MAR DEL PLATA.- Qué lejos quedaron aquellos brillos. El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata cumple siete décadas pero recién encara por estas horas su 39ª edición. Tras una larga pausa volvió a escena en 1996 y durante varios años consecutivos lució sus mejores galas. Siempre con la rambla del Casino Central vio desfilar entonces a figuras como Sofía Loren, Alain Delon, Peter Fonda, Catherine Deneuve, Geraldine Chaplin y María Grazia Cucinotta, entre tantos colosos de la pantalla grande.
Pero desde entonces pasaron cosas. En particular recortes presupuestarios que con el correr del tiempo se acentuaron. Jamás como esta vez. El “no hay plata” que signó el inicio y desarrollo de la actual gestión de gobierno nacional se siente fuerte y el municipio, por primera vez, se tuvo que sumar como coorganizador para garantizar presente y futuro del único festival Clase A que tiene Latinoamérica.
La austeridad se notó en este cierre de tarde, inicio de noche, que signó la previa a la ceremonia de apertura. Apenas tres horas antes del horario de su inicio, se completó la puesta en la Plazoleta Almirante Brown, a pocos metros de la pareja de lobos que son emblema y vigías desde la plaza seca que rodea a playa Bristol.
La alfombra roja, recién colocada, vio pasar a varios cientos de desconocidos y unas pocas caras vinculadas de manera directa con esta fiesta del cine. Unos son funcionarios, otros pocos protagonistas directos de esta industria que sigue apostando a estas arenas donde la muestra trasciende casi con indiferencia. Su éxito de los últimos años, ya sin famosos en la pasarela, siempre se dio en las boleterías. Con mucho público en las salas y un rendimiento siempre especial en aquellas secciones periféricas, ajenas a la competencia central.
La anterior edición, vale recordar, estuvo teñida de política como pocas veces. En vísperas del ballotage que definiría al nuevo Presidente de la Nación, la ceremonia inaugural tuvo no solo presencia del candidato del oficialismo, Sergio Massa. Fue el principal orador de la noche, con un discurso de neto contenido electoral. Reflejado antes y después en los pasillos, donde actores, directores y productores llenaron escaleras para fotografiarse con él detrás de una bandera argentina con una frase en grandes letras negras: “Cine argentino unido por la democracia”, decía.
Entre quienes este jueves pasaron frente a cámaras fotográficas y flashes rumbo a la sala Ástor Piazzolla, donde se realizó luego una ceremonia tan breve como modesta, se destacaron los responsables del festival: Gabriel Lerman y Jorge Stamadianos. El gobierno nacional estuvo representado por su secretario de Cultura, Leonardo Cifelli. “Mar del Plata no va a perder este festival”, aseguró, horas antes, al recordar el convenio firmado con la comuna local por tres años. Con él llegó Carlos Pirovano, presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa). El intendente local, Guillermo Montenegro, acompañó pero ni siquiera hubo para él un atril para palabras de bienvenida.
Así como el municipio se suma a la organización y el sector privado aporta, con empresas involucradas en el aporte para los premios Ástor, una novedad para este festival con tanta historia es la incorporación de un país en carácter de invitado.
Le tocó a Japón abrir el juego y marcó presencia en esta noche inaugural: estuvo en esta velada su embajador en Argentina, Hiroshi Yamauchi, y Miwa Nishikawa, la directora que brindará una clase magistral, un seminario y acompañará la proyección de dos de sus films: Under the Open Sky y Dear Doctor.
Estos pocos invitados especiales se ubicaron en una primera fila holgada de ubicaciones, como ocurrió en gran parte de la sala. Lo protocolar se limitó a presentar el festival y pronto se apagaron las luces para que brille lo mejor de esta noche: la pantalla y el film elegido para marcar el camino de esta 39ª edición: “Emilia Pérez”, el film francés de Jacques Audiard que ya saboreó de grandes logros en el Festival de Cannes y se perfila como candidato fuerte a mejor película extranjera para la próxima edición de los Oscar.
Lejos de otros tiempos, escasean incluso las presencias de figuras del cine nacional. Si bien se prevén algunos homenajes y acciones especiales, lejos están estos días de aquellos tiempos no tan lejanos en que llegaban delegaciones completas de artistas y directores, dominadas por vestidos largos y algunos looks exóticos. Definitivamente, es esta edición un festival de películas. No de figuras. Al cierre se sabrá si, como de costumbre, por sobre todo es del público.