La temporada de lluvias en Antioquia está dejando graves afectaciones en gran parte del departamento, con 91 municipios en situación crítica y más de 1.100 puntos vulnerables, según el último reporte del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Antioquia (Dagran), citado por El Colombiano. Se espera que las precipitaciones se prolonguen hasta diciembre, lo que ha llevado a las autoridades a tomar medidas urgentes para evitar tragedias por deslizamientos e inundaciones.
Un claro ejemplo del impacto de las lluvias es el puente del corregimiento Cedeño en Yarumal, que tras su reciente reconstrucción fue destruido nuevamente por el desbordamiento del río San Julián. Este puente era esencial para la conectividad de más de 2.500 habitantes, quienes quedaron incomunicados durante dos meses tras el colapso inicial. A pesar de un arduo trabajo de tres meses para reponerlo, la estructura apenas resistió un día antes de ceder otra vez ante la fuerza del caudal.
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Aunque Yarumal figura en la lista de los 32 municipios con alerta amarilla, lo que indica un nivel de riesgo moderado, la situación es más crítica en otras zonas del departamento. En el Oriente antioqueño, 18 municipios enfrentan alertas rojas por la alta probabilidad de deslizamientos, entre ellos Granada, Sonsón, y El Carmen de Viboral. Mientras tanto, en el Norte, municipios como San Pedro de los Milagros y Donmatías también se encuentran en estado de alerta máxima, al igual que los municipios del extremo norte del Valle de Aburrá (Barbosa, Girardota y Copacabana).
Medidas de intervención y prevención
Para mitigar los riesgos, la Gobernación de Antioquia ha desplegado equipos de trabajo en las montañas más vulnerables, con el objetivo de desviar corrientes de agua hacia quebradas cercanas y reducir la saturación de los suelos que propicia deslizamientos. Horacio Gallón, secretario de Infraestructura de Antioquia, destacó los trabajos en la vía Concordia-Betulia, una de las más afectadas, y la planificación de variantes en zonas críticas como el corregimiento San José de Mulatos, en Turbo, y veredas en Carepa.
“Estamos planteando la construcción de una variante en el corregimiento San José de Mulatos, en Turbo, luego de la emergencia con el volcán de lodo, también en Carepa se está haciendo un trabajo porque hay una vereda donde hace 30 años se presentan movimientos permanentes y siempre nos tapa la vía y se nos pierde la banca. Así tenemos varios puntos en los que estamos planteando esta estrategia”, explicó Gallón, enfatizando que se requieren intervenciones sostenidas en al menos 35 puntos críticos del departamento. Para ello, la administración ha destinado un presupuesto de $120.000 millones este año y se espera una inversión adicional de $150.000 millones en 2025.
Estudios y estrategias para el futuro
Una de las iniciativas más destacadas es la inversión de $1.000 millones por parte del Dagran para un estudio exhaustivo que identificará las áreas más propensas a movimientos en masa y desbordamientos. Carlos Andrés Ríos, director del Dagran, señaló que este análisis permitirá anticiparse a emergencias, reforzando la capacidad de respuesta en las zonas más vulnerables del departamento.
Además, en las nueve subregiones del departamento se ha desplegado maquinaria pesada para atender deslizamientos en tiempo real. Sin embargo, Ríos advirtió que el cambio climático, junto con la deforestación y la ocupación inadecuada del territorio, agravan las condiciones para el manejo de desastres.
Medellín también bajo presión
La capital antioqueña no ha estado exenta de la emergencia. Según el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo (Dagrd) de Medellín, este año se han reportado más de 2.361 emergencias relacionadas con las lluvias, lo que duplica las cifras del año pasado. Entre los eventos más comunes se destacan la caída de árboles (1.107 casos), deslizamientos (239) e inundaciones (124). Esto ha llevado a la evacuación definitiva de 206 propiedades y temporal de otras 286.
Para enfrentar esta situación, Medellín ha fortalecido sus Sistemas de Alerta Temprana (SAT), con un enfoque en monitorear quebradas como Santa Elena y La Iguaná, que históricamente han presentado desbordamientos en épocas de lluvia intensa. Carlos Quintero, director del Dagrd, enfatizó la importancia de una acción coordinada para reducir riesgos y proteger a las comunidades, destacando la implementación de medidas preventivas en quebradas, vías y sumideros.
Con las lluvias prolongándose hasta finales de año, las autoridades de Antioquia se preparan para enfrentar una de las temporadas más desafiantes en términos climáticos y de infraestructura, con el objetivo de mitigar al máximo los impactos en las comunidades y las vías del departamento.