El asesinato de cinco personas genera conmoción en Bolivia debido a la brutalidad del crimen. Las investigaciones preliminares señalan que el caso está relacionado con una venta fallida de armamento. En las últimas horas fue detenido un hombre de 33 años, identificado como Ernesto Almaraz Chura, que confesó ser el autor material del crimen y relató los hechos.
Todo comenzó un ex militar de la Fuerza Área Boliviana (FAB), Christian Serna, ofreció a comunarios de la localidad de Pucamayo, en Villa Tunari, Cochabamba, la venta de fusiles por poco más de 27.000 bolivianos, equivalentes a 3.850 dólares. De acuerdo al autor del crimen, el ex militar habría intentado engañar a los pobladores con esa venta.
El 12 de noviembre, Serna acudió a la comunidad para explicar los supuestos fallos en la entrega de los fusiles en un taxi que conducía Thadhashy Loroña. Una vez que llegaron al lugar, los comunarios los retuvieron y acusaron de estafa en la venta de armas. El taxista se comunicó con su esposa, Trinidad Muñoz, a la que le pidió conseguir 27.800 bolivianos (cerca de 4.000 dólares) para su liberación. Ella acudió al lugar con la hermana del conductor y un amigo de la familia que también era militar.
Ese día, las cinco personas fueron declaradas como secuestradas. Según las declaraciones del autor del crimen, publicadas por el portal Visión 360, los comunarios se molestaron al al descubrir que se trataba de militares y los relacionaron con los operativos de desbloqueo en la localidad de Parotani, donde se registraron enfrentamientos entre policías y militares con los manifestantes.
“A todos les hemos amarrado manos atrás y las señoras manos adelante, sus caras les hemos tapado con trapo, decían a qué vienen policías, militares”, relató el autor de crimen y agregó que las dos mujeres suplicaron por sus vidas señalando que tenían hijos, pero no fueron escuchadas.
El 13 de noviembre se asesinó a las cinco personas. Según el detenido, Serna logró escapar pero fue capturado, obligado a cavar su tumba y enterrado vivo. Los otros cuatro fueron quemados por la turba.
Hasta el momento, cuatro de los cinco cuerpos fueron recuperados y trasladados al Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), donde se les realizan autopsias. El cuerpo de la última víctima, el amigo y militar que acompañó a la esposa y hermana del taxista , sigue desaparecido y la Policía realiza operativos para encontrar sus restos.
El autor del crimen fue puesto ante la Justicia que determinó enviarlo a la cárcel de San Sebastián (Cochabamba) con detención preventiva. Según el diario La Razón, hay un segundo sospechoso que fue arrestado en la ciudad de Cochabamba y se encuentra bajo custodia de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen.
Según el viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, los responsables del secuestro, tortura y asesinato pertenecen a las federaciones cocaleras del Trópico de Cochabamba, el bastión político y sindical de Evo Morales, donde se concentraron los bloqueos recientes en contra del Gobierno.
“Los detenidos forman parte de las seis federaciones de productores de coca en el Chapare y por esa circunstancia, viviendo en Pucamuyo, han sido destinados a bloquear en Parotani, el lugar de máxima tensión y conflicto donde se hallaron dinamitas y cazabobos”, declaró Aguilera en entrevista con el programa Detrás de la Verdad.
En las últimas horas, la Fuerza Área Boliviana emitió un comunicado en el que aclara que el militar que acompañó a la familia estaba en reserva activa. “Por lo cual sus acciones son de carácter personal, deslindando cualquier tipo de responsabilidad a la FAB”, indica un pronunciamiento.