeron a la necesidad de garantizar el bloqueo al proyecto de Democracia Sindical. Pichetto fue el primer orador que expresó su voto negativo: “La democratización que ustedes plantean no se puede hacer sin los actores del mundo del trabajo. Es fundamental hacer una convocatoria más amplia y tener un determinado consenso. Para llevar adelante una reforma de esta naturaleza también se requiere poder político”. El otro diputado de Hacemos Federal es Jorge Avila, titular del sindicato petrolero de Santa Cruz.
El titular del bloque de Hacemos Federal ya había actuado en favor de la CGT cuando logró en abril pasado que el oficialismo accediera a eliminar 42 artículos de la reforma laboral que no quería el sindicalismo para facilitar la sanción de la Ley Bases en Diputados. La semana pasada, volvió a desempeñar un papel central para que se cayera el proyecto que inquieta a la central obrera.
Más tarde, el reemplazo de Torres fue cuestionado duramente por De Loredo y atribuido a una maniobra del gobernador de Córdoba: “Por (Martín) Llaryora se cayó la reforma sindical -publicó en X-. El gobernador retiró a una diputada nacional de la Comisión de Legislación del Trabajo para que entre otro en su lugar, y así otorgar el voto decisivo en contra del proyecto que impulsamos que propone entre otras cosas terminar con los privilegios de los gremios, sus reelecciones indefinidas, eliminar la obligatoriedad de la cuota solidaria, y obligarlos a que presenten declaraciones juradas”.
En la comisión, los respaldos al proyecto provinieron de los diputados de la UCR (3), del PRO (5), de la Coalición Cívica (1), de Innovación Federal (1) y los de La Libertad Avanza (5), pero no llegaron a la mitad más uno (16) de los votos para aprobar el dictamen. En la reunión, rechazaron la iniciativa Alejandro Vilca, de PTS-Frente de Izquierda, y expresó una disidencia parcial Marcela Pagano, de La Libertad Avanza, luego de que Palazzo aclarara que Unión por la Patria no había presentado ningún dictamen de rechazo e insistió en criticar el proyecto en discusión porque “vulnera el principio de autonomía sindical consagrado en el Convenio 87 de la OIT”.