Una firma del sector privado, junto con instituciones públicas que llevan adelante un programa de investigación de biodiversidad, descubrieron un extraño animal, una especie única en el mundo, mientras se realizaban estudios de insectos en la vid. Se trata del roedor tuco-tuco Ctenomys Uco, encontrado en el Valle de Uco.
Esto es lo que se desprende de una información brindada por Bodega Argento, que trabaja con productos orgánicos en el país, y lleva adelante el programa I+D de Grupo Avinea con el INTA, la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) y el Conicet desde 2018. En rigor, tanto la firma del sector privados como los organismos pusieron a disposición del público general MatrizViva, un programa para dar acceso a las investigaciones en cuanto a agua, biodiversidad, vid y suelo.
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En concreto, en medio del proyecto se descubrió recientemente que habita en la zona el tuco-tuco Ctenomys Uco, un roedor único en el mundo que solo se había visto en dos oportunidades en la región de Valle de Uco.
El año pasado, un equipo de investigación integrado por especialistas del Conicet, junto a un colega de la Universidad Austral de Chile (UACh), describió dos nuevas especies de roedores subterráneos del género Ctenomys, conocidos popularmente como tuco-tucos. Son Ctenomys eileenae y Ctenomys verzi. “Ambas son endémicas del centro-oeste de Argentina, siendo una de ellas exclusiva del sur de la provincia de Mendoza. Ctenomys eileenae se distribuye en las laderas andinas orientales de las provincias de La Rioja y San Juan, donde habita en pastizales y matorrales montanos por encima de los 3.500 m.s.n.m. Por su parte, Ctenomys verzi se encuentra en el suroeste de Mendoza, y ocupa ambientes similares entre 2.000 y 2.400 m.s.n.m”, había dicho en su momento el Conicet.
El programa
Más allá del dato de encontrarse el tuco-tuco Ctenomys Uco, la empresa recordó que, en tanto, el programa MatrizViva se inició hace seis años cuando se plantó la primera parcela de flores en el interfilar del viñedo, con la idea de profundizar y comprender la interacción entre los agroecosistemas que se desarrollan en la finca; así como los organismos, el agua, el suelo y el medio ambiente. Según mencionaron, la implementación de la llamada “Parcela de Flores” con 26 especies vegetales, llevó a que se observe mayor control de malezas, mejor infiltración del agua, aumento de la biodiversidad de insectos.
“Iniciamos con dos líneas de investigación: las hormigas y la cobertura vegetal en el interfilar del viñedo. En la actualidad estamos desarrollando 15 nuevos proyectos. Las mismas están en constante evolución y día a día trabajamos buscando soluciones que generen un impacto positivo en la vitivinicultura orgánica y sustentable de la Argentina”, dijo Cecilia Acosta, Líder de I+D de Grupo Avinea.
El objetivo de la investigación, según especificaron, es aumentar la biodiversidad y mejorar la salud del suelo. Este proceso comenzó cuando se plantó la primera parcela de flores junto con la Facultad de Ciencias Agrarias, Uncuyo. A su vez, manifestaron que se convocó al INTA para realizar estudios de insectos que habitaban en las bandas florales. En ese contexto, agregaron que en una segunda etapa se incorporó el Conicet, que inició los estudios de microorganismos (hormigas) y absorción de CO2. “Como resultado, se logró un mayor control de malezas, mejor infiltración del agua y aumento de la biodiversidad de insectos”, especificaron.
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Acosta remarcó que la intención es poder compartir el conocimiento y hacer partícipe a la gente del impacto que ha logrado y creen que seguirá logrando esta innovadora iniciativa de cobertura vegetal. Por otro lado, agregaron que también se están haciendo estudios sobre insectos que se encuentran en las bandas florales.
Recordaron que este estudio sobre los insectos se comenzó a desarrollar en octubre 2023 junto a investigadores de Iadiza — Conicet, y consistió en identificar las especies de mamíferos y micromamíferos presentes, los hábitats que ocupan y sus conectividades en un sistema de producción vitivinícola con manejo orgánico. Se utilizaron distintos mecanismos como dispositivos de movimiento con registro fotográfico y cajas Sherman entre otros, que sirvió para la recolección de datos e información.