Al menos 23 personas han muerto, trece de ellas por disparos, y más de 40 han resultado heridas a manos de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) que han perpetrado un ataque en la localidad de Hilaliya, en el este del estado sudanés de Gezira.

Así lo ha anunciado este domingo la asociación civil Conferencia de Gezira en un comunicado recogido por el portal de noticias Sudan Tribune, en el que apuntan a que «trece (personas) murieron fusiladas y el número de heridos superó los 40».

La organización ha denunciado una «campaña sistemática de genocidio y desplazamiento forzado» en Gezira y ha exigido a la comunidad internacional que intervenga inmediatamente, después de que las RSF hayan matado a más de 200 personas en las dos últimas semanas, en represalia por la deserción de su comandante local en la lucha contra el Ejército sudanés.

Como ya han hecho Naciones Unidas, la Unión Europea y otros Estados, las autoridades de Emiratos Árabes Unidos (EAU) han expresado este domingo su «profunda preocupación» ante la escalada de violencia en el país africano.

En un escueto comunicado, el ministro de Exteriores emiratí, Abdalá bin Zayed al Nahyan, ha puesto el acento en «las mujeres, niños y ancianos en el estado de Gezira», así como en los problemas de «violencia sexual, la hambruna y el continuo desplazamiento de civiles» a consecuencia de la guerra.

El ministro ha instado a las RSF y al Ejército sudanés a retomar el «diálogo y respetar sus compromisos en virtud de la Declaración de Yedá», así como los mecanismos propuestos por el Grupo de Países Alineados para el Progreso hacia la Paz y el Salvamiento de Vidas en Sudán (ALPS, por sus siglas en inglés), para establecer un «acceso humanitario seguro, urgente y sin trabas» y el cumplimiento del Derecho Internacional.

También ha pedido que los civiles «no sean el objetivo» de los combates entre las partes, un alto el fuego «inmediato» y la constitución de un «consenso nacional» de cara a formar un gobierno civil.

Las autoridades emiratíes han sido acusadas de posicionarse en el conflicto desatado en abril de 2023 entre el Ejército de Sudán y las RSF, apoyando a estas últimas. Recientemente, el Gobierno de EAU denunció un ataque las fuerzas militares sudanesas contra la residencia de su embajador en la capital del país, Jartum.

El Ejército de Sudán, por su parte, se desvinculó de este bombardeo, defendiendo que «no ataca las sedes de misiones diplomáticas, agencias de Naciones Unidas u organizaciones de ayuda», algo que achaca a los paramilitares.

Sudán se encuentra sumido en una guerra civil a raíz de las hostilidades que estallaron en abril de 2023 en el marco de un aumento de las tensiones en torno a la integración de las RSF en el seno de las Fuerzas Armadas, parte clave de un acuerdo firmado en diciembre de 2022 para formar un nuevo gobierno civil y reactivar la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 de Omar Hasán al Bashir, dañada por el golpe de Estado de octubre de 2021, en el que fue derrocado el entonces ministro de transición, Abdalá Hamdok.