En el Gran Buenos Aires, los vehículos se roban para mandarlos a la frontera con Bolivia o Paraguay y cambiarlos por droga, para desarmarlos en talleres clandestinos o para cometer otros asaltos. Eso fue lo que ocurrió en los últimos días con los delincuentes que se enfrentaron a balazos con un grupo de policías que los perseguía frente al shopping situado en el cruce de Victoria y la colectora del Acceso Oeste, en Moreno. La camioneta Volkswagen Tiguan blanca en la que se movilizaban tenía pedido de secuestro activo porque había sido robada cuatro días antes en General Rodríguez.
Dicha camioneta forma parte del universo de 97.720 vehículos que se roban por año en la Argentina, según las estadísticas de la Superintendencia de Seguros de la Nación. Desde el 16 de noviembre, ese rodado fue utilizado por los delincuentes para cometer otros asaltos. Durante cuatro días circularon por la misma zona en la que habían robado el vehículo hasta que una patrulla de la policía bonaerense los interceptó.
Además, este violento episodio confirmó el análisis realizado por una de las compañías prestadoras del servicio de localización satelital para vehículos que indicó que siete de cada diez vehículos se roban a mano armada.
Después del enfrentamiento entre los asaltantes y los efectivos de la policía bonaerense quedó expuesto otro factor que reveló los factores del crecimiento de la violencia en los robos de vehículos: los cuatro ladrones estaban armados. Esa circunstancia no es casual. Según las estadísticas del Ministerio Público provincial, el último año se iniciaron 32.750 investigaciones por robos de vehículos a mano armada. Dicha cifra reveló que hubo un aumento de 23,5 % de robos con armas con respecto al año anterior.
Los cuatro asaltantes que se enfrentaron con los policías en Moreno cuando huían en el vehículo robado en General Rodríguez estaban armados. Los sospechosos, que habrían sido identificados por fuentes policiales como Marcos Matías Gómez Pereyra, Nicolás Rodrigo Arce, y Franco Leonardo Ojeda, de 35, 27 y 26 años, respectivamente, llevaban tres pistolas Bersa 9 mm con numeración suprimida.
Mientras que el asaltante abatido durante el tiroteo, tenía una pistola del mismo calibre, marca Walter 99, con cargador extensible para 25 proyectiles, con un kit para pasar de la secuencia tiro a tiro a ráfaga. Esto significa que los cuatro delincuentes contaban con un armamento con mayor poder de fuego que los policías que los perseguían.
El ladrón ultimado en el enfrentamiento, que cayó debajo del puente del Acceso Oeste sobre la avenida Victorica, habría sido identificado por fuentes policiales como Daniel Alejandro Sánchez, de 26 años. Tenía un pedido de captura en su contra dictado por el juzgado de Garantías de Morón que lo había considerado responsable de tres casos de robos a mano armada.
Los cuatro delincuentes son de la zona de Ciudadela y del barrio Carlos Gardel. En principio se había informado que habrían sido parte de la banda que hace dos semanas asesinó al comandante mayor de la Gendarmería, Guillermo López.
Al oficial superior de la fuerza federal de seguridad lo mataron para robarle su Toyota Etios en Atahualpa y Villegas, en El Palomar. Los cuatro asaltantes que descendieron de otro vehículo de la misma marca, pero cinco puertas, atacaron a cara descubierta. Todos estaban armados y por lo menos dos de ellos usaban guantes. Un quinto cómplice conducía el Toyota Etios negro que usaron para concretar el ataque.
Después de balear al comandante mayor de la Gendarmería, los delincuentes huyeron en dirección a Ciudadela, donde abandonaron e incendiaron dicho vehículo con el objetivo de borrar sus huellas.
El homicidio del oficial de la Gendarmería podría haberse evitado. Para los asaltantes resultó fácil moverse con el Toyota Etios que robaron en jurisdicción de Ramos Mejía, en el partido de La Matanza, un día antes. Con ese vehículo concretaron una sucesión de robos sin que nadie los frene, a pesar que el automóvil tenía pedido de secuestro activo.
La falta de respuesta inmediata posibilitó que el ladrón de la pistola ametralladora y sus cómplices siguieran con su raid delictivo. Nadie los detuvo.
Tanto el asesinato del comandante mayor de la Gendarmería como el enfrentamiento frente al shopping de Moreno tienen en común que los ocho asaltantes estaban armados, circulaban con vehículos robados y viven en la misma zona: entre el barrio Carlos Gardel y Fuerte Apache. Además, los integrantes de ambos grupos delictivos no dudaron en disparar a matar.
Casi 100.000 víctimas
De los 97.720 robos de vehículos que se denunciaron en el último año en la Argentina,54.950 hechos ocurrieron en territorio bonaerense. Dicha cifra incluyó automóviles y motos asegurados en distintas compañías. No figuran en esa estadística los robos de motos que carecen de cobertura para ese siniestro, debido a que los propietarios prefieren no contratar esas pólizas por el elevado valor que deben pagar. Esto significa que existe una cifra negra importante en dicho segmento de vehículos.
Según el análisis realizado por una de las empresas de servicio de localización satelital con mayor cantidad de vehículos monitoreados del mercado, siete de cada diez robos son a mano armada.
La necesidad de los asaltantes de recurrir a las armas de fuego para concretar los robos constituyó una tendencia que aumentó con el crecimiento del uso de las denominadas llaves presenciales en los vehículos más modernos.
A partir de la proliferación de estos dispositivos disminuyeron los hurtos de automóviles estaciones en la vía pública, en los que los ladrones que se dedicaban a esta modalidad, también conocidos como “yugueros”, usaban una ganzúa confeccionada con una percha de alambre para levantar el seguro del vehículo. Luego mediante un “puente”, ponían en marcha el automóvil y se lo llevaban. Pero con la instalación masiva de sistemas de alarma y llaves presenciales, los delincuentes recurren cada vez más a las armas.
Dicha tendencia quedó expuesta por ejemplo en los casos ocurridos en el primer semestre de este año en un departamento judicial del sur del Gran Buenos Aires donde se registraron 2000 robos de vehículos a mano armada. Esa cifra representó un aumento de 19 por ciento con respecto al mismo período de 2023. Esta circunstancia también resulta indicativa del notable aumento de la violencia en esos robos.
La denominada banda del C 3, por el vehículo que usaron para concretar siete hechos, constituye uno de los casos más notables que confirman que los robos de automóviles son cada vez más violentos y que los asaltantes sustraen los vehículos en un raid delictivo descontrolado.
En los primeros días de este mes, este grupo de asaltantes concretó una serie de robos por Villa Sarmiento, Ramos Mejía y Ciudadela. Hasta el momento ninguno de los integrantes de esa banda pudo ser apresado por la policía, a pesar que quedaron registrados por las cámaras de seguridad.
Esta banda había robado a punta de pistola el C 3 el 3 de noviembre pasado, en Haedo. Horas después del robo, el vehículo fue hallado. Luego de la revisión de los peritos de criminalística y la constatación de que el automóvil no fue utilizado en ningún hecho delictivo, la Justicia autorizó a que el vehículo sea reintegrado a la familia propietaria.
Pero, 48 horas más tarde, a las 14.15, el C3 fue robado nuevamente. Fue la segunda vez, en 72 horas, que el vehículo era robado. En esta oportunidad se trató de un hurto, debido a que el ladrón utilizó la llave. El robo anterior había sido a punta de pistola. Con el C 3, los delincuentes asaltaron a un vecino y a otro hombre que le preguntaba por una dirección. Poco más de media hora después, los mismos cuatro delincuentes asaltaron a una mujer frente a un jardín de infantes situado en Maestra Lascano al 100, en Ramos Mejía, La Matanza.
El último de los tres episodios protagonizados por la banda del C 3, ocurrió en Ciudadela. En este caso, los asaltantes no pudieron concretar el robo. La conductora de la camioneta Jeep Renegade que los delincuentes pretendían sustraer logró escapar luego de realizar una rápida y arriesgada maniobra en la que casi atropella a uno de los ladrones que le apuntaban con armas.
Mientras que su hijo, al que había ido a llevar al club Juventud de Ciudadela logró refugiarse en las instalaciones del centro deportivo, situado en Rosales al 4400.
Según las estadísticas oficiales, las zonas calientes del robo de vehículos a mano armada son el noroeste, oeste y sur del conurbano. Al menos 6500 robos de autos a mano armada fueron en el corredor que va desde San Martín, Tres de Febrero, San Miguel, José C. Paz hasta Malvinas Argentinas. Mientras que 3500 vehículos se robaron a mano armada en el corredor de Lomas de Zamora, Almirante Brown, Ezeiza y Esteban Echeverría. En tanto que 3400 robos a mano armada de vehículos se denunciaron en Quilmes, Berazategui y Florencio Varela.
Otro de los distritos con mayor cantidad de hechos violentos fue La Matanza, donde durante el último año se denunciaron 3350 robos violentos de automóviles y motos.