En #VivaElAmor diferentes parejas de famosos buscan conocer los momentos más importantes que vivieron juntos, cómo fue el camino que los llevó a elegirse uno al otro y cómo muestran sus diferencias, pero también juegan y se divierten en público. En esta oportunidad, Baby Etchecopar, el conocido periodista y conductor de ciclos como #BastaBaby, y su esposa, Silvina Cupeiro, se animaron a intercambiar sus sentimientos.
El presentador, que destaca por su avasallante personalidad ante las cámaras, expresa día a día su amor por Silvina, quien fue su productora por un largo periodo de su carrera. Si bien sellaron su vínculo el año pasado con su casamiento, lo cierto es que este trasciende mucho más allá. “Estamos juntos hace ocho años”, aseguró Baby al inicio de la entrevista.
En esta ocasión, llegaron al estudio de Infobae dispuestos a hacerse preguntas sobre el vínculo que los une desde hace casi una década. La primera en preguntar fue Silvina, quien empezó con uno de los temas más personales de la edición: “¿Qué cambiarías de mi personalidad?”. Sin dar vueltas, el periodista le respondió: “Los caprichitos. Sos un poquito caprichosa y malcriada. Pero sos lo más igual. Como por ejemplo: ‘Está bien eso, tenemos que ir, tiene que bailar…’ Todas esas cosas”. Entre risas, ella lo interrumpió: “Todo lo que te obligo a hacer”.
Ante su comentario, él se explayó: “Exactamente es eso. Viste que te digo que no quiero ir y me respondés: ‘No, tenemos que ir’. Y, otra cosa, cuando vamos a una fiesta no tenemos que esperar que cierre para irnos, podemos hacerlo antes. Es un embole y me desespera”. Ella, divertida, le refutó: “Pero nos quedamos porque está divertido y vos me tenés que acompañar”. Sin darle la razón a su argumento, la hija del expiloto de Turismo Carretera, Jorge Cupeiro, aventuró a decir qué cambiaría de su esposo. “A veces sos un poco pesado en algunas cositas. O sos un denso, decís una cosa y la repetís 20 veces”, lanzó, entre carcajadas, al intentar recordar las actitudes de su marido. Por su parte, él acotó: “Cuando me decís: ‘¿Viene el electricista?’. Eso me olvidé, y yo te consulto: ‘¿Viene o no?’. Y el hombre viene a trabajar y yo le comento: ‘Flaco, ¿vas a venir a traerme el dinero si vas a hacer el laburo?’”.
Luego fue el turno de Baby, quien eligió una consulta que trajo humor al estudio. “¿Qué es lo que más te hace enojar de mí?”. Ella, sin dar vueltas, respondió: “Que no quieras ir al médico, o que no quieras hacer algo bueno para vos y que tenés que realizarlo. También que no te deshagas de ciertas cosas y guardes todo. Eso me enfurece mucho”. Si bien el presentador intentó aminorar la situación al rememorar ciertos olvidos de su parte, Silvina continuó: “Sos súper generoso, pero en esas cosas no sé qué te pasa. Tenés un mambo raro”. Ante la inquietud de su pareja, Etchecopar explicó: “Es un cariño con la casa. Siempre comento: ‘Esto dejalo que después lo voy a usar y no me queda’. Estoy como Martin Luther King que decía: ‘Tengo un sueño’”.
Así llegó el turno de Cupeiro para contar qué le molestaba de su esposa. “El teléfono y los grupos de amigas. Sos muy contenedora de todo el mundo y sos líder de todo el boludaje. Como cuando te consultan: ‘¿Qué hago? ¿Te parece que me lo compre verde?’. Y todo el día con eso, pero bueno, es un detalle entre tanta alegría que me das porque sos súper trabajadora, todo lo que yo soñé. Pero esto es una pesadilla, son las cuatro de la mañana y empieza a sonar.”. Fue entonces cuando ella realizó una salvedad: “Es que me escriben de otros países”. Y su marido acotó: “El único que no jode es tu amante, pero el resto es terrible”. Con una sonrisa pícara, ella le confesó: “Él me escribe en otro momento”.
Nuevamente, Baby tomó la batuta del encuentro: “¿Qué tema nunca podés hablar conmigo?”. Sin pensarlo dos veces, la productora le explicó que se trataba “de viajes”. Esto fue secundado por el conductor, quien aseguró: “Lo detesto. Cuando empieza a decir: ‘Ay, qué ganas de ir…’. Bueno, justamente estoy mirando la tele”. Acto seguido, ella lo interrumpió: “Yo amo viajar y es lo único que me gustaría hacer en mi vida. Ahí tenemos un punto muy grave que puede llevarnos a la separación como pareja. Es todo armado, es toda una fantasía tuya. Pero, bueno, si querés creerla”.
Lejos de dar el brazo a torcer, su esposo continuó con su punto de vista. “Siempre tiene todo organizado con la madre. Además, realiza viajes con 25 personas que después invitan a cuatro más y somos 29 en un tour que vamos todos con las valijas”. Entre risas, ella le aseguró que era una mentira, mientras que él agregó: “Es un embole. Lo peor que me pasó en la vida”.
El mano a mano continuó y esta vez fue Cupeiro la encargada de leer una de las consignas más románticas de la edición. “¿En qué momento dijiste: ‘Es el amor de mi vida’?”. Con humor, Baby contestó: “El primer día que te ví… Yo siempre iba a ese cabaret”. Acto seguido, las risas inundaron el estudio y él tuvo que ponerle un freno para sincerarse ante la cámara. “Yo te conocía porque sos hija de un gran amigo, estabas casada y tenías tres hijas. Después, te separaste, fracasaste en tu matrimonio, te fue mal… No, mentira, como a todo el mundo. Luego, pasó el tiempo, yo enviudé y nos reencontramos. Entonces, el primer día me enamoré y vos también”. Las últimas palabras tomaron por sorpresa a su pareja, quien lo interrumpió: “Yo, no. No mientas, no fue el primer día, pero si querés contestar por mí…”.
Ante las risas de Silvina, su esposo recordó cómo la conoció. “Yo fui al barco de su papá a comer al mediodía. Me llamó un amigo y me dijo: “Venite a comer a lo de Jorge, que estamos en medio del río’. Yo fui, estaba todo bronceado, medía casi un metro y 80, bajé a comer, estábamos almorzando con varias personas y toda la familia, pero yo no me acordaba de ella y menos que estaba ahí”. Completamente serio, continuó: “En un momento aparece, que estaba tomando sol en la proa, y me saluda: ‘Hola, ¿cómo te va?’. Y ahí me pegó”.
“Nos pusimos a charlar y al otro sábado volví al barco, ella llegó nadando porque estaba desesperada y, bueno, de ahí no nos separamos más”, agregó. Además, aprovechó para revelar una particular anécdota entre ambos. “Fuimos a comer a una cantina italiana, los dos tomamos alcohol pese a que somos abstemios. Y ambos bebimos un vino blanco, champagne, todo lo que nos traían, por los nervios. Cuando salimos, ella me comenta: ‘Ahora no nos vamos a ver porque me voy a España con mis amigas”. Una vez más, su esposa intentó desmentirlo “¡No fue así!”. Lejos de darle el pie, él agregó: “Me acuerdo porque me hipotequé la vida. Seguimos hablando tres días y me dijiste: ‘Si no venís, no nos vemos más porque se corta esto’. Así empezó todo, el enamoramiento era así. Además, cuando me subí al auto le aseguré: ‘Yo no estoy jodiendo, me voy a casar con vos’”.
Y, con un tono jocoso, sumó: “Como la habían engañado tanto y la habían dejado tantos tipos, creyó que era una mentira. Y nos casamos, así fue la historia de amor. La amo mucho, entrañablemente. Elijo estar con ella, es mi compañera, mi amiga, mi mujer. Me río así todo el día. Para nosotros la vida es Yo quiero a Lucy. Es la mujer de mi vida y la que siempre soñé”.
Al finalizar la charla, cada uno tuvo que responder algunas preguntas de la producción y señalar a cuál de los dos correspondía la respuesta. “¿Quién es el más dramático?” fue la primera, a lo que el presentador no dudó en apuntar a la productora. “Ella es Andrea del Boca”, aseguró mientras le daba la espalda. Acto seguido, ella acotó: “Él va a decir todo que soy yo, todo lo malo”. Por su parte, él le explicó los motivos de su elección: “No, pero todo es una cosa. Vas manejando por ahí, a dos cuadras ves que hay un tipo y clavás los frenos. Te consulto qué pasa y me contestás: ‘Hay un hombre en una moto’. Es extrovertida, pero la quiero igual y son cosas que se irán puliendo con el tiempo”.
“¿Quién es más controlador?” fue la siguiente consulta para ambos. En esta oportunidad, Cupeiro intentó tomar el liderazgo. “Vos sos el más controlador de todos. Te hacés el que no lo sos como, por ejemplo: ‘No te voy a preguntar nunca dónde estás’. Después lo hacés. Si cuando me llamás yo no te llego a contestar el teléfono es un escándalo. Celoso y controlador”. Lejos de darle la razón, el periodista se metió de lleno: “Yo puedo demostrarlo y, de 40 llamados, uno contesta porque está ocupada todo el tiempo. Ojalá nunca me pase nada que sea de urgencia”.
Sosteniendo esa misma línea, dejó en claro que Silvina también tenía esas actitudes. “Por ejemplo, me dice: ‘¿A qué hora llegas? Si saliste hace 20 minutos’. Yo le digo: ‘Hay mucho tránsito?’. ‘Pero, ¿dónde estás?’, me consulta, a lo que yo le digo en Fitz Roy. ‘Bueno hasta ahí tenés cinco minutos, ¿por qué tardaste?’”, aseguró, entre risas, pese a que su mujer intentaba pararlo ante la cámara.
La siguiente consigna volvió a revolucionar a ambos en el estudio: “¿Quién se enamoró primero?”. Rápidamente fue señalado Etchecopar, quien argumentó: “Sí. Por ahí ella lo disimuló más, pero yo soy más impulsivo. Yo lo dije, aunque creo que nos enamoramos juntos. Acordate que, cuando estabas apoyada en la puerta, te pasé el pulgar por la cintura y te estremeciste”. Evitando darle la razón, la productora acotó: “Eso no es enamorarse”. El animador, con un tono pícaro, señaló: “Vamos, estabas muerta”.
Y, finalmente, llegó la consigna en que ambos coincidieron con su respuesta: “¿Quién abriría primero la pareja?”. “Ninguno”, lanzó Silvina, mientras que su marido se explayó en su postura: “Es una falta de experiencia, es como jugar con la droga. Uno lo hace porque está de moda. Son pareja abierta hasta que se enteran de que uno lo hizo de verdad y vienen los reproches. En ese momento se termina la pareja. La prueba está en muchos actores y gente que dice que lo son y al mes se conoce que uno se fue con el cerrajero. No se juega con eso”. Ante su argumento, su esposa le comentó: “Para mí es mi pareja y no la comparto con nadie. Es todo mío”. Entre carcajadas, Baby completó: “Todo este cuerpo es de ella. Las horas de gimnasio, todo esto no se hace así nomás”.
Fotos/Candela Teicheira