El Caribe es mucho más que postales de playas turquesas y palmeras meciéndose al viento. Punta Cana o Cancún suelen robarse las miradas, pero entre las más de 7000 islas que componen este paraíso tropical, se esconden verdaderas joyas poco exploradas que combinan una rica biodiversidad, herencia cultural y hospitalidad única.
Bonaire, Guadeloupe, St. Vincent y Grenada, Trinidad, las Islas Vírgenes, Saba y Montserrat albergan una versión más auténtica del Caribe. Estas islas son perfectas para quienes buscan desconectarse del estrés cotidiano y conectar con la naturaleza. Cada una de ellas cuenta su propia historia: desde arrecifes submarinos que parecen mundos alienígenas hasta volcanes activos que recuerdan la fuerza implacable de la tierra.
Para los amantes de la aventura hay senderos volcánicos y biodiversidad marina, mientras que para los que prefieren el lujo y la tranquilidad encontrarán refugio en resorts exclusivos y playas desiertas. En tanto, los entusiastas de la cultura podrán perderse en carnavales vibrantes, pueblos con arquitectura colonial y tradiciones que celebran el mestizaje de las culturas africanas, europeas e indígenas.
Elegir estas islas es también optar por un turismo más sostenible. Muchas de ellas han apostado por la preservación del medio ambiente, con parques naturales y prácticas que priorizan la conservación: buceo entre corales, recorridos por manglares en kayak o playas casi vírgenes.
El Caribe menos conocido invita a redescubrir el significado de viajar: no como un simple escape, sino como una oportunidad para vivir con intensidad, aprender de culturas diversas y reencontrarse con la belleza en estado puro.
Bonaire
Es famosa por su vida relajada, tranquila y de ritmo lento. Tan encantadora que el 55% de los turistas que llegan a disfrutar de sus playas son habitués. Esta pequeña isla emplazada en el sur del Caribe se encuentra muy cerca de Curaçao, y a unos 90 kilómetros de la costa venezolana.
La naturaleza es aquí el máximo valor; hay un trabajo deliberado por preservar el hábitat, un hecho que se traduce en la creación del Parque Nacional Marino de Bonaire, que se extiende hasta los 60 metros de profundidad en un área de 27 km².
Los arrecifes de coral que bordean la isla son únicos y en ellos habitan unas 60 especies. Hay 85 puntos señalados para inmersiones de buceo.En la zona de playa de Klein anidan varios tipos de tortugas, entre ellas las de carey. Desde 2015, en Bonaire, hay también un santuario de tiburones y mamíferos marinos en Yarari.En cuanto al ecosistema terrestre, gran parte del territorio se ha mantenido en estado natural.
Un tercio de la isla está preservada dentro de los límites del Parque Washington Slagbaai, habitado por cientos de flamencos.Para llegar, hay dos vías: el avión, que debe reservarse con suficiente antelación, ya que las plazas se cubren bastante rápido, y los cruceros. No hay servicio de ferries entre Bonaire y las islas. Al llegar, los visitantes deben pagar un fee de ingreso de u$s 75.
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Trinidad y Tobago
Por aquí pasaron españoles, franceses, ingleses y hasta holandeses. Las islas están ubicadas a 11 km de la costa noreste de Venezuela. En Trinidad está la capital, Port of Spain, que no es turística. La economía está basada en el gas natural y petróleo. En las afueras, sin embargo, hay varios sitios singulares, imperdibles para los amantes de la fauna.
El Caroni Bird Sanctuary, donde habita la rarísima Ibis escarlata, la reserva Asa Wright, y el Mt Plaisir Estate Hotel. Estos dos últimos están administrados por Hadco Experiences, y orientados al birdwatching y a la posibilidad de presenciar el nacimiento y regreso al mar de las tortugas laúd gigantes, una especie en peligro de extinción. Estas llegan a anidar en la zona, y en Stonehaven Bay y Turtle Beach, de marzo a junio.
Pigeon Point es la playa emblemática de Tobago, escenario de numerosas publicidades. Es además sede del Festival de Jazz y el Festival de Barcos Dragón.En crucero se visitan las cuevas de Gasparee, cavernas de piedra caliza con estalactitas, estalagmitas y un estanque de agua salada y cristalina. Otras excursiones combinan salidas a los arrecifes de Buccoo y a la piscina Nylon.
A diferencia de la población de Trinidad, donde los esclavos africanos que trajeron los españoles fueron reemplazados por indios y chinos por los ingleses, la mayor parte de los habitantes de Tobago son negros. Aquí viven apenas 60.000 del 1.500.000 habitantes del país. Las principales aerolíneas vuelan a Trinidad; entre esta ciudad y Tobago hay vuelos domésticos y servicios de ferry.
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US Virgin Islands
Ubicado en el norte del Caribe, a 1.700 kilómetros de Miami, está formado por tres islas principales: St Croix, St John, y St Thomas, donde se encuentra la capital, Charlotte Amalie. En sus tierras ondearon varias banderas desde que Colón las descubrió en 1493. Fueron gobernadas por españoles, ingleses, franceses, por los Caballeros de Malta, por daneses y, ahora, por estadounidenses.
Es notoria la herencia que dejó la presencia danesa en la arquitectura, las plantaciones y los nombres de sitios y calles. A no asustarse: hablan inglés, y algunos, español y créole.Las islas llevan la delantera en el desarrollo del turismo sostenible en toda la región. Los complejos turísticos de ecoturismo son notables y permiten disfrutar con comodidad la naturaleza, sobre todo en la isla de St John, cuyo territorio verde y montañoso es casi por completo un parque nacional.
St Croix se caracteriza por su diversidad cultural. En las ciudades de Christiansted y Frederiksted se pueden ver edificios históricos. Las aguas color esmeralda que reflejan las laderas verdes y las playas de arena fina incitan al relax. Enfrente, Buck Island es el lugar para practicar snorkeling en el único monumento nacional submarino de los Estados Unidos. St Thomas es cosmopolita y animada, con restaurantes sofisticados y tiendas libres de impuestos.
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Guadeloupe
Desde lo alto, parece una mariposa con alas desplegadas: son las islas Basse-Terre y Grande-Terre, unidas por puentes. Guadeloupe es parte de los territorios franceses de ultramar, por lo que se utilizan el euro como moneda y el francéscomo idioma oficial.
En Basse-Terre, se encuentra el Parque Nacional de Guadalupe, que incluye el volcán La Soufrière, el punto más alto de las Antillas Menores. Hay senderos para hacer trekking en un entorno de selva tropical, cascadas y manantiales de agua caliente. Grande-Terre, en cambio, está repleta de playas de arena blanca y aguas cristalinas. Le Gosier es un destino popular para quienes buscan resorts con todo incluido, mientras que Saint-François y Le Moule son ideales para surfistas.}
La gastronomía mezcla influencias caribeñas y francesas, con platos como el accras (buñuelos de pescado) y el colombo (un guiso con especias). Los mercados locales, como el de Pointe-à-Pitre, ofrecen productos frescos y artesanías únicas. Para llegar, hay vuelos directos desde París y otras ciudades europeas, además de conexiones desde islas cercanas como Martinica y Dominica.
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St Vincent & the Grenadines
Es el destino para viajeros exigentes que quieren alejarse de las multitudes y están dispuestos a invertir un poco más en sus vacaciones. Este archipiélago está conformado por 32 islas y cayos con colinas verdes, encantadores puertos, hoteles de lujo y playas soñadas.
El Carnaval es una celebración masiva donde confluyen música, diseño y danza. La fiesta tiene lugar en las calles entre fines de junio y principios de julio.
Su aeropuerto es el más flamante de los internacionales. Fue renovado en 2017 y ahora está preparado para recibir aviones del porte de un Boeing 747. Es el segundo en el Caribe que funciona con energía solar, después del de Antigua.
Hay vuelos desde Miami, Nueva York, Toronto y Londres, con conexiones a Barbados, Grenada, Trinidad, St Lucia y Martinique. Para moverse entre las islas, hay vuelos nacionales desde St Vincent que llevan a Bequia, Canouan, Mustique y Union Island. También se accede por ferry. Varias de estas islas fueron afectadas por el huracán Beryl en julio de 2024.
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Montserrat
En 1995, la vida cambió para siempre en esta isla. El volcán Soufrière Hills, inactivo durante los últimos 400 años, entró en erupción y arrasó con Plymouth, la ciudad capital. Dos tercios del territorio sur siguen sepultados bajo gruesas capas de ceniza y lodo, y están inhabilitadas para pobladores y viajeros.
La actividad volcánica continúa hasta la actualidad y es monitoreada por organismos especializados. La erupción de este volcán, el más activo de la región, no solo destruyó buena parte del territorio, sino que afectó la afluencia turística.
Si bien se ofrecen excursiones para avistarlo desde el agua, es importante aclarar que siempre habrá riesgos en la zona de exclusión y alrededores, por lo que es recomendable explorar otros aspectos de la isla.
Allí donde perdura la exuberante vegetación, se puede realizar trekking. Montserrat cuenta, además, con 50 sitios para bucear. Sus arrecifes están poblados de peces tropicales, tortugas marinas y rayas gigantes. La única playa de arena blanca es Rendezvous Bay, ideal para hacer snorkel. La manera más fácil de llegar es vía Antigua, a 54 km de distancia, tanto por vía aérea como marítima.
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Saba
La isla nació de un volcán. Fue la lava del Monte Scenery –hoy potencialmente activo– que descendió hacia el mar Caribe y le dio esa forma rocosa a toda la costa. Saba tiene solo 13 km² y forma parte de las Antillas Holandesas. Se llega por ferry o por avión, generalmente desde Saint Maarten, ubicada a unos 90 km.
La línea costera está jalonada de acantilados, no hay playas de arena blanca para pasar los días al sol. Sin embargo, es un destino interesante para los amantes de la vida natural. La isla recibe poco turismo y el territorio está casi intacto.
El senderismo atrae a los viajeros que exploran la región por un paisaje de bosque nuboso. El buceo y el snorkel son de calidad internacional. El pasado volcánico creó impresionantes estructuras como ríos de lava submarinos y fuentes termales. Además, los arrecifes están poblados de peces tropicales y corales sanos. Las paredes verticales cercanas a la costa se observan tapizadas de esponjas.
Tenga en cuenta que el buceo desde la orilla está prohibido. Debido a la gran pendiente costera, esta actividad solo se permite con guías de los centros autorizados.
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