El Gobierno cree que el tipo de cambio puede seguir apreciado durante “un tiempo largo” y el mercado observa que si esa tendencia se prolonga se encenderán alamas en el tablero de la política económica. En ese contexto, el equipo económico dejó saber que hay un “desequilibrio cambiario” de un sector clave que tendrá que reencauzar antes de activar la salida del cepo cambiario.
Esta última pista la dio el presidente del Banco Central Santiago Bausili ante empresarios en Córdoba. Como requerimiento para salir de los controles, dijo, “tiene que haber un equilibio monetario, estamos muy cerca de tenerlo, pero no necesariamente el equilibrio cambiario. El cepo está empezando a ser una barrera de contención de la entrada en lugar de una barrera para la salida”, dijo el funcionario.
En ese plano, aseguró que “es muy probable que en este esquema monetario cuando se levante el cepo, sea una fuente de liquidez donde entre capital de afuera y no salga el de adentro. Mientras, tenemos que identificar los desequilibrios cambiarios. Los individuos no tenemos desequilibrios cambiarios, nadie ahorra en pesos forzado porque no tiene escapatoria. Con las pymes pasa algo similar. El flujo de deuda comercial también se resolvió, no hay un gran stock pendiente. Hay dos o tres bolsillos que quedan afectados por el cepo y que representan un riesgo de stock”, explicó en conversación en la Bolsa de Comercio de esa provincia con Guido Sandleris, ex presidente del BCRA durante el mandato de Mauricio Macri.
Stocks de liquidez atrapada
“Quedan dos o tres lugares con liquidez atrapada. Por eso en el mientras tanto liberamos (controles) donde no están (atrapados). El comercio es lo más importante para nosotros, que sea lo más libre posible para que baje el costo argentino y fluya la actividad económica”, planteó el titular del Central, y señaló que los sectores con demanda potencial de dólares son aquello con “stocks de deuda financiera inter company, dividendos, son bolsillos donde hay demanda latente”.
“Hay una situación todo de golpe o por capas, a medida que aparecen fuentes de dólares que pueden dar con flujo salidas a estos stocks, estos balances se van achicando. Esa rueda gira pero de a poco los vamos tratando de corregir”, explicó Bausili a su antecesor en el cargo.
El BCRA había abierto, en mayo pasado, una ventana para descomprimir demanda de divisas por giro de dividendos en una de las últimas operaciones de licitación de Bopreal, el instrumento en dólares creado por este Gobierno para bajar la deuda comercial importadora acumulada durante la parte final del mandato del Frente de Todos. Según estimaciones privadas, que en despachos del equipo económico validan, aunque no exista un dato oficial consolidado, antes de esa operación de Bopreal había pendientes de pago unos USD 6.000 millones.
En la misma charla, consultado sobre si existe atraso cambiario, Bausili reconoció que “es innegable que ese debate está y que va a estar por un largo tiempo”. Y defendió la posición oficial: “a forma de hacer que Argentina sea menos cara en dólares no va a ser mediante un ajuste del tipo de cambio nominal”, planteó y que “la Argentina va a estar cara o barata en respuesta a si es una economía eficiente o no, si su estructura tributaria se puede comparar con otros países y ventajas competitivas por sus recursos”.
En recursos naturales -concluyó- “estamos más baratos que otros países, (pero) en productos transables posiblemente estemos más caros que otros países por un rato largo”.
En el mercado la discusión sobre el peso apreciado lleva tiempo y hay algunos datos que hacen pensar a los analistas que esa paulatina pérdida de competitividad cambiaria empieza a verse reflejado. “En comparación histórica, el tipo de cambio real multilateral de noviembre está 16% más apreciado que el observado en enero de 2016 a la salida del anterior esquema de control de cambios”, dijo un informe de PxQ.
“El tipo de cambio real apreciado y la apertura comercial propuesta por el Gobierno auguran un aumento de las importaciones, que se verá reforzado en la medida en que la economía se recupere y continue la eliminación de aranceles y medidas para-arancelarias encabezadas por el Ministerio de Desregulación”, estimaron desde la consultora que fundó Emmanuel Álvarez Agis. “El aumento de las exportaciones de petróleo y gas sucede a una velocidad más lenta que el incremento de las importaciones, con lo cual, por el momento, no alcanzará para compensar la mayor necesidad de divisas. En el corto plazo es más probable que el déficit de cuenta corriente cambiaria se profundice antes que se revierta”, concluyó.
Por su parte, 1816 aseveró que “en los últimos 30 años, hemos tenido 4 ocasiones en las que el tipo de cambio real alcanzó los niveles actuales: en los últimos años de la Convertibilidad, al final del segundo mandato de CFK, con Macri en 2017 y los últimos meses de Alberto Fernández. Cada uno de esos episodios vino seguido de grandes devaluaciones del tipo de cambio oficial”, rememoró pero sumó que en este caso “quizás sea diferente” por la existencia de superávit fiscal -que no tenía lugar en aquellos antecedentes, exportaciones potenciales nuevas por Vaca Muerta y la inyección de dólares del blanqueo.
En ese sentido, señalaron como eventuales riesgos un shock externo que encuentre al BCRA sin reservas, stocks de pesos altos medidos en dólares y destrucción de empleo de sectores que pierden competitividad entre los que mencionó turismo, economías regionales y algunas industrias.
“Como el largo plazo es una sucesión de cortos plazos, no podemos perder de vista lo que consideramos el principal factor de riesgo idiosincrático que queda para 2025: las son tan cruciales (no solo como referéndum sobre la gestión de Milei sino también por la necesidad del oficialismo de apuntalar sus minorias legislativas) como incierto es su resultado”, concluyó 1816.