Argentina, conocida como una de las principales potencias agropecuarias del mundo, ostenta cifras que sorprenden por su magnitud. La superficie sembrada en el país supera los 39 millones de hectáreas, un número que no solo destaca a nivel regional, sino que también coloca a Argentina en comparación con territorios enteros de economías desarrolladas como Alemania, Japón o Italia.
Para ponerlo en perspectiva, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, las hectáreas cultivadas en Argentina superan a todo el territorio alemán, país con una superficie de 35 millones de hectáreas. De igual manera, superan ampliamente el tamaño total de Italia e incluso el de Japón. Este dato refleja no sólo la vastedad del territorio argentino, sino también su potencial como productor de alimentos para el mundo.
Incluso algunos cultivos por sí solos son más grandes que algunos países. La soja, por ejemplo, tiene 17 millones de hectáreas cultivadas en Argentina, un valor similar a la superficie entera de Uruguay (17,62 M ha.) En tanto, la superficie de maíz es más grande que Portugal y la superficie de trigo supera con amplitud el área total de Países Bajos, por citar algunos ejemplos.
Claro está, que esto no implica que la economía argentina sea superior a la de los países mencionados. De hecho, todos ellos tienen un PBI per cápita mayor que Argentina. Según los datos más recientes publicados por el Banco Mundial, el PBI per cápita argentino es de USD 13.730, mientras que el de Uruguay es de USD 22.564, el de Portugal es de USD 27.275 y el de Países Bajos de USD 62.536. En tanto, Alemania llega a los USD 52.745, Italia a USD 38.373 y Japón a USD 33.834.
Presencia en el mundo
El potencial del agro argentino es enorme. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2022 la Argentina se consolidó como el tercer exportador neto de alimentos a nivel mundial, posicionándose sólo detrás de Brasil y Estados Unidos, en términos de toneladas exportadas.
Las exportaciones alimenticias de Brasil durante ese año alcanzaron los 182 millones de toneladas, las de Estados Unidos 132 millones y las de la Argentina 95 millones. En el ranking de exportadores por volumen físico siguen la India, con 62 millones, y Ucrania, con 55 millones.
La mala noticia, es que la evolución del agro argentino no ha sido tan marcada como la de sus directos competidores. “Al evaluar la evolución de los principales exportadores netos de alimentos en los últimos 20 años, se observa que Argentina ha mantenido una posición destacada, pero sin experimentar el mismo nivel de crecimiento que otros países”, señalaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario.
Más lento
Efectivamente, a pesar de los importantes volúmenes de exportación, el ritmo de expansión de la Argentina en el mercado global de alimentos ha sido más moderado en comparación a otros países. Su crecimiento se ha apoyado principalmente en productos como maíz, harina de soja y el trigo, esenciales en la canasta exportadora argentina. Brasil, por su parte, ha mostrado un crecimiento notable en estas últimas dos décadas, triplicando su volumen de exportaciones y desplazando a Estados Unidos.
India muestra también un impresionante crecimiento de casi cuatro veces en sus exportaciones netas, explicadas en gran medida por su liderazgo en la exportación de arroz, un producto esencial en la dieta de muchos países.
En términos de valor, en el 2022 Argentina se posicionó en segundo lugar en el ranking de exportadores netos de alimentos. Con un total de USD 45.787 millones de exportaciones netas, el país quedó sólo por detrás del vecino Brasil, que alcanzó USD 123.130 millones.
Sin embargo, la evolución de las exportaciones netas de alimentos de Argentina en términos de valor también muestra un relativo estancamiento en comparación a otros países. A comienzos del nuevo milenio, éstas totalizaban cerca de USD 10.600 millones, por lo que el registro alcanzado en 2022 marca que las exportaciones netas de alimentos argentinos se multiplicaron por algo más de 4 en 20 años, mientras que otros países tuvieron una performance mucho mejor. Brasil, por ejemplo, exportaba en términos netos cerca de USD 13.000 millones en el año 2000, por lo que en 20 años nuestro país vecino multiplicó el valor de sus exportaciones netas de alimentos por casi 10.